En el mundo de la contabilidad empresarial existe un concepto muy importante que es necesario conocer: la provisión ya que se relaciona estrechamente con la capacidad de una entidad para hacer frente a determinados pagos. Para ayudarte a comprender la importancia de la provisión en contabilidad a continuación te explicamos todo lo que necesitas saber sobre las provisiones y su repercusión en la capacidad de liquidar deudas de las empresas. ¡Lee con atención!
En contabilidad, una provisión es una cantidad de recursos que una empresa reserva para efectuar un pago previsto para el futuro, por ejemplo, cuando la empresa contrae una obligación a liquidar más adelante.
Estos recursos que deben figurar en el Balance de Situación, se guardan como un gasto (un pasivo); si efectivamente, llegado el momento hay que efectuar el pago, la empresa utilizará las provisiones para abonarlo. Si por el contrario no hace falta pagar, la previsión se eliminará y la empresa no tendrá ese gasto.
La ventaja de las provisiones de contabilidad es asegurarse de que la empresa cuenta con los recursos necesarios para hacer frente a un pago, y que ese pago esté previsto para no descuadrar la contabilidad interna ni afectar a la tesorería.
Cabe destacar que las provisiones contables deben indicarse en las cuentas anuales tal y como lo indica el Plan General de Contabilidad, y deben elaborarse en cuando la empresa sabe que tendrá que hacer frente a un pago con sus propios recursos por razones contractuales o legales o por obligación implícita o tácita.
Como hemos comentado las provisiones deben aparecer no solo en el Balance de Situación sino también en las cuentas anuales de las empresas para cumplir con el PGC. Así mismo deben tenerse en cuenta para calcular la base imponible de tributos como, por ejemplo, el Impuesto sobre Sociedades, ya que hay determinados gastos asociados a las provisiones que no se pueden deducir.
En este sentido es importante saber que existen dos tipos de provisiones en función del vencimiento del pago:
Además las provisiones también deben clasificarse según la obligación para la que se están guardando. Por ejemplo: provisión para impuestos, para reestructuraciones o para actuaciones medioambientales en caso de previsiones a largo plazo; y provisión para transacciones por pagos basados, para contratos onerosos o por desmantelamiento en caso de previsiones a corto plazo.
Por otra parte, es esencial subrayar la importancia de estimar de la forma más precisa posible el montante de las deudas que la empresa debe liquidar en el futuro para poder así calcular con exactitud las provisiones en contabilidad. De lo contrario podrían haber problemas legales o relacionados con los pagos.