Ir de campamento: una experiencia de cambio positivo para tu hijo
Cuando llegan las vacaciones de verano, muchos padres se plantean llevar a sus hijos a un campamento. Aunque parezca tan solo una opción práctica para conciliar la vida laboral y familiar, la verdad es que se trata de una experiencia que puede dar lugar a muchos cambios positivos en un niño.
Pasar unos días fuera de casa en un ambiente tan distinto al de la familia hace que cualquier niño cambie de comportamiento y desarrolle algunas facetas de su personalidad más fácilmente.
¿Quieres saber qué cambios puede experimentar tu hijo?
Para empezar, ten en cuenta que esta experiencia implica pasar las 24 horas del día fuera de casa con otros muchos niños, todos en las mismas condiciones de atención. Es decir, tu hijo ya no será el centro de atención de la familia y pasará a ser uno más entre muchos. Esto le ayudará a madurar en sus relaciones con los demás.
En el campamento, tu hijo tendrá que aprender a relacionarse con sus compañeros y a respetarlos. Con la ayuda de los monitores, descubrirá como tiene que negociar con los demás para conseguir lo que desea, en lugar de imponerse como puede que lo haga en casa en algunas situaciones. Por lo tanto, ganará en autonomía personal y se sociabilizará mucho mejor con niños de su edad y con los adultos responsables del campamento.
Y todo ello sin olvidar los buenos momentos que pasará junto a nuevos amigos, las habilidades en distintas actividades que desarrollará, ya sean deportivas o manuales, que pueden que despierten en él nuevos intereses, y las ganas que tendrá de volver a ver a su familia a la vuelta.
Además, las actividades que se llevan a cabo en los campamentos implican el trabajo en equipo y la necesidad de colaboración para crear cosas. Con ello, tu hijo aprenderá que debe ayudar a los demás para conseguir objetivos positivos y, en consecuencia, ganará confianza en sí mismo. En definitiva, ¡madurará! Y esto será muy positivo para la vida familiar también.
