La salud es lo más importante en la vida. Si además hablamos de los más pequeños de la casa, la atención que debemos prestar sobre la misma crece de manera exponencial. La vulnerabilidad de las personas en sus primeros años de vida, donde su organismo se encuentra en fase de desarrollo, hace que debamos prestar la máxima atención en todo lo relacionado con la salud de los más pequeños. Por eso, desde Occident, en esta ocasión, te informamos sobre cuáles son las urgencias pediátricas más comunes y cómo podemos asegurarnos tener la máxima tranquilidad ante este tipo de situaciones.
Urgencias pediátricas más comunes
Las urgencias pediátricas más habituales y que deben recibir una atención médica profesional lo antes posible son:
- Fiebre elevada / convulsión febril: En caso de fiebre no es siempre necesario acudir al médico, pero sí que es importante estar atento ya que si estos síntomas van a peor o no cesan es posible que sean señales de algo más grave que puede sí necesitar atención profesional.
- Deshidratación por vómitos o diarrea: Si la deshidratación es leve, con beber mucho líquido durante la enfermedad y los siguientes días puede ser suficiente. Por lo contrario, si empezamos a sentir la piel seca, cefaleas o somnolencia además de una sed extrema puede ser señal de una deshidratación más aguda que puede precisar atención médica.
- Traumatismos: Los que tienen un mayor carácter de emergencia y que son más comunes suelen ser los traumatismos craneales y los traumatismos dentales. Después de sufrir un golpe, sobre todo en estas zonas, es recomendable acudir al médico para que comprueben que no haya traumatismos causados por culpa del golpe.
- Dificultades respiratorias: bronquiolitis, crisis asmática o laringitis. Aunque son enfermedades que suelen estar controladas, pueden haber crisis y cuando esto ocurre es necesario acudir a un profesional para evitar la obstrucción de la vía respiratoria (asfixia).
- Dolor de abdomen agudo: Aunque por lo general el dolor de abdomen es común, sufrir de un dolor agudo y continuo puede anunciar un problema más importante. Por lo tanto si esto ocurre es recomendable acudir a la consulta de un médico.
- Dolor torácico: Tal y como ocurre en el caso anterior, puede tratarse de un dolor común. En el caso de que sea un dolor continuo y agudo también puede resultar apropiado acudir a un profesional.
- Gastroenteritis aguda y hemorragia gastrointestinal: Aunque la gastroenteritis sea una enfermedad común y no especialmente grave, cuando esta se agudiza hasta el punto de crear hemorragias hay que controlarla. Si vemos que en los vómitos o en las heces tenemos rastros de sangre lo mejor es acudir al médico para evitar que esto tenga consecuencias.
- Quemaduras: Hay distintos grados de quemadura, es recomendable acudir a que un profesional vea la herida para evaluar su gravedad y decidir el tratamiento.
Otras emergencias pediátricas menos comunes
Aunque no tan habituales, también podemos mencionar como urgencias pediátricas, que deben ser atendidas por un profesional, las relacionadas con: ictericia, insuficiencia o anomalías cardiacas, intoxicaciones, ataques epilépticos, mordeduras y picaduras de animales, trastornos paroxísticos, traumatismos abdominales, urticaria, urgencias pediátricas de tipo endocrino como la diabetes y también todo tipo de urgencias bucodentales, como por ejemplo, un excesivo dolor a causa de las caries.
En todas estas emergencias pediátricas lo más importante es saber reaccionar de una manera rápida y efectiva, llevando a los más pequeños hasta el centro médico más cercano o consultando a los profesionales de la sanidad que trabajan en los diferentes servicios de atención sanitaria a través de consultas telefónicas pediátricas. Ellos serán los encargados de tomar las riendas de la situación y explicarnos cuáles han de ser los pasos que debemos seguir cuando estemos ante una situación de emergencia pediátrica. Está claro que con la salud no se juega. Es por eso que desde Occident contamos con un amplio cuadro médico que incluye servicios como la atención médica telefónica para nuestra tranquilidad. Ya que la prevención es la mejor herramienta que tenemos los padres para reaccionar ante cualquiera de las múltiples emergencias pediátricas más comunes durante los primeros meses o años de vida de nuestros hijos.