El reparto del coste de las obras de conservación y de mejora en una vivienda en alquiler
Las obras de conservación y mejora que deben realizarse en una casa de alquiler son uno de los temas que levantan más suspicacias entre inquilinos y propietarios. Aunque muchos contratos de arrendamiento cuentan con cláusulas relativas a este tema, hay que tener en cuenta que la ley obliga al propietario a realizar las reparaciones necesarias para hacer la casa habitable.
Teniendo esto en cuenta, debemos distinguir entre los conceptos de obras de conservación y mejora de una vivienda para saber quién debe responsabilizarse de cada una de ellas:
-Las obras de conservación son aquellas que deben llevarse a cabo para conseguir que una casa esté en condiciones correctas para ser habitada, como pueden ser problemas con grietas en las paredes, goteras o humedades.
-Las obras de mejora van destinadas a proporcionar comodidad a los habitantes de una casa, como pintar una pared o poner el suelo nuevo. También son consideradas así las obras que deben hacerse por acuerdo de la comunidad de propietarios, como cambios de tuberías o de sistemas eléctricos.
Las obras que debe pagar el dueño de la vivienda
La Ley de Arrendamientos Urbanos obliga al propietario de una vivienda a hacer todas las obras que son necesarias para que el inquilino pueda vivir con normalidad en una casa, como el cambio de una tubería privativa; y declara nula cualquier cláusula que implica un aumento de la renta por realización de cualquier reparación. Esta obligatoriedad no se aplica si las obras deben realizarse por un mal uso o negligencia del inquilino.
Asimismo, hay que tener en cuenta que el inquilino está obligado a soportar las obras de conservación que deban realizarse, aunque le representen molestias importantes durante su ejecución.
En cuanto a las obras de mejora, el propietario tiene la obligación de comunicarlas al arrendatario con tres meses de antelación, y este dispone de un mes para concluir el contrato si representan problemas serios de habitabilidad.
Tanto en un caso como en otro, la persona que alquila la vivienda puede exigir una indemnización por posibles gastos o una reducción del alquiler, si durante las obras se hay visto privado de una parte de la vivienda.
Las reparaciones realizadas por el arrendatario
El inquilino no puede realizar obras que modifiquen la configuración de la vivienda sin el consentimiento por escrito del propietario. Si las realiza, éste puede obligarle a devolver la vivienda a su estado original al finalizar el contrato, u optar por no indemnizarle por las mejoras hechas.