En Corea del Sur existe una curiosa tradición en torno a los ritos funerarios; esta consiste en convertir las cenizas de los difuntos en joyas. Puesto que cada vez está más extendida, han surgido diversas empresas que se dedican a fabricar perlas muy especiales, resultado de una incineración en el crematorio. Consiste en pequeñas esferas trasparentes perfectamente pulidas de aspecto cristalino, que surgen al someter las cenizas del difunto a una alta presión. Es un proceso lento e increíble, que para la naturaleza supondría millones de años; sin embargo, gracias a los avances tecnológicos, esto es posible en tan solo días. Estas reliquias, conocidas como “perlas de la muerte” ya forman parte de la cultura coreana; sin duda, es una forma fascinante de mantener a los seres queridos cerca, de una forma bella y perdurable. ¿Encargarías que te hicieran una con las cenizas de un familiar? En España, más allá de la conservación de las cenizas funerarias en una urna, también hay opciones parecidas a las perlas de la muerte, conocidas como joyas funerarias.
La escasez de tumbas cambia las tradiciones coreanas
Con el paso de las décadas, los cambios socioculturales, y la llegada de nuevas generaciones, los coreanos dedican menos tiempo a visitar a sus difuntos en los cementerios. Antes de la entrada al siglo XXI, el entierro en Corea destacaba por encima del resto de ritos funerarios, siendo del 60%. Sin embargo, a partir del año 2000, el espacio disponible en los cementerios para hacer nuevas tumbas se vio considerablemente reducido, por lo que se estableció una ley a partir de la cual el tiempo de ocupación máximo se limitaba a 60 años. De acuerdo con esta ley, pasado ese tiempo, el cuerpo desaparece para siempre y no hay lugar donde llevarle flores, rezarle una oración o una visita especial en el día en que debía cumplir años.
Poco a poco, las tradiciones coreanas cambiaron y, para muchas familias, el crematorio empezó a ser la preferencia. Sin embargo, se empezaron a preguntar qué hacer con las cenizas, y pronto dieron con una solución única. Así fue como aparecieron las populares perlas de la muerte, una forma más bonita de guardar las cenizas, hoy famosas en todo el mundo. Sin duda, esta alternativa garantiza la conservación de los restos de los seres queridos para siempre, pudiéndose guardar en vitrinas o cuencos, en casa; o bien, incrustarlas en piezas de joyería: pendientes, colgantes o pulseras. Al final, se trata de una forma de continuar cerca de tus seres queridos más allá de la muerte; pues mirar y palpar estas perlas reaviva los buenos recuerdos de aquella persona, sin necesidad de desplazarse a ningún lugar.
Las joyas funerarias en España, una opción más económica
Naturalmente, compactar las cenizas de un difunto es un proceso bastante caro. Sin embargo, podría tener una buena acogida en un país como España, donde ya existe una práctica parecida. Lo cierto es que, cada vez, más personas optan por mantener a sus seres queridos cerca del corazón mediante joyas funerarias. Esta alternativa consiste en introducir las cenizas en una especie de cápsula, que puede ser de diversos metales: oro, plata o platino. Habitualmente se utilizan a modo de colgante, pero el negocio de las joyas funerarias ya cuenta con varias empresas que se hacen la competencia, ofreciendo multitud de posibilidades. Este tipo de joyas suponen un consuelo para el que las luce, pues siente que una parte de aquella persona tan especial permanece cerca para siempre.
Las joyas funerarias son una opción mucho más económica que las perlas de la muerte coreanas; están al alcance de más bolsillos y cumplen funciones parecidas. En definitiva, es una forma discreta de conservar a los seres queridos, cargada de belleza y significado.
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