La crianza de los hijos es un aspecto importante en el desarrollo de su personalidad y bienestar emocional. Los estilos de crianza son patrones de conducta y actitudes que los padres adoptan al educar a sus hijos. Estos estilos influyen de manera significativa en la formación de los valores, la autoestima y la capacidad de enfrentar desafíos en la vida de los pequeños. A continuación, veremos en qué consisten estos estilos y sus diferentes tipos.
Los estilos de crianza son un conjunto de estrategias y prácticas que los padres y madres utilizan para educar a sus hijos. Estas prácticas abarcan la forma en que la familia comunica sus expectativas, disciplinan y responden a las necesidades emocionales y físicas de sus pequeños.
Los distintos estilos de crianza afectarán al desarrollo del niño o niña de diversas maneras, por lo que es muy importante tener claro en la pareja cuál de ellos es el que mejor se adapta a lo que busca la pareja para sus hijos.
Existen distintos estilos de crianza, cada uno con sus características, ventajas e inconvenientes. Cuál elegir según diferentes expertos en psicología, dependerá de cómo son el padre y la madre y lo que quieren transmitir a sus hijos e hijas.
El resultado es generar un ambiente muy amoroso y comprensivo, aunque esto puede llevar a problemas de disciplina y dificultades para que los niños aprendan a manejar la frustración y los límites.
Aunque este estilo puede inculcar disciplina y respeto por la autoridad, también puede provocar miedo y resentimiento en los niños, afectando negativamente su autoestima y capacidad de tomar decisiones de manera autónoma.
Una crianza así puede limitar la autonomía y el desarrollo de habilidades de afrontamiento, generando dependencia y falta de confianza en las capacidades propias del niño. A pesar de que la familia solo busca proteger y asegurar el bienestar de sus hijos, el resultado puede ser contraproducente.
Este estilo fomenta el desarrollo de la autoestima, la responsabilidad y las habilidades sociales, creando un ambiente seguro y de apoyo. El hándicap es que requiere cierta formación o, al menos, recabar información por parte de la familia, ya que es fácil confundir este estilo de crianza con el permisivo.
El estilo de crianza que recibimos nosotros mismos de nuestros padres tiene un impacto duradero en nuestra personalidad, comportamiento y relaciones interpersonales. Éste influye en la forma en que nos percibimos, en nuestra capacidad para enfrentar desafíos y en nuestra manera de interactuar con los demás.
Comprender el estilo de crianza que hemos recibido puede ayudarnos a reconocer patrones de conducta y emociones que llevamos desde la infancia, y a tomar decisiones informadas al momento de criar a nuestros propios hijos, buscando un equilibrio que fomente su bienestar y desarrollo integral.
Recuerda que Occident puede ayudarte a través de sus especialistas en psicología a optimizar la conducta y reconducir situaciones problemáticas con tus hijos.
Criar no es algo sencillo y es muy importante para el futuro de nuestros pequeños. Identificar el estilo de crianza que estamos ofreciendo a nuestros hijos y adaptarlo a las necesidades de tu familia puede darte unas reglas y principios a seguir, y ayudarte en este proceso tan maravilloso como complicado.
Estos estilos, que se basan en el afecto y la comunicación, y en el control y el establecimiento de límites, fueron clasificados por Maccoby & Martin
La Organización Mundial de la Salud indica que en la formación de los niños y niñas, los padres y madres deben garantizar un cuidado que promueva el mejor desarrollo posible, y que tengan en cuenta tanto la salud física como la psicosocial.
Se dice que es helicóptero cuando un padre o madre se preocupa de manera excesiva por sus hijos e hijas, tendiendo a una actitud sobreprotectora y controlando cualquier fenómeno externo que afecte al desarrollo emocional de sus hijos e hijas. El símil viene por “sobrevolar” alrededor del pequeño constantemente.