- Según un estudio de la OCU publicado en 2018, el 68% de los españoles prefiere la incineración frente al entierro.
- Existe un amplio abanico de posibilidades y alternativas, pero las más comunes son guardar, enterrar y esparcir las cenizas de un difunto.
- Esparcir las cenizas cuenta con una legislación precisa que debemos recordar.
Qué hacer con las cenizas del difunto es una pregunta que se realizan con bastante frecuencia los familiares y allegados de la persona fallecida al finalizar los actos funerarios. Resulta habitual que el fallecido haya dejado por escrito su preferencia por la incineración frente al sepelio, pero no lo es tanto que haya estipulado el destino de las cenizas.
A la hora de tomar una decisión tan delicada conviene tener presentes todas las opciones existentes en la actualidad. En este artículo, encontrarás numerosas alternativas para dar destino a las cenizas funerarias.
Cenizas funerarias ¿Qué hacer con ellas?
El motivo principal que nos puede llevar a la cremación suele ser la última voluntad del difunto, tal como adelantábamos, sin embargo, el precio de una incineración vs inhumación también puede ser determinante, sobre todo si en su día decidimos contratar un seguro de decesos. Pero, ¿Qué hacer con las cenizas del difunto, después? A pesar de que el abanico de posibilidades es cada vez mayor, en nuestro país se observa claramente cómo los usuarios suelen optar por tres opciones (enterrar, guardar o esparcir las cenizas).
Enterrar cenizas de un difunto
Se trata de la elección más habitual a la hora de dar destino a las cenizas funerarias. Ya sea enterrando las cenizas del difunto de manera similar a cuando se produce la una inhumación o depositándolas en un columbario.
- Tienes la posibilidad de enterrar las cenizas de un difunto de manera similar a cuando se produce la inhumación de un cadáver: dentro de un nicho bajo tierra y cubiertas por una lápida.
- O bien, puedes darles el descanso eterno en los conocidos columbarios, los nichos específicos donde se depositan las urnas funerarias que contienen las cenizas. Habitualmente, están en los cementerios pero también los puedes encontrar en jardines, estadios de fútbol o en espacios naturales como la ladera de una montaña o situados mirando al mar.
Guardar cenizas de un difunto
Si lo deseas, puedes conservar las cenizas de un difunto en casa y, para ello, igualmente tienes diversas posibilidades:
- Puedes guardar las cenizas del difunto en casa dentro de una urna. en una urna. Es una forma de que nuestros seres queridos permanezcan en el hogar. Si tienes clara esta opción es normal que te preguntes qué hacer con la urna de las cenizas dentro de casa: si colocarla en una repisa visible del salón o bien en un lugar más íntimo. Piensa que es una decisión personal que solo tú debes tomar apoyándote en la familia más cercana.
- Meter las cenizas en el interior de una joya, de tal forma que puedes sentir a esa persona tan especial siempre contigo, vayas donde vayas. Una variante con es la de convertir las propias cenizas en un diamante que se puede guardar o incrustar en otros materiales adoptando la forma de una auténtica joya. Si embargo, se trata de una opción de precio muy elevado que no tiene una gran acogida en nuestro país.
- Mezclar las cenizas con barro y hacer con el material resultante una escultura es otra forma de conservarlas. Otra variante es mezclarlas con óleo y pintar un cuadro. Si lo tuyo es el arte, ésta es una forma preciosa de expresar tus sentimientos más profundos y sobrellevar mejor el proceso de duelo.
Esparcir cenizas de un difunto
Esta alternativa suele ser el último deseo de la persona fallecida pero también puede ser la voluntad de los familiares. Te ofrecemos algunas ideas para decidir dónde pueden reposar las cenizas funerarias:
- Sobre el mar: es uno de los lugares más demandados. La sensación de paz, plenitud y eternidad que el mar nos transmite, hace que sea uno de los lugares más elegidos para esparcir las cenizas de un difunto. Volver al punto aproximado donde se dejó ir lo que quedaba de un ser querido y contemplar el mar, puede tener efectos muy positivos a nivel emocional.
- Bajo un árbol: se trata de una tendencia que está ganando cada vez más adeptos y que simboliza la vida después de la muerte. Incluso, puede ser una práctica reconfortante para los familiares. Ver cómo el árbol crece y se mece con el viento nos puede transmitir la sensación de que la esencia de esa persona tan querida permanece en este mundo, de alguna manera.
- Viajando en globo: es una manera realmente bonita de esparcir las cenizas de un difunto. Lo último de esa persona tan especial queda suspendido en el aire y después arrastrado por el viento hacia lugares desconocidos. Esta alternativa puede ser una ayuda en el proceso de duelo, ya que se pone en práctica el “dejar ir” al fallecido.
Estas opciones y otras similares que se te ocurran pueden parecer muy poéticas. Pero lo cierto es que el hecho de esparcir las cenizas cuenta con una legislación precisa que debemos recordar:
- Decreto 2269/1974 de 20 de julio, donde se regula la entrega de las cenizas a los familiares del difunto.
- Ley 14/1986 General de Sanidad, con la que las Comunidades Autónomas adquieren las competencias en materia de higiene y seguridad mortuoria. A partir de 1978 cada Comunidad Autónoma ha podido decidir sobre aspectos fundamentales: dónde se puede construir un columbario y qué medidas debemos adoptar entre otras características.
El Decreto 2269/1974 de 20 de julio es donde se regula la entrega de las cenizas a los familiares del difunto.
En base a estas normativas, debemos tener en cuenta tres puntos fundamentales:
- Los familiares pueden conservar las cenizas del difunto en una urna o bien en columbarios destinados a esa finalidad. Los más comunes están en tanatorios o cementerios, pero también los podemos encontrar en otros tan pintorescos como el campo de fútbol del Atlético de Madrid.
- Podemos dispersar las cenizas en espacios concretos como el Jardín de las Cenizas, situado en el cementerio Torrero de Zaragoza.
- Está permitido esparcir las cenizas en la naturaleza siempre y cuando evitemos sitios públicos como calles y parques. Tampoco está permitido depositar la urna con las cenizas en estos lugares.
Como puedes comprobar, la legislación sobre esparcir las cenizas te permite poner en práctica cualquiera de las ideas propuestas. Lo más importante es que tengas en cuenta que no pueden reposar sobre lugares públicos y, ante la duda, siempre debes preguntar si se trata de un lugar habilitado.
La incineración y la necesidad de adaptación de los tiempos
Según un estudio de la OCU publicado en 2018, el 68% de los españoles prefiere la incineración frente al entierro. Un cambio de tendencia que hace todavía más necesaria una normativa común en todo el país – ahora las normas varían en función de la comunidad autónoma – que regule el destino que pueden dar las familias a las cenizas de un difunto. Por el momento, lo aconsejable es que preguntes en tu Comunidad Autónoma una vez que hayas decidido qué hacer con las cenizas del difunto.
Por otra parte, cabe destacar que el Vaticano rechaza que las cenizas de un difunto se conserven en casa o en otros lugares más allá del entorno eclesiástico. Por tanto, si decides guardar las cenizas del difunto en una urna dentro del salón o esparcirlas en el mar, por ejemplo, la Iglesia podría negarse a la realización de un funeral católico.
En definitiva, lo más importante es que actúes dentro de la legalidad, acercándose lo más posible a la última voluntad del difunto y a todo aquello que te ayude a superar el duelo de la mejor manera posible.