Un seguro de decesos es una póliza que cubre los gastos de los servicios funerarios, sepelio, tanatorio, féretro, esquelas, etc. pero que gracias a la evolución del sector también puede garantizarnos descuentos en medicina privada así como otras garantías para disfrutar en vida. En este artículo desgranamos todo lo que necesitas saber sobre este tipo de pólizas: coberturas, precio, etc.
El seguro de decesos - también conocido como seguro de defunción - siempre ha gozado de una gran tradición en España. Así, desde los tiempos de la postguerra, en los que se produjo un movimiento migratorio desde el campo a las ciudades, contratar una de estas pólizas era la única manera de asegurarse que, llegado el momento, el traslado al cementerio natal estaría garantizado.
Según datos facilitados por UNESPA, Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras, los seguros de decesos protegen a casi la mitad de la población española - un 46,5% para ser exactos - convirtiéndose así en el seguro voluntario más contratado.
En el resto de nuestros países vecinos, sin embargo, no existe el seguro de decesos sino que optan por los seguros de vida para hacer frente a los gastos funerarios a pesar de que, a diferencia de lo que ocurre cuando se contrata un seguro de decesos, la familia tendrá que adelantar todas las cantidades dinerarias necesarias para dar sepultura, féretro, incineración, etc.
El principal objetivo de este tipo de pólizas es hacer frente a los servicios funerarios que conlleva un fallecimiento: ataúd, incineración, traslado, repatriación, tanatorio, esquelas en prensa, etc.
Además, el seguro de decesos también se encargará de realizar los trámites administrativos necesarios cuando alguien muere: solicitud del certificado de defunción, tramitación de la pensión de viudedad, etc.
No obstante, de un tiempo a esta parte las compañías de seguros han llevado a cabo una importante labor de innovación y han incorporado coberturas de las que nos podremos beneficiar estando en vida. Así, por ejemplo, resulta bastante común que incluya un cuadro médico baremado que, a efectos prácticos, nos permitiría contar con un seguro médico familiar a través del cual accederíamos a la mejor medicina privada con importantes descuentos.
Dentro de estas garantías complementarias también podríamos encontrarnos con servicios de atención médica telefónica, una protección médica para las mascotas e incluso una cobertura de atención en el hogar para que, en caso de que un accidente te obligue a guardar cama, la compañía de seguros pueda mandar a una persona para que realice las tareas del hogar.
Por supuesto, los seguros de decesos también incluyen la posibilidad de traslados internacionales y nacionales. Tanto si el fallecido residía en España y quería ser enterrado en su país de origen como si un residente en nuestro país fallece en el extranjero.
Hoy en día, con la amplia oferta existente en el mercado, podemos optar por un seguro de decesos que se adapte a nuestras necesidades y que nos permite optar por las coberturas que más nos interesen. De esta forma, podremos suscribir una póliza a un precio realmente ajustado sino que estaremos realmente protegidos.
Para ello conviene analizar con detalle el tipo de seguro, las coberturas que incluye así como el capital contratado. Y es que, un aspecto que se suele ignorar en el momento de la contratación es, precisamente, el capital.
Una vez establecido que el seguro de decesos se encarga, principalmente, de los gastos funerarios de una persona hay que aclarar que lo hará solo hasta el límite del capital contratado.
Esto quiere decir que si contratamos una póliza con un capital pequeño, pagaremos menos por el seguro pero los gastos que estarán cubiertos serán menores. Es decir, y recurriendo a un ejemplo práctico, si nuestro capital es de 1.500€ puede que la prima a pagar sea muy baja y, a priori, nos compense pero teniendo en cuenta que un funeral tiene un coste medio de 3.500€, la familia debería hacerse cargo de esos 2.000€ de diferencia.
Es por esto que a la hora de escoger el mejor seguro de decesos no debemos guiarnos únicamente por el precio - esto es, la prima que pagaremos - sino por el capital contratado, las garantías complementarias que pueda incluir, etc. En este sentido, la opción más recomendable es recibir el asesoramiento de un agente de seguros.
Por las causas detalladas en el epígrafe anterior, resulta complicado determinar un precio medio de un seguro de decesos ya que esté vendrá determinado por el capital contratado, la edad de los asegurados, las garantías complementarias que incluya, etc.
Otro aspecto a tener en cuenta a la hora de contratar un seguro de decesos, y que determinará el precio que pagaremos por él, es el tipo de prima. Así, nos podemos encontrar con productos que en los primeros años tienen un precio muy económico pero que sufrirán una fuerte subida a medida que pasa el tiempo - llegando a alcanzar un precio realmente elevado durante nuestra jubilación - así como otros así como otros con un coste muy alto al principio que tendrá menores incrementos según el asegurado vaya entrando en la tercera edad.
La mejor opción sería optar por un seguro de decesos que nos ofrezca un precio más equilibrado de manera que en una primera etapa el asegurado pague una prima ajustada a su riesgo real y en la etapa de jubilación - en la que el riesgo de fallecimiento se incrementa – se realiza una nivelación para que los incrementos de prima sean lo más suaves posibles.
Los seguros de decesos surgieron en nuestro país como una manera de asegurar que el entierro se llevaría a cabo en el lugar de origen del finado ya que, debido a los movimientos migratorios de los años 50, 60 y 70 esto no siempre era posible.
En la actualidad, gracias a la labor de innovación llevada a cabo por las compañías aseguradoras, los seguros de decesos se encargan de mucho más que de los gastos funerarios e incluyen garantías que cuidan de nuestra salud, nuestras mascotas y que incluso nos pueden facilitar la realización de un testamento online.