Los padres y las madres primerizas tienen muchos miedos e incertidumbres ante la llegada de un bebé. Estas preocupaciones son normales, sin embargo, si estas inseguridades superan ciertos límites pueden llegar a convertirse en una ansiedad perinatal.
La prevalencia de la ansiedad durante el embarazo arroja cifras de un amplio rango que van del 4 -39% en mujeres embarazadas (Soto – Balbuena, Rodríguez, Escudero, Ferrer y HuynhNhu, 2018). Por lo que dicha patología ha suscitado mucho interés en los últimos años.
¿Qué es una crisis de ansiedad?
La ansiedad es un sentimiento de miedo, temor o inquietud cuyos síntomas afectan tanto al plano físico como al psicológico y conductual. Realmente, la ansiedad es un mecanismo adaptativo que está implicado en la supervivencia.
Por lo tanto, cierto grado de ansiedad es incluso deseable para el manejo normal de las exigencias del día a día. Incluso una reacción aguda e intensa de ansiedad puede ser adaptativa cuando la situación que la provoca requiere que nos preparemos para la acción o si requiere una gran activación fisiológica.
No obstante, si dicha reacción supera nuestra capacidad, es probable que nuestra respuesta se convierta en un problema.
Ansiedad en el embarazo: causas y consecuencias
Las mujeres embarazadas durante el periodo de gestación siente una serie de necesidades diferentes al del resto de la población. Así mismo, hay que tener en cuenta los cambios corporales, orgánicos y vitales que supone el embarazo.
todo ello, algunas de las causas principales por las que una mujer puede desarrollar ansiedad perinatal son las siguientes:
- Las demandas externas pueden ocasionar un estrés añadido al embarazo. En la actualidad, existe una alta hiperreflexibilidad sobre el hecho de ser o no madres, en qué condiciones debe hacerse, etc. Todo esto lleva una serie de exigencias por parte del ámbito más cercano a la madre que terminan por convertirse en autoexigencias.
- Sentimientos de culpa por la autocrítica acerca del propio rendimiento, llevan consigo mismo pensamientos a cerca de si son tan buenas como deberían o si están a la altura de los estándares al uso.
- Miedo a morir o a sufrir graves secuelas durante el parto.
- Se produce un aumento de preocupación excesiva sobre el estado de salud del bebé
- Debido a los cambios físicos que se producen durante el embarazo, la madre puede ver disminuido su nivel de autoestima.
Por lo tanto, algunas consecuencias de padecer ansiedad durante el embarazo son las siguientes:
- Existe un mayor riesgo a sufrir depresión perinatal y postparto
- Consecuencias obstétricas, como por ejemplo: aborto espontáneo, preeclampsia, parto prematura y bajo peso al nacer.
Los problemas de ansiedad en el embarazo también afectan al vínculo madre – bebé. Así, la ansiedad puede desencadenar comportamientos de evitación, problemas de atención y de preocupación que podrían a su vez explicar un retraso en la construcción de la relación materno – filial.
¿Podría la ansiedad afectar al bebé?
La ansiedad perinatal no solo tiene efectos para la madre sino que también puede llegar a afectar al bebé. De este modo, este puede sufrir:
- Alteraciones en el movimiento y crecimiento.
- Afectan al vínculo madre – hijo.
- Menor capacidad de atención del niño
- Problemas emocionales y de conducta a largo plazo.
Maneras de calmar la ansiedad durante el embarazo
Como hemos mencionado en el apartado anterior, la ansiedad puede afectar al desarrollo del bebé durante la gestación. Por ese motivo, es muy importante que se realicen algunos ejercicios para reducir esa ansiedad como:
- Técnicas de relajación: esto puede ser un buen método tanto para aumentar el bienestar y las emociones positivas de la madre, así como para prevenir las variables asociadas al padecimiento del estrés prolongado durante la gestación.
- Ejercicios de respiración: llevar a cabo inhalaciones y exhalaciones profundas y calmadas, ayudarán a frenar la respuesta de hiperventilación. De esta manera, la paciente puede manejar de un modo más adaptativo la crisis de ansiedad y a su vez se produce una respuesta de relajación.
- Actividad física ligera: realizar diferentes actividades físicas para embarazadas o incluso yoga, pueden producir efectos muy beneficiosos para disminuir los niveles de ansiedad. Además, son una fuente de liberación de las preocupaciones y miedos asociados al embarazo.
- Ejercicios de atención plena: a través de la práctica del mindfulness, los pacientes aprenden a mejorar la regulación emocional, ya que, incrementa la atención sobre todos los acontecimientos cognitivos y emocionales tal y como aparecen. En consecuencia, los ejercicios de mindfulness permiten ver todas las emociones como estados que aparecen y después se pasan, cortando el eterno y autoperpetuado ciclo de evitación/control emocional y el malestar creciente asociado a la ansiedad perinatal.
- Alimentación saludable: es fundamental llevar una completa y saludable alimentación durante los periodos de gestación.
- Hábitos de sueño saludables: es importante que la madre pueda tener una rutina de sueño y descansar todas las horas de sueño recomendadas. En consecuencia, la tensión emocional y muscular se verá disminuida.
- Desarrollar un sistema de apoyo: resulta muy valioso contar con una gran red de apoyo que nos alivie en los momentos de mayor estrés. Es importante, que las personas de su alrededor la animen y escuchen sin juzgar sus sentimientos y emociones.
Ansiedad perinatal: cuando las miedos habituales nos desbordan
En conclusión, podemos decir que son muchos los miedos y las preocupaciones que inundan a unos padres primerizos y dicha respuesta está dentro de lo esperado. Sin embargo, en algunas ocasiones dichas inseguridad pueden ocasionar un problema cuando superan los límites de la madre y pueden llegar a desarrollar una ansiedad perinatal. Por este motivo, es muy importante que si estos sentimientos y emociones se nos hacen cuesta arriba, y las preocupaciones nos desbordan, quizás sea momento de pedir ayuda a un profesional.