- El síndrome del niño emperador conlleva una situación de imposición continua de sus decisiones por encima de las de los demás
- Los niños que presentan este trastorno muestran ausencia de sentimiento de culpa o responsabilidad frente a un castigo .
- Si no se detecta y trata a tiempo, el síndrome del emperador puede derivar en problemas graves en la edad adulta
El entorno familiar ha experimentado grandes cambios, hasta el punto de propiciar algunos trastornos de conducta en los más pequeños. Uno de estos es el denominado síndrome del emperador o síndrome del niño tirano, que son algunos de los nombres con los que se refiere a aquellos niños que imponen su ley y dominan en su casa. A veces pueden incluso llegar al maltrato.
¿Cómo saber si un niño se ha convertido en un tirano o si solo se trata de una rabieta?¿Qué solución hay? En este artículo hablaremos acerca de ello. También te recordamos que en nuestro seguro de asistencia sanitaria cuentas con un amplio número de psicólogos en su cuadro médico, en caso de que necesites ayuda especializada.
¿Qué es el síndrome del niño emperador?
El síndrome del niño emperador es un trastorno de conducta que se puede presentar en la infancia. Consiste en una situación de imposición continua de sus decisiones por encima de las de los demás, convirtiéndose en el amo y señor de la familia y sometiendo al resto de integrantes a sus exigencias.
Todo tiene que ser cómo y cuándo ellos digan: lo que se va a cocinar, el sitio en el que pasarán las vacaciones, qué programas de televisión se ven, la hora de irse a la cama o cualquier otra actividad. Para lograrlo no tienen ningún reparo en chillar y patalear, amenazar e incluso agredir a sus padres, tanto física como psicológicamente.
No existe un cuadro clínico concreto que determine el síndrome del hijo emperador, aunque hay algunas características que suelen identificarlo. Entre ellas están la ausencia de sentimiento de culpa o responsabilidad frente a un castigo cuando ha hecho algo malo, o una total falta de apego hacia los padres u otros adultos de la familia.
El problema de esta situación es que, si no se hace algo a tiempo, puede degenerar en un potencial caso de violencia doméstica, ya que el riesgo de que de adulto se agreda a la pareja es muy elevado.
¿Cómo identificarlo?
Para identificar a los niños tiranos es fundamental ser observadores con su comportamiento y estar al tanto de ciertas señales. Antes de hablar acerca de ellas, es importante destacar que todos los niños tienen rabietas, y no por ello supone que tener enfrente a un pequeño dictador.
Los síntomas que alertan sobre el síndrome del emperador son:
- Cada vez que algo no se hace como quiere, el niño empieza a gritar y patalear, sobre todo cuando está en un lugar público, rodeado de gente. Trata de avergonzar al adulto que va con él para conseguir su objetivo.
- Acaba siempre por salirse con la suya, haciendo que toda la familia se doblegue a sus caprichos.
- Interrumpe a todo el mundo en cualquier momento para que le oigan a él, sin importar con quién estén hablando los mayores o si se le ha dicho que no entre al sitio en el que se encuentran.
- Insiste en marcharse de algún lugar cuando quiere, aunque sus padres estén haciendo alguna cosa o hablando con alguien, por ejemplo en un supermercado.
- Cuando quiere alguna cosa, no acepta nunca un “no” como respuesta. Se tira al suelo, pega o realiza cualquier otra acción hasta que se hace lo que dice o se compra lo que está pidiendo.
- No respeta la privacidad, y por ejemplo entra al cuarto de baño para hacer sus necesidades aunque alguno de sus padres o sus hermanos se esté duchando o arreglando. Nunca acepta esperar y son los demás los que tienen que atender sus exigencias.
Como es evidente, esta situación no llega a surgir de la noche a la mañana, se trata de un proceso gradual que va escalando con la edad.
Test para detectar el síndrome del emperador
Las causas que llevan a un niño a convertirse en un tirano que somete a toda la familia no están definidas. De hecho, se piensa que se trata de un trastorno cuyo origen puede deberse a varios motivos.
Hay un consenso entre los especialistas que señala a los padres como una de las causas, por ser protectores y muy permisivos, dándole al niño todo lo que pide. No se ponen normas ni límites debido a que apenas se pasa tiempo con ellos, lo que genera una sensación de culpa que se intenta cubrir consintiendo y haciéndole creer que todo gira en torno al niño, por encima de los demás.
Los especialistas señalan a los padres como una de las causas por las que un niño puede desarrollar este tipo de actitudes en la infancia
También se habla de un componente genético, que si bien no define de manera tajante quién tendrá el síndrome del emperador, sí que lo predispone en cierto sentido. Sobre todo si no se aprenden a controlar rasgos de la personalidad como la capacidad para empatizar o tener trato con los demás.
En cuanto a los síntomas, el síndrome del hijo emperador se define por esta lista que puede servir como test para analizar si un niño está desarrollando este trastorno:
- ¿Es empático? El niño tirano no es capaz de ponerse en el lugar de otros. En vez de eso es egocéntrico y anteponen sus caprichos a los pensamientos, emociones o situación de los demás.
- ¿Tiene tolerancia a la frustración? Cuando algo no sale como ellos quieren, se enfadan y se vuelven agresivos.
- ¿Es sociable? Los niños que tienen el síndrome del emperador no suelen tener amigos, y se les castiga a menudo por portarse mal con otros.
- ¿Es disciplinado? Los niños tiranos se centran solo en obtener lo que les gusta, y quieren conseguirlo sin esfuerzo. Llegan a ponerse en peligro, no aceptan la disciplina y no quieren someterse a normas.
- ¿Es manipulador? Otro síntoma general del síndrome del niño tirano es la tendencia a manipular a los demás para lograr lo que quieren. Si no lo consiguen, amenazan, chantajean o hasta recurren a la violencia física.
Cómo actuar si se identifica un niño tirano
Este tipo de trastornos requiere acción rápida en cuanto se detecta, por lo que es fundamental estar al tanto y evitar que evolucione a más. Algunas medidas para prevenir el síndrome del emperador son:
- Poner límites. Las normas son necesarias para el desarrollo de las personas, y los niños las necesitan. Es importante que sepan qué se espera de ellos y que aprendan a controlarse.
- No rendirse. Mantenerse en una posición es la manera de enseñar al niño que no siempre se puede salir con la suya. Si se ha dicho que no a alguna cosa y empieza a patalear, hay que seguir manteniendo la postura para no darle un mensaje equivocado.
- Enseñar a ponerse en el lugar de los demás. La empatía es esencial para combatir el síndrome del emperador. Cuando entienden que las personas que le rodean también tienen derecho a decidir, es más difícil que se vuelvan unos tiranos.
- Buscar ayuda profesional. En los casos más extremos, cuando el síndrome del niño emperador se ha desarrollado por completo, puede ser necesario ponerse en manos de especialistas o recibir orientación.
Conclusiones
El síndrome del emperador es mucho más que una simple rabieta o un adolescente que trata de conseguir algo. Es un trastorno de conducta que puede derivar en un problema muy grave, hasta el punto de generar un adulto maltratador.
Por ello, es fundamental estar al tanto de las señales que indican que se empieza a generar este problema. Una persona no nace siendo tirano, sino que se desarrolla cuando no su entorno no hace nada al respecto.
ójajá hubieran leído esto mis padres hace 20 años