El riesgo del balconing

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El balconing  y las consecuencias de saltar de balcón en balcón

 

Con la llegada del verano y los turistas de vacaciones, aparecen a menudo noticias de accidentes graves causados por la práctica del balconing, una moda de consecuencias muchas veces mortales para quienes la practican. Es el momento de concienciarnos de la necesidad de evitar estas prácticas y de sus consecuencias.

¿Qué es el balconing?

El balconing es una tradición muy arriesgada que practican especialmente los turistas jóvenes que llegan a nuestro país de vacaciones, y que consiste en ir de habitación en habitación pasando por los balcones del hotel o edificio de apartamentos. También muchos chicos se lanzan a la piscina desde el balcón de su habitación y muchas de estas escenas vienen promovidas por el afán de compartir este comportamiento en redes sociales y conseguir una publicación viral.

Podríamos encontrar alguna analogía entre el balconing y algunas actividades deportivas como el parkour, pero es muy importante señalar los graves peligros a los que se exponen quienes deciden hacer balconing y que nada tienen que ver con los accidentes reales de caídas desde un balcón por barandillas sueltas o demasiado bajas.

Los riesgos que acompaña

Hay que tener en cuenta que el balconing se acostumbra a practicar bajo la influencia del alcohol o las drogas, lo que aun acrecienta el riesgo de una caída que acabe en consecuencias trágicas para el joven que ha decidido hacer esta práctica veraniega, especialmente popular en las islas baleares de Mallorca e Ibiza.

Las consecuencias del balconing

Es necesario dejar muy claro que una mala caída derivada de un salto de balconing puede acabar en una fractura grave, en un coma o en el fallecimiento. Además, no solo los jóvenes que lo practican son las víctimas,  ya que los responsables de los hoteles o edificios de apartamentos en que se alojan tienen que afrontar problemas legales por accidentes derivados de esta moda tan peligrosa.

De hecho, en muchos hoteles se están haciendo obras para mejorar la seguridad, como aumentar la altura de las barandillas o alojar en las plantas más bajas a los residentes con edades comprendidas entre los 18 y los 25 años para que, en caso de balconing, el impacto sea el mínimo.

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