Las costas judiciales son los gastos de un juicio a los que debe hacer frente cada una de las partes involucradas. Estos gastos incluyen con frecuencia los honorarios del abogado que se ha contratado, los derechos del procurador que ha intervenido en el juzgado en representación, los gastos de peritos si han sido necesarios y las tasas judiciales que se hayan abonado para poder interponer el proceso. Además, pueden abarcar otros conceptos como requerimientos notariales, burofaxes o certificaciones.
Una vez aclarado qué son las costas judiciales, en este post vamos a detallar cómo se calculan y cuál es el plazo para pagarlas. Afortunadamente, se trata de un coste que puede asumir tu seguro. También te explicamos cómo.
Costas judiciales, cálculo y plazos
El letrado de la Administración de Justicia es el funcionario que determina la cuantía de las costas judiciales. Su cálculo se realiza mediante una tasación que incluye los honorarios y las partidas o derechos que corresponden.
El resultado se obtiene una vez que la sentencia sea firme, al final del proceso, porque en caso de que resulte que la persona reclamante no tenga razón, se le pueden adjudicar todas las costas del juicio, lo que técnicamente se denomina “condena de costas”.
El letrado que lleva a cabo la tasación puede basarse en los criterios orientativos elaborados por los colegios de abogados de cada comunidad autónoma. Estos criterios son válidos tanto en juicios de pago obligatorio como en caso de asistencia jurídica gratuita, pero cada comunidad se guía por unos criterios propios que varían de una a otra.
Hay que tener en cuenta que los honorarios pueden ser pactados libremente entre abogado y cliente, pero si hay “condena de costas”, solo se puede repercutir a la parte contraria la cantidad fijada en dichos criterios.
En cuanto al plazo para pagar las costas judiciales, la legislación española establece unos periodos determinados para evitar que puedan reclamarse toda la vida, un supuesto que daría lugar a una gran inseguridad jurídica.
Estos plazos dependen de la acción que se plantee en el juzgado. Por ejemplo, la hipotecaria prescribe a los 20 años, los honorarios de un abogado a su cliente lo hacen a los 3 años y, para las acciones personales que no tengan señalado un plazo de prescripción (la mayoría), el plazo es de 5 años.
Incluidas en el Seguro de Responsabilidad Civil
Las costas judiciales pueden alcanzar cantidades bastante elevadas, que pueden ser difíciles de asumir especialmente cuando la obligación surge de improviso.
Sin embargo, si contamos con un seguro de responsabilidad civil, este se hace cargo de las mismas en caso de que te reclamen una indemnización por causar daños a un tercero. El seguro cubre estos gastos judiciales y también otros extrajudiciales inherentes a la reclamación. Por supuesto, también garantiza el pago de la indemnización resultante.
Además, debido a la cobertura de defensa jurídica para distintas situaciones que se incluyen en este seguro, asume tu defensa tanto por vía civil como por vía penal, designando un equipo cualificado de letrados y procuradores para defenderte y representarte en las actuaciones judiciales. No solo cubre los honorarios de estos profesionales, sino que pone a tu disposición un completo servicio para que no tengas que preocuparte de conseguirlos por otro lado.
En el caso de que se te exija una fianza judicial para garantizar la responsabilidad civil, el seguro también la cubre.
Gracias a los seguros de responsabilidad civil no tendrás que preocuparte por pagar las tasas judiciales a plazos o encontrar alguna otra manera de poder hacer frente. Si alguna vez te ves envuelto en un proceso judicial en el que te las reclaman, tendrás la absoluta tranquilidad de contar con el respaldo necesario.