Consecuencias del sedentarismo: señales de que estamos haciendo poco ejercicio

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Según la OMS, el sedentarismo está detrás del 6% de muertes a nivel global, y aumenta entre un 20% y un 30% las posibilidades de muerte prematura. Lamentablemente, gran parte de la población lleva un estilo de vida sedentario, y no nota las graves consecuencias de la falta de actividad física hasta que es demasiado tarde.

Es esencial contrarrestar los efectos negativos del sedentarismo desde el principio, y para ello es recomendable conocer los síntomas de que no estamos realizando suficiente ejercicio a diario. Desde Occident queremos ayudarte a detectar los síntomas del sedentarismo y darte consejos para combatirlo.

Causas y consecuencias del sedentarismo

La causa principal se halla, sobre todo, en la adquisición de una serie de malos hábitos a lo largo de nuestra vida. Tanto niños como adultos pueden llevar un estilo de vida sedentario por razones distintas, pero algunas de las principales causas del sedentarismo son:

  • El uso excesivo de dispositivos digitales
  • Largas jornadas de estudio o trabajo en las que no se realiza ningún tipo de actividad física
  • Desinterés general en el deporte
  • Uso excesivo de medios de transporte para ir a cualquier parte

Por supuesto, otra de las causas del sedentarismo es cuando llegamos a una edad avanzada se añaden otras dificultades que pueden exacerbar el sedentarismo, como la presencia de enfermedades crónicas, la pérdida de confianza en la propia capacidad física y la necesidad de asistencia y cuidados para desplazarse.

Sin embargo, muchas de estas causas y consecuencias del sedentarismo pueden evitarse o reducirse si prestamos atención a la vida sedentaria y los síntomas que pueden aparecer. Sabrás que debes aumentar tu nivel de ejercicio si detectas problemas como:

  • Dificultad para descansar: El ejercicio hace que nuestro cuerpo exija un sueño reparador. Cuando no realizamos ejercicio, el cuerpo siente que aún tiene suficiente energía y puede dificultarnos dormir bien toda la noche.
  • Hipertensión: La presión arterial es un síntoma de baja forma física. Nuestro corazón necesita ejercicio para fortalecerse y bombear la sangre al resto del cuerpo. Este síntoma puede conducir a enfermedades cardiovasculares e incluso a sufrir un infarto agudo de miocardio, por lo que es necesario que le demos a nuestro cuerpo el ejercicio que nos está pidiendo.
  • Rigidez articular: La falta de tonificación muscular ejerce más presión sobre nuestras articulaciones y puede derivar en que enfermedades que produce el sedentarismo como la osteoporosis, la artritis o la artrosis aparezcan.
  • Dolor lumbar: El ejercicio es fundamental para fortalecer los músculos de la espalda. Si sufrimos alguna lesión de espalda, es imprescindible conservar una postura correcta y hacer ejercicio a menudo, aunque sin forzar demasiado las lumbares. Eso nos ayudará a tener menos molestias.
  • Hambre y problemas digestivos: La actividad física ayuda a regular la grelina una “hormona del hambre” y los movimientos intestinales. Los problemas digestivos o de apetito son un indicio de sedentarismo.
  • Alteración del humor, estrés, ansiedad y/o depresión: De forma similar, el ejercicio segrega hormonas como la adrenalina o las endorfinas, que nos ayudan a gestionar emociones como el estrés y la ansiedad. Si no ejercitamos a menudo, ello puede desembocar en problemas más graves como la falta de concentración o incluso la depresión.

¿Cómo dejar a un lado la vida sedentaria?

El sedentarismo puede llegar a ocasionar problemas muy graves, pero por suerte es muy fácil de combatir. No es necesario convertirse en un atleta de la noche a la mañana: introducir una serie de cambios en nuestra vida diaria será suficiente para contrarrestar los efectos negativos del sedentarismo. Sigue los consejos siguientes:

  • Planifica tu actividad física de la semana: Si no apartas algo de tiempo para la actividad física, es fácil que al final de la semana te des cuenta de que no has hecho ejercicio. Haz huecos en tu agenda semanal para dedicarlos a tu actividad deportiva favorita.
  • Cumple tus propósitos: No es necesario hacer un sobreesfuerzo para ver resultados en tu salud. Empieza con objetivos pequeños y ve aumentándolos a medida que te sientes mejor. Puedes empezar con salir a correr o dar paseos vigorosos, y verás cómo en poco tiempo querrás hacer más ejercicio.
  • Modifica tu alimentación: Una dieta saludable es esencial para mantener fuerte tu sistema inmune. Sustituye los alimentos ultraprocesados por verduras, lácteos y grasas naturales. Eso hará que el ejercicio sea más fácil para ti y que tu salud mejore más rápidamente.
  • Muévete en el trabajo: La jornada laboral es uno de los principales culpables del sedentarismo. Si puedes incorporar algo de ejercicio a tu empleo (por ejemplo, yendo a trabajar a pie o moviéndote un poco cada dos horas), tendrás mucho ganado.
  • Consulta a tu médico: Hazte chequeos con regularidad y consulta con un especialista para saber cómo mejorar tus hábitos. Un experto en salud podrá darte consejos personalizados en función de tu perfil y tus necesidades.

Haz ejercicio y busca asesoramiento

La vida sedentaria va mostrando síntomas que pueden parecer inofensivos o casuales, pero que tienen un efecto perjudicial en nuestra calidad de vida si no prestamos atención a tiempo. Añadir un poco de ejercicio en nuestra rutina diaria, puede ayudarnos a combatir el sedentarismo y a prevenir enfermedades más graves.

Bienestar y salud en tu vida, que puedes conseguir alcanzar también con la ayuda de servicios como los prestados Cosalud Bienestar, un seguro de salud que con su amplio cuadro médico de profesionales de todas las disciplinas médicas que en este sentido puedas necesitar (medicina del deporte, fisioterapéutas, gimnasios, psicólogos, entre otros), te ayudará a enfocar esa mejora en tu salud física.

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