¿A quién no le gustan las fresas? Las fresas es una de las frutas más sabrosas y valoradas en la gastronomía, pero pocas veces pensamos en sus propiedades saludables al comerlas, ¿no es cierto? Sin embargo, si conociéramos todos los beneficios de las fresas para nuestro organismo, sin duda nos animaríamos aún más a introducirlas en nuestra dieta. Por ello, a continuación te contamos más sobre las propiedades de las fresas, ¡y te damos algunas ideas sobre cómo prepararlas!
Aparte de una fruta deliciosa y de un color fascinante, son muchas las propiedades de las fresas. Aquí puedes conocer algunos de los beneficios de las fresas:
Los beneficios de fresas se obtienen con tan solo llevarse alguna a la boca. ¡Está riquísimas y son adictivas! Sin embargo, su color, sabor y textura única hacen que esta fruta sea adecuada para preparar numerosas recetas dulces y saladas, más allá de las tradicionales fresas con nata. Asimismo, el sabor especial de las fresas las convierte en el elemento innovador de diversas salsas y aderezos, como vinagretas y salsas de carne.
Podemos incorporar las fresas al desayuno combinándolas con cereales, yogur e incluso leche desnatada o bebidas vegetales. Y... ¿por qué no añadirlas al tradicional zumo de naranja para darle un sabor especial? Sin duda, las propiedades de las fresas son muy aprovechadas en desayunos y meriendas. Pero hay más...
Hay que tener en cuenta que la fresa no es muy dulce, por lo que también encaja en platos salados, como el pollo o el pescado. Asimismo, combinada con manzana, le da un toque exótico y muy sabroso a una ensalada tradicional. Finalmente, por supuesto, no podemos olvidarnos de las fresas como ingrediente de infinidad de postres: cupcakes, bavarois, helados y tartas son un delicioso final para una comida de lujo, ¿no crees?
En definitiva, son muchos los beneficios de las fresas, por lo que es importante incluirlas en nuestra dieta diaria. Ya sabes que hay muchas maneras de prepararlas: con cereales, yogur, leche o bebida vegetal, en batidos, helados, tartas, salsas y aderezos, ensaladas, etc.
Sin embargo, a la hora de tener una alimentación saludable, la clave está en tener una dieta rica y variada: frutas, verduras, hortalizas, legumbres, pasta (a ser posible integral), carne, pescado, huevos, aceite de oliva virgen... Y, por supuesto, ¡no te olvides de practicar ejercicio de manera regular!