Un local comercial está expuesto a sufrir pequeños hurtos, actos vandálicos y robos. Estos últimos pueden conllevar consecuencias más graves, como asaltos con intimidación en presencia de propietarios, clientes y/o empleados, con posibles lesiones físicas o psicológicas, además de las consecuencias económicas.
Teniendo en cuenta que se trata de un robo a un negocio, hay que diferenciar dos situaciones:
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Si tú o cualquier trabajador os encontráis en el interior:
En el caso de que el acto delictivo se haya producido en horario nocturno o en un momento en el que el local se encontraba cerrado:
Puede que sea imposible evitar un robo, pero sí tienes en tu mano evitar, en mayor o menor medida, las consecuencias derivadas de ese acto delictivo. Para ello lo mejor es contar con un seguro que cubra posibles eventualidades.
En primer lugar, es esencial entender el concepto de robo y expoliación. Es importante que un seguro de comercio no solo tenga la cobertura necesaria ante robos de toda clase (implica fuerza física o violencia), sino que cubra también el concepto de expoliación o atraco (implica intimidación).
En segundo lugar, tenemos que tener claro todo lo que nos puede ofrecer un seguro de comercio para ayudarnos en estas situaciones, algunas de las coberturas a tener en cuenta pueden ser:
No sólo aquellos bienes que están en el interior, también las instalaciones que puedan estar en el exterior.
Por ejemplo, al romper la luna del escaparate, aunque sea sin acceder al establecimiento.
No solamente en robos dentro del local (tanto en la caja fuerte como fuera de ella), sino cuando haya un transporte de fondos hacia otro destino.
A cargo de los propios empleados que figuren en nómina en el negocio.
En este sentido el seguro de comercio de Occident se presenta como una buena solución para proteger tu negocio. Un seguro adaptable, con las máximas coberturas y con la protección extra que necesita tu establecimiento.