Cómo saber si tienes trastornos de conducta alimentaria o TCA

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Los TCA o trastornos de conducta alimentaria son mucho más frecuentes de lo que pensamos: según los datos de la Asociación Contra la Anorexia y la Bulimia, casi un 5% de la población joven en España sufre algún tipo de TCA. Aunque trastornos de conducta alimentaria como la bulimia o la anorexia son conocidos, no son ni mucho menos los únicos que existen. Otros, como el trastorno por atracón, por rumiación o por evitación, tienen consecuencias igualmente graves y son desconocidos por la mayor parte de la población.

En gran parte, estos trastornos de conducta alimentaria se deben a que la sociedad deposita unas expectativas muy altas en la imagen y la estética, y las redes sociales contribuyen a agravar la situación. Por eso, en este post te ayudamos a entender en qué consisten los trastornos de conducta alimentaria, y te indicamos los síntomas del TCA que pueden ayudarte a identificar si tú o alguno de tus seres queridos está en situación de riesgo.

Cómo saber si tienes un TCA: ¿Cuál es el perfil de un adulto con TCA? ¿Y los factores de riesgo del TCA?

Aunque, como hemos mencionado, los TCA son especialmente prevalentes entre la población joven, esto no significa que no haya muchos adultos afectados por alguno de ellos. Los trastornos de conducta alimentaria pueden provocar problemas psicológicos como la depresión o la ansiedad.

El perfil de una persona con trastornos de la conducta alimentaria se caracteriza, fundamentalmente, por un mal concepto de la propia imagen. El problema responde, por un lado, a una baja autoestima e inseguridad que pueden provenir de haber sufrido rechazo en el pasado por parte de la familia o en el entorno escolar.

Por otra parte, a la baja autoestima se le suma un elevado nivel de exigencia y tendencias perfeccionistas. La combinación de estos problemas puede llevar a la persona a un círculo vicioso en el que la satisfacción personal está siempre fuera de alcance. La insatisfacción y una mal entendida búsqueda de la perfección pueden llevar a alimentarse de manera incorrecta, o bien centrarse en la imagen personal y tener como efecto un rechazo de la comida. En cualquiera de los dos casos, la comida es el objeto central sobre el que la víctima del TCA vuelca sus frustraciones.

Los factores de riesgo de un TCA pueden ser individuales, familiares o sociales. Los principales factores individuales son los rasgos psicológicos particulares y la predisposición genética, por ejemplo si algún otro familiar ha sufrido un TCA. En cuanto a la influencia, el crecimiento en un ambiente desestructurado o muy controlador aumenta el riesgo de padecer un trastorno de la conducta alimentaria.

Los valores de la sociedad en la que crecemos también tienen un papel clave: el modelo de belleza basado en la delgadez y la presión social, en especial la que tiene lugar en el ámbito deportivo, juegan un papel importante en el desarrollo del TCA. A menudo, estos condicionantes externos llevan al individuo a sufrir críticas por parte de los demás, incluso a interiorizar una sensación permanente de no estar a la altura.

Síntomas del TCA: Cómo detectar este tipo de trastornos

Cabe señalar que los síntomas de los trastornos de conducta alimentaria pueden responder a otro tipo de trastornos mentales. Por ello, es importante que acudamos a un profesional de salud mental para recibir un diagnóstico adecuado. Sin embargo, existen una serie de indicios de alarma en los que podemos fijarnos para saber cuándo debemos acudir a un especialista. Algunos de los principales son:

  • Relacionados con la alimentación: La preocupación obsesiva por la alimentación puede ser un síntoma claro si se manifiesta en un interés desmedido por las recetas, el sentimiento de culpa y el rechazo de las comidas con amigos o en familia. En general, debe prestarse atención a cualquier comportamiento extraño relacionado con la comida: comer muy rápido, acudir al baño inmediatamente después o esconder la comida.
  • Relacionados con el peso corporal: Es importante darse cuenta de cambios súbitos de peso en cualquier dirección, sobre todo si van acompañados de la práctica compulsiva de ejercicio o, en caso de trastorno por atracón, de un estilo de vida excesivamente sedentario, que puede llevar a problemas graves de salud. En el primer caso, la persona puede llegar a sufrir desnutrición y padecer síntomas más graves como la amenorrea, el estreñimiento, la caída del cabello o mala circulación en las extremidades.
  • Relacionados con la autoimagen y el comportamiento: Un desprecio abierto y desmesurado hacia la propia imagen corporal es un indicio relevante. Las personas con TCA también pueden aislarse cada vez más, volverse más irritables o disminuir su rendimiento en el trabajo o la escuela.

¿Cómo tratar un TCA?

Casi todos los expertos están de acuerdo en cómo tratar un TCA. La mejor manera de hacerlo es llevar a cabo un tratamiento multidisciplinar, con un equipo compuesto por especialistas en salud mental, nutricionistas, médicos y un formador social en la mayoría de los casos, en especial aquellos relacionados con adolescentes.

Aunque el proceso de mejora es lento, al menos el 60% de pacientes consiguen dejar de sufrir el trastorno después de someterse a tratamiento, por lo que es importante no perder la esperanza. Además, incluir un asesoramiento dietético y tratamiento psicológico en las pólizas, hace que la mejoría sea más accesible y económica para cualquier persona afectada por un TCA.

TCA: ¿Están las redes sociales agravando la situación?

Ya hemos visto que los factores sociales son clave en el desarrollo de un trastorno de la conducta alimentaria. Lamentablemente, Internet ha extendido la influencia del “culto a la imagen”: la atención constante a redes sociales como Instagram o Facebook multiplica la presión a la que nos sometemos, y puede aumentar el riesgo de sufrir un TCA.

Algunos ejemplos de la influencia en el TCA y las redes sociales son los retos que promueven la delgadez extrema, así como los trucos y consejos compartidos por usuarios afectados por la anorexia o la bulimia. Afortunadamente, actualmente, las empresas detrás de estas plataformas están tomando medidas para controlar el contenido que se divulga. Además, existen campañas de concienciación por parte de algunos usuarios para luchar contra las TCA: es el caso de cuentas como Croquetamente o Entretallas.

A nivel personal, lo mejor que podemos hacer para prevenir los trastornos de conducta alimentaria es seguir una alimentación saludable como la dieta mediterránea, y asegurarnos de que estamos consumiendo los nutrientes esenciales que necesitamos. Si nos obsesiona la imagen personal, el mejor remedio es llevar una vida sana y ponernos en manos de asesoramiento especializado por parte de expertos en nutrición y profesionales de la salud mental.

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