Te propusiste bajar de peso por lo que estás reduciendo calorías, estás yendo al gimnasio, haciendo los 10.000 pasos diarios, estás haciendo todo bien pero… tu peso sigue igual. ¿Esto te resulta familiar? Uno de los sentimientos menos motivadores que existen es que los números de la báscula no se muevan.
No te preocupes, hay varios factores que influyen en esto y comprender lo que sucede en tu cuerpo puede ahorrarte mucho estrés y ayudarte a tener más éxito a largo plazo. Si te preguntas: “¿Por qué pierdo volumen, pero no peso?”, sigue leyendo, te contamos las razones de qué le ocurre a tu cuerpo y te proponemos algunas ideas saludables para comer sin pasar hambre.
Tenemos claro que para bajar de peso es necesario seguir una dieta saludable además de llevar un estilo de vida activo realizando ejercicios que nos hagan deshacernos de la grasa.
Si ya has probado con todo, y a pesar de seguir un plan de alimentación saludable y hacer ejercicio diariamente, no ves resultados en la báscula, ¡no te preocupes! Existen algunas razones que pueden estar ocasionando esta situación, a continuación te contamos las más habituales.
La retención de agua es una acumulación excesiva de líquidos en los tejidos, esta puede ser causada por diversas razones:
Esta retención de líquidos provoca ciertos síntomas relacionados con el aumento de peso. Desde hinchazón en las piernas hasta un incremento del perímetro abdominal. Por eso, esta puede ser una de las razones por la que, a pesar de bajar volumen, no pierdes peso.
Para ponerle solución es necesario seguir una dieta baja en sodio. Puedes probar a reducir la ingesta de sal en tus comidas, ya que cuanta más sal se consume, más agua retiene tu cuerpo. Así mismo aumenta la ingesta de líquidos, muchas veces se cree que si consumimos más líquido tendremos más retención y ocurre todo lo contrario.
Si no realizas mucho ejercicio sería fundamental que comiences con algunas caminatas, poco a poco, para activar la circulación. Además también es aconsejable realizar una consulta con un médico clínico, para conocer la razón exacta de esta retención de líquidos si la misma continúa.
La mayoría de las personas no se dan cuenta de que los músculos juegan un papel muy importante en la pérdida de peso. Hacer entrenamiento de fuerza mientras tienes un déficit de calorías puede hacerte ganar músculo a medida que pierdes grasa.
Al ganar músculo se pierde grasa, pero tu peso se puede mantener aunque notes que tu volumen se modifica. La razón es que el músculo pesa igual que la grasa, pero ocupa menos espacio.
Si practicas deporte y estás trabajando tus músculos, esta es la razón que puede estar ocasionado que notes que reduces de talla y tu cuerpo esté más estilizado, pero con el mismo peso que antes.
Sin embargo, es importante que seas consciente de que el número de la báscula no es lo más relevante, piensa que tu cuerpo está más tonificado y has transformado la grasa en músculo. Además, una báscula normal muestra tu peso, pero no te dice cuánto de ese peso es músculo, grasa, agua, huesos u órganos. Centrarse en la pérdida de grasa es mucho más importante que centrarse en tu peso.
Los cambios hormonales en las mujeres también tienen mucho que ver en que el peso no baje, aunque el volumen sí. Durante el ciclo menstrual, las hormonas afectan a tu estado de ánimo y también lo hacen a tu peso.
Dependiendo de la etapa de la menstruación en la que te encuentres, seguramente verás fluctuaciones en el peso. Los estrógenos provoca retención de líquidos y aumento del riesgo de subir de peso. Si estás en esa época del mes, es mejor esperar para poder evaluar los cambios.
Estar cerca de la menopausia también puede provocar cambios hormonales que pueden ocasionar una redistribución de la grasa, llegando a incrementar el peso o a mantenerlo igual a pesar de hacer ejercicio y seguir una dieta saludable.
La merienda es una de las 5 comidas que generalmente hacemos durante el día. Es importante, para aportar al organismo la energía que necesita desde que comemos hasta que cenamos. Pero, a veces, es fácil caer en la tentación de hacer meriendas poco saludables, es por ello que te proponemos algunas ideas de meriendas saludables para bajar de peso.
Elegir meriendas saludables para bajar de peso es una tarea sencilla, solo hay que desterrar algunas costumbres que acaban incluyendo bocadillos, dulces o bollería. Para empezar, es importante que tengas en cuenta ciertos factores a la hora de elegir tu merienda:
Estas ideas son una pequeña selección de lo que puede ser unas meriendas saludables para bajar peso.
La fruta tiene un gran poder saciante por su alto contenido en fibra. Además, tiene un gran aporte nutricional y un bajo aporte calórico. ¿Cuál es tu preferida? El kiwi, la manzana, el plátano, la pera, el mango, la mandarina…
Los frutos secos también son muy saciantes. Eso sí, si quieres vigilar tu peso ten en cuenta que tienen un alto aporte calórico. No obstante, siempre es preferible un puñado de nueces o almendras que un croissant o cualquier otro tipo de bollería.
Una de las meriendas más saludables para bajar de peso es el yogur con fruta. El yogur sin azúcar es rico en proteínas, calcio y potasio. Combinado con fruta, obtienes una merienda muy nutritiva y con bajo aporte calórico. ¿Lo has probado con trozos de fresas y avellanas?
El huevo, la proteína por excelencia. Una merienda con huevo es todo un acierto. Destierra el pensamiento de que solo puede tomarse en la comida o la cena: un huevo a media tarde te dará energía para el resto del día. Unas tostadas de pan integral con huevo cocido cortado a rodajas, es una merienda saludable ideal para bajar de peso.
Unos bastones de apio, producto con bajo aporte calórico y rico en antioxidantes, es ideal para una dieta saludable. Por su parte, el humus es una rica manera de introducir legumbres a una hora del día en la que no las tomarías cocinadas.
Unas tostadas integrales, combinadas con un aguacate, hacen que la merienda sea muy nutritiva. El pan integral aporta un alto contenido en fibra y es ideal para cualquier merienda. El aguacate, por su parte, es muy nutritivo. Añade si quieres unas rodajas de tomate… ¡La combinación perfecta!