El simbolismo de un jardín zen va más allá de su estética
Un jardín zen japonés es mucho más que una disposición de plantas concreta. Su simbolismo lo convierte en un espacio especial, que representa mucho más que la belleza o la tranquilidad que se respira en uno de nuestros típicos jardines mediterráneos.
La palabra que mejor define a un jardín zen es minimalismo. Estos espacios naturales tan particulares combinan los colores verde y blanco para crear un área donde meditar y encontrarse con el propio espíritu.
El simbolismo de un jardín zen
En un jardín tradicional japonés es muy habitual que la grava o la arena sustituyan al césped. De hecho, con la arena se dibujan formas que simbolizan el agua, ya sea un mar agitado o en reposo, que transmitirá como te sientes en cada momento. Tomando este diseño como base, se colocan piedras que representan los obstáculos a los que todos nos enfrentamos en la vida.
Las piedras y la grava o la arena se complementan con la plantación de helechos, arbustos y musgo, para dar el tono verde requerido a un jardín zen. Todos estos elementos es importante que se dispongan de manera armoniosa y siguiendo las bases de un estilo muy minimalista, para que realmente creen un espacio natural destinado a la meditación.
Uno de los aspectos fundamentales de un jardín zen es que no requiere de grandes espacios para su instalación, pero sí de una cuidada disposición armoniosa. Asimismo, la elección de plantas es fundamental. Se requieren especies que sean capaces de mantener en todo momento el tono verde característico de estos jardines. Se recomiendan plantas como el dasylirion y el bambú fargesia.
¿Quieres disfrutar de tu propio jardín zen? Empieza a recopilar todos los elementos decorativos y plantas que te permitirán disfrutar de un espacio único de meditación y gran belleza en tu propia casa.
