El cuidado de la salud es uno de los aspectos más importantes de nuestra vida. Por eso es fundamental someternos a determinadas pruebas con el fin de comprobar si nos encontramos bien y prevenir problemas antes de que surjan. En el caso de las mujeres, una de las pruebas fundamentales es la citología.
¿Qué es y cómo se hace una citología? ¿Cuál es su objetivo? ¿Es normal sangrar después de la prueba o que duela? Abordaremos estas y otras cuestiones relacionadas con el cuidado de la salud femenina.
Qué es y en qué consiste una citología
Una citología, conocida también como el test Papanicolau, es la recogida de muestras de células procedentes del cuello de útero y la vagina, y su posterior estudio a través del microscopio.
Lo habitual es que el profesional al cargo te explique cómo se hace una citología antes de proceder:
- Tras colocar a la paciente sobre una mesa de exploración, se inserta un instrumento que facilita el acceso y la observación del cuello del útero.
- Se hace un raspado suave del interior y la zona externa del cuello, con el que se obtienen las muestras que se analizarán.
También hay algunas recomendaciones previas a la realización de la prueba:
- No tener relaciones sexuales completas dos días antes de la recogida de muestras.
- No realizar limpiezas internas ni utilizar desodorante vaginal.
- Haber terminado con la regla entre 3 y 5 días antes de la citología.
No aplicar ningún tratamiento de uso tópico, como cremas o espermicidas, una semana antes.
Para qué sirve y qué resultados muestra
¿Para qué sirve una citología? Sobre todo, para diagnosticar de forma precoz cualquier indicio de cáncer de cuello de útero, uno de los tipos más frecuentes. La media de incidencia en España ronda el 4% del total de casos de cáncer en mujeres, por lo que un diagnóstico precoz es fundamental para reducir el riesgo de padecerlo.
También se realiza el test Papanicolau para identificar infecciones o problemas hormonales.
Existen diferentes escalas para mostrar los resultados de la citología, aunque la más habitual al acudir al ginecólogo es la siguiente:
- Citología normal: no hay evidencias de problemas.
- Citología inadecuada: la muestra no se ha podido analizar de manera correcta, por lo que se recomienda repetir la prueba.
- Citología atípica: indica que la muestra no es del todo normal, pero tampoco significa que haya células malignas. A menudo esta situación revierte sin necesidad de tratamiento.
- Displasia: los resultados de la citología arrojan una presencia de células precursoras del cáncer. Existen 3 niveles de displasia, leve, moderada y severa.
- Carcinoma in situ: existen células cancerosas que no se extienden, por lo que al extirparlas casi siempre se elimina el problema.
- Cáncer de cuello de útero: El grado más grave, que muestra la presencia de células malignas que se extienden. Se requiere un tratamiento urgente.
Mitos y dudas sobre la citología
Además de comprender lo que es una citología, es muy importante despejar algunas dudas y eliminar mitos que hay alrededor de ella:
¿Duele la citología?
La citología puede generar cierta incomodidad, sobre todo cuando la mujer está muy tensa durante la prueba, pero no duele. Lo mejor es mantener la calma y estar tranquila durante el proceso.
¿Es normal sangrar después de una citología?
Al hacer un raspado, después de la prueba es normal que se sangre un poco, no más de unas gotas. En caso de que el sangrado sea más abundante o dure más de un día, hay que acudir al especialista.
¿Se pierde la virginidad cuando se hace la citología?
No, ya que la manera en cómo se hace una citología en mujeres que no han tenido relaciones sexuales es distinta a la de pacientes que han comenzado su vida sexual.
¿Tengo que hacerme una citología con más frecuencia si tomo anticonceptivos?
La frecuencia de la citología no depende de si se usan métodos anticonceptivos orales. Será el ginecólogo el que determine cuándo y con qué frecuencia hacerla.
Tu salud, mejor desde la prevención
Ahora que sabes qué es una citología y cuál es su objetivo, es el momento de ponerte en manos de un especialista y anticiparte a cualquier problema de salud.
Además, con el Seguro de Asistencia Sanitaria de Occident tienes libre elección de ginecólogo, por lo que puedes seguir manteniendo al profesional de toda la vida para el cuidado de la salud femenina.