¿Qué papel juega el almacenamiento de los alimentos en nuestra salud? Es posible que te sientas seguro en nuestro país a la hora de consumir los productos que compras en el supermercado, pues se siguen rigurosos métodos de conservación de alimentos marcados por el Ministerio de Sanidad para garantizar que estén en buen estado. Sin embargo, un error durante la conservación, como un cambio brusco de temperatura en la cadena de frío, puede resultar en una intoxicación. ¡Sigue leyendo para saber cómo evitarla!
¿Sabías que hay cinco métodos de conservación de alimentos? Son los siguientes:
Se usa sobre todo con productos lácteos como la leche. Se trata de someter a los líquidos a altas temperaturas durante un determinado tiempo para la eliminación de agentes patógenos.
Este método de conservación de alimentos usa las temperaturas bajas para reducir la velocidad de las reacciones químicas y disminuir la actividad de los microorganismos. Es decir, conservar los alimentos en el frigorífico evita que se estropeen con mayor rapidez.
En la misma línea que la refrigeración, la congelación usa las bajas temperaturas para conservar los alimentos, aunque en este caso la duración es mayor, pues detiene la actividad enzimática y bacteriológica que descompone los alimentos. Eso sí, cuando la comida se descongela, hay que consumirla lo antes posible, pues los gérmenes vuelven a reproducirse rápidamente.
Se trata de extraer el aire que se encuentra alrededor del alimento. Este método de conservación de alimentos consiste en introducirlos en bolsas de plástico termosellables de las que se puede extraer la mayor cantidad de aire posible para luego ser refrigeradas o congeladas.
Este método es de los más antiguos y consiste en añadir una abundante cantidad de sal al alimento, de manera de la sal deshidrata el alimento y priva a los microorganismos del agua que necesitan para subsistir.
Cuando ingerimos alimentos en mal estado, pueden aparecer diferentes síntomas de intoxicación. Esta situación es más común en verano debido a las altas temperaturas, responsables de la proliferación de bacterias en los alimentos, aunque se puede dar en cualquier época del año.
En cualquier caso, conocer los síntomas es fundamental para saber cómo actuar y evitar complicaciones graves. A continuación, detallamos aquellos ligados a las intoxicaciones alimentarias más frecuentes:
Afecta sobre todo a mujeres al final del embarazo, a bebés recién nacidos y a personas mayores. Los síntomas más comunes son:
Los niños, especialmente si son menores de tres años, tienen más riesgo de padecerla. Es posible que tengas salmonelosis si tienes alguno o varios de los siguientes síntomas:
Una vez más, los niños son más vulnerables ante esta intoxicación, pero cualquiera puede padecer sus síntomas:
Si has sufrido una intoxicación alimentaria, los síntomas pueden suponer unos días de malestar leve similar a una gastroenteritis, que suele remitir en poco tiempo siguiendo algunas sencillas pautas:
En cambio, si notas que se prolonga en el tiempo (más de 10 días) o que los síntomas son intensos, entonces deberías acudir a tu médico de familia, ya que podría derivar en una deshidratación severa. En los casos más graves de intoxicación alimenticia, los tratamientos pueden requerir hospitalización.
A continuación te damos algunos consejos que te pueden evitar muchas complicaciones de salud:
Si, por ejemplo, tu frigorífico ha dejado de funcionar durante un apagón de luz que se ha alargado en el tiempo, aunque haya vuelto a enfriar de nuevo, es posible que la mayor parte de los alimentos esté en mal estado. Afortunadamente, puedes recuperar su valor gracias a la garantía de bienes refrigerados incluida en tu seguro de hogar.
A menudo, nos acordamos de conservar los alimentos crudos en el frigorífico, pero nos olvidamos de los cocinados. Estos también pueden ser una fuente ideal para la proliferación de bacterias.
Si dejas la comida en el horno una vez que se ha enfriado, corres el riesgo de que se deteriore. No es un buen lugar para la conservación de alimentos.
La higiene es primordial para evitar una intoxicación alimenticia. Si te lavas las manos antes de cocinar o comer, previenes que los alimentos se contaminen.
Algunas bacterias como la salmonela o el E.coli pueden contagiarse de unas personas a otras. Evita el contacto con las personas afectadas con las que convives, así como el contacto con objetos que usan habitualmente como toallas o similares.
Los síntomas de una intoxicación alimentaria suelen durar entre 2 y 10 días, y los casos más graves pueden requerir hospitalización ante el riesgo de deshidratación. Pero con cuidado y siguiendo los métodos de conservación de alimentos se puede prevenir intoxicaciones.