La alimentación en las personas diabéticas es uno de los pilares principales del tratamiento. Tanto, que es esencial para controlar los niveles de azúcar en sangre y prevenir complicaciones. Hoy queremos contarte todo lo que necesitas saber sobre las frutas buenas para la diabetes y qué debes tener en cuenta en la elección para tener tu dieta controlada.
La diabetes mellitus es una enfermedad metabólica que se produce por un problema en la secreción o acción de la insulina, una hormona que regula los niveles de glucosa en sangre. Existen varios tipos de diabetes, pero en líneas generales, hablamos de diabetes mellitus tipo 1 (DM1) y diabetes mellitus tipo 2 (DM2).
Una correcta alimentación, así como la práctica regular de ejercicio físico, son los pilares fundamentales en el tratamiento de la diabetes. Respecto a la alimentación, esta debe ser controlada en cantidades y en tipo de alimentos, siguiendo las recomendaciones individuales que permitan controlar la glucemia.
El plan de alimentación tiene en cuenta la edad, el género, el estado de salud, el nivel de actividad física, el estado nutricional, etc., y, en él, los hidratos de carbono cumplen un rol fundamental en el control de la glucosa en sangre.
Sabemos que las personas con diabetes no pueden consumir azúcar en exceso por su efecto negativo en la salud y, aunque muchos piensan que las frutas entran dentro de estos alimentos, la recomendación es todo lo contrario. Es importante saber que hay frutas buenas para la diabetes, a pesar de su contenido en fructosa.
Las frutas son alimentos que contienen grandes cantidades de vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra. Es importante saber qué frutas son más recomendadas según su índice glucémico: a continuación te explicamos más sobre ello.
El índice glucémico es una medida que tienen los alimentos ricos en hidratos de carbono, y que indica a qué velocidad la glucosa de los alimentos pasa a nuestra sangre después de ser digeridos:
Como decíamos existen frutas buenas para la diabetes y que pueden ser consumidas a diario y otras con las que hay que tener un poco más de precaución. Esto depende del índice glucémico de las mismas.
Como hemos comentado, las frutas son buenas para la diabetes, pudiendo consumir 3 porciones de fruta al día . Esto es equivalente a 1 unidad de manzana, melocotón o pera, o 1 taza de arándanos, moras, fresas o cerezas. Aún así, la planificación de la dieta en las personas con diabetes debe realizarse haciendo una cuantificación de los diferentes nutrientes en cada comida. Para ello existen dos métodos que se podrán hacer teniendo en cuenta las necesidades del paciente:
Uno de ellos es el método del recuento de carbohidratos, este requiere saber la proporción de carbohidratos que está presente en cada alimento, lo que ayudará de forma eficaz a controlar la glucemia.
El método del plato sirve para controlar el tamaño de las porciones sin contar calorías. En este método, el plato se divide en dos mitades iguales donde una mitad debe ser ocupada con verduras o vegetales sin almidón (una ensalada con zanahoria, coliflor, brócoli o verduras cocidas o asadas) y la otra mitad se divide a su vez en dos, uno de los cuartos será de alimentos proteicos (carnes, huevos, pescados, legumbres…) y el otro de carbohidratos (patata, arroz, pasta, pan, fruta…).
Recuerda, además, acompañar este menú con agua o una bebida sin azúcar. Un té frío sin edulcorar, por ejemplo, puede ser una buena opción.
Más allá del método utilizado, es conveniente planificar junto con un médico especialista en diabetes todas las comidas del día, para poder llevar una alimentación equilibrada.
Antes que nada, vamos a aclarar que no existen frutas buenas o malas para la diabetes: sin embargo, sí es conveniente que algunas sean consumidas con moderación.
Antes hablábamos del índice glucémico de los alimentos; estas frutas que nombraremos a continuación tienen un IG alto, es decir entre 70 y 100, por lo tanto se recomienda no consumirlas en exceso:
Más allá del índice glucémico de la fruta y de cuál es más recomendada, debemos dejar claro que siempre hay que consumirla entera, con la pulpa y de ser posible también con la cáscara. Y evitar por ejemplo los zumos de frutas que, pueden aumentar mucho los niveles de glucosa ya que además de no consumir la fibra, normalmente se necesitan varias piezas para prepararlos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad es una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud.
La “ diabesidad” es el término que hace referencia a la peligrosa combinación de obesidad y diabetes tipo 2. La obesidad es considerada un factor de riesgo para el desarrollo de múltiples enfermedades. Entre ellas, la diabetes tipo 2. El aumento del tejido adiposo (dónde se almacena la grasa) está estrechamente relacionado con el desarrollo de resistencia a la insulina. Pero, ¿qué es exactamente la resistencia a la insulina?
Empecemos por el principio. La insulina es una hormona producida por el páncreas que permite que el azúcar que circula en sangre pueda entrar en las células de nuestros tejidos. Una vez dentro, ese azúcar puede ser usado como energía. En la DM2, las células no responden ante la insulina. Como consecuencia, el páncreas incrementa la síntesis de esa hormona. Hay un momento en el que no logra dar abasto y el azúcar que queda en sangre, incrementa. Dicho de otro modo, se da una situación de hiperglucemia.
En la obesidad, los síntomas más frecuentes, aparte del aumento de peso, son:
La diabetes tipo 2 puede ser asintomática, especialmente en las fases iniciales, pero algunos de los síntomas más característicos son:
La diabesidad aumenta el riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer, enfermedades cardíacas, hepáticas y renales. Aparte de las complicaciones físicas que puede acarrear la diabesidad, también cabe mencionar las repercusiones emocionales y sociales. Por ejemplo, se ve incrementado el riesgo de depresión, ansiedad y estigmatización social, entre otros problemas.
Como ves, una alimentación adecuada es indispensable para mantener los niveles de azúcar en valores normales. Por tanto, es importante incluir frutas buenas para diabéticos que aporten los nutrientes necesarios. Además, es importante consultar siempre con tu médico especialista, que es quien te dará las recomendaciones necesarias para garantizar tu buen estado de salud. ¡Recuerda que un estilo de vida saludable es necesario para el manejo adecuado de la diabetes!