El reloj biológico: qué es y cómo afecta a nuestro bienestar

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Ritmo circadiano

En mayor o menor medida, todos hemos oído hablar alguna vez de los ritmos circadianos y biológicos, y de la importancia que éstos tienen para nuestra salud. Pero en muchas ocasiones se obtiene una información difusa y no del todo contrastada que hará que mucho se pregunten cuánto hay de cierto en todo lo que se cuenta acerca del reloj biológico y si realmente éste es un tema importante para la salud del que uno deba preocuparse. Pues bien, sí se trata de un tema importante que nos concierne a todos y que debemos cuidar. Y, para ello, lo principal es saber de qué es, cómo afecta a nuestra salud, y cuáles son las claves que permiten mantener nuestros ritmos circadianos.

La forma de vida actual viene condicionada, en mayor o menor medida, por los horarios de trabajo, la necesidad de viajar, pasar horas ante la pantalla de un ordenador, los viajes largos, las cargas familiares y otras preocupaciones, etc. Todos estos factores pueden alterar los ciclos de sueño de cualquier persona, pero también otros hábitos como “vivir de día”, es decir, ver la luz del día y exponerse a la luz del sol, o seguir una rutina con unos horarios de comidas y ejercicio físico. Todos ellos son factores que, entre otros, condicionan nuestro ritmo biológico. En NorteHispana sabemos la importancia que los ritmos circadianos tienen para la salud, y por ello te explicamos qué son y cómo afectan a nuestra vida diaria.

¿Qué son el ciclo circadiano y el reloj biológico?

Día a día, se producen una serie de cambios a nuestro alrededor, como lo son las horas de luz durante el día y de oscuridad durante la noche, o las variaciones de temperatura. Estas variaciones cíclicas que ocurren en un periodo de 24 horas son los denominados ciclos circadianos, y son factores externos que no podemos controlar. Pues bien, nuestro cuerpo se adapta de forma natural a estos cambios cíclicos regulando de forma muy precisa nuestros niveles de hormonas, nuestro metabolismo, el sueño y la temperatura corporal, e incluso nuestro comportamiento. Estos ritmos endógenos, cuya duración e intensidad las establece nuestro propio organismo en función de los ciclos circadianos externos, constituyen el denominado reloj circadiano o reloj biológico.

Hace años que los científicos conocen y estudian todo lo relacionado con el reloj biológico y los ritmos circadianos. Tanto es así que se ha descubierto en qué manera nuestro reloj interno afecta a nuestros genes, estimulando o inhibiendo su expresión, y afectando a nuestros niveles hormonales y metabolismo. De hecho, los científicos más destacados en esta materia: Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young, han sido recientemente galardonados con el Premio Nobel de Medicina 2017.

¿Cómo afecta el reloj biológico a nuestra salud?

Nuestro reloj biológico está diseñado para autorregularse y “soportar” ciertos desajustes de los ritmos circadianos que, por nuestros hábitos de vida, podamos ocasionar. Sin embargo, existe un límite. Y en el momento en el que lo sobrepasamos podemos ocasionar algún daño para nuestra salud. Un desajuste crónico entre nuestro estilo de vida y el ritmo de nuestro reloj biológico acarrea un mayor riesgo de sufrir ciertas enfermedades.

Existen pues desajustes del reloj biológico que ocasionan efectos a corto plazo y que en principio no suponen un gran riesgo para nuestra salud. Un claro ejemplo de ello es el jet lag sufrido por algunos viajeros y que produce fatiga.

Por otro lado, las alteraciones de los ritmos biológicos a largo plazo pueden ocasionar problemas a prácticamente cualquier sistema de nuestro organismo, pero particularmente a nuestro sistema cardiovascular y a nuestra salud mental.

Afortunadamente, existen alternativas naturales y médicas para personas que sufran de algún trastorno relacionado con la alteración de los ritmos circadianos. Lo más importante es mantener una rutina de sueño continuada, evitar el insomnio y descansar las horas necesarias durante la noche, realizar actividades físicas al aire libre y mantener unos buenos hábitos alimenticios. De este modo podremos mantener a raya las principales alteraciones que afectan a nuestro reloj biológico, y así disfrutar al máximo del día a día.

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