Historia de las vacunas: todo lo que necesitas saber

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Historia de la vacuna

Hoy más que nunca, las vacunas están en boca de todo el mundo. Y no es para menos: son uno de los descubrimientos científicos y médicos más importantes de la historia. La Organización Mundial de la Salud estima que las vacunas salvan entre 2 y 3 millones de vidas al año.

Ese número no solo incluye a la población vacunada, sino que también aquellos que no se han vacunado están más protegidos del contagio gracias a la inmunidad de grupo: la gente inmune detiene el paso del virus, y hace más difícil que llegue a alguien no vacunado a través de la cadena de contagios.

La efectividad de las vacunas las ha convertido en una medida gratuita y obligatoria en gran parte del mundo. De todos modos, también es recomendable  utilizar medidas de prevención para evitar el contagio y llevar a cabo un seguimiento médico del que podrás disfrutar gracias al seguro de decesos. Occident te brinda acceso a la medicina privada y a múltiples servicios gratuitos en atención médica.

Pero ¿cuál es el origen de las vacunas? ¿Cómo se descubrieron las vacunas? En este post te lo contamos todo sobre la historia de las vacunas, desde el descubrimiento de la primera vacuna hasta las fases de su creación y desarrollo.

Origen de las vacunas: ¿Cuándo empezó todo?

Por extraño que parezca, la historia de las vacunas no comienza con la primera vacuna. Antes de que se descubriera la vacunación como la conocemos hoy en día, la enfermedad de la viruela se trataba en China a través de la variolización. Este procedimiento consistía en inocular material infectado con la viruela a pacientes sanos (realizando un pequeño corte en la piel del individuo y colocándole el polvo de las costras de viruela) para que padecieran una forma atenuada de la enfermedad.

La primera vacuna de la historia se creó en 1796 y se atribuye al médico e investigador inglés Edward Jenner. Familiarizado con la variolización, Jenner inoculó a un niño de ocho años con la viruela bovina o vacuna. Después de hacerlo, el científico comprobó que el niño era inmune también a la viruela humana. El descubrimiento de Jenner tuvo tanto éxito que en 1840 el Gobierno inglés prohibió cualquier otro tratamiento contra la viruela. En 1980, la OMS declaraba que la viruela había sido erradicada gracias a la vacunación.

La siguiente figura clave en el desarrollo de vacunas fue el biólogo Louis Pasteur. Las investigaciones de este científico francés demostraron que los gérmenes eran responsables de numerosas enfermedades. En 1879, Pasteur lideró la creación de la primera vacuna creada en un laboratorio, utilizada para combatir el cólera. Solo seis años más tarde, Pasteur desarrolló también la vacuna contra la rabia.

A lo largo de todo el siglo XX, las técnicas de vacunación se volvieron cada vez más sofisticadas. Aunque la “gripe española” de 1918 fue la epidemia más devastadora de la historia, hasta los años 40 se desarrollaron vacunas contra enfermedades como la difteria, el tétano, el tifus o la tuberculosis. Uno de los científicos más importantes del siglo pasado fue el microbiólogo estadounidense Maurice Hilleman, que inventó la triple vírica y llegó a patentar hasta cuarenta vacunas diferentes.

Durante los últimos cincuenta años, la tecnología utilizada para desarrollar vacunas y su efectividad no ha hecho más que crecer. Algunas vacunas en desarrollo utilizan la ingeniería genética para generar inmunidad.

También se han expandido los objetivos de la creación de vacunas para luchar contra problemas como la adicción o las alergias. La mayor colaboración entre países también ha ayudado a acelerar el proceso de desarrollo de vacunas. El ejemplo más claro de esta evolución es la vacuna contra la COVID-19, desarrollada en sólo un año.

Historia de las vacunas: línea del tiempo

  • 1796 – Edward Jenner desarrolla la primera vacuna contra la viruela.
  • 1880 – Primera vacuna contra el cólera, creada en un laboratorio
  • 1885 – Primera vacuna para la rabia
  • 1890 – Primera vacuna contra el tétano
  • 1896 – Primera vacuna contra la fiebre tifoidea
  • 1897 – Primera vacuna contra la plaga bubónica
  • 1921 – Primera vacuna contra la tuberculosis
  • 1923 – Primera vacuna contra la difteria
  • 1924 – Primera vacuna contra la escarlatina
  • 1937 – Primera vacuna contra el tifus
  • 1937 – Primera vacuna contra la influenza
  • 1952 – Primera vacuna contra la polio
  • 1954 – Primera vacuna contra el ántrax
  • 1963 – Primera vacuna contra el sarampión
  • 1967 – Primera vacuna contra las paperas
  • 1970 – Primera vacuna contra la rubéola
  • 1977 – Primera vacuna contra la neumonía
  • 1978 – Primera vacuna contra la meningitis
  • 1980 – La OMS declara la erradicación de la viruela
  • 1981 – Primera vacuna contra la hepatitis B
  • 1984 – Primera vacuna contra la varicela
  • 1991 – Primera vacuna contra la hepatitis A
  • 1998 – Primera vacuna contra la enfermedad de Lyme
  • 2006 – Primera vacuna contra el virus del papiloma humano
  • 2012 – Primera vacuna contra la hepatitis E
  • 2012 – Primera vacuna cuadrivalente (contra 4 cepas de influenza)
  • 2015 – Primera vacuna contra la malaria
  • 2015 – Primera vacuna contra la fiebre dengue
  • 2019 – Primera vacuna contra el ébola
  • 2020 – Primera vacuna contra la COVID-19

¿Cómo se crea una vacuna?

A nivel general todas las vacunas funcionan de la misma manera: hacen que el paciente se vuelva inmune introduciendo una versión debilitada del virus o de una parte de él. De esa forma, las defensas del cuerpo se preparan para hacer frente al contagio.

La creación de una vacuna consta de los siguientes pasos:

  • Generar antígenos: El antígeno es la sustancia que activa las defensas del paciente. Se obtiene cultivando el microorganismo que causa la enfermedad para debilitarlo después.
  • Liberar y aislar: A continuación, se separa el antígeno de la sustancia en la que se ha cultivado. El objetivo es obtener y aislar la máxima cantidad posible del virus.
  • Purificar: Aunque el antígeno ya se ha aislado en el paso anterior, la vacuna aún puede contener proteínas y otras sustancias. A través de técnicas como la filtración, el virus se aísla todavía más.
  • Fortalecer la vacuna: La vacuna se completa con componentes adyuvantes, que contribuyen a generar una respuesta del sistema inmune. A menudo se añaden estabilizadores para prolongar la vida útil de la vacuna.
  • Distribuir: Por último, se combinan los componentes de la vacuna en un único recipiente y se prepara su distribución.

¿Cuáles son las fases de una vacuna?

Después de los estudios de laboratorio, la vacuna se pone a prueba en los ensayos clínicos, divididos en cinco fases:

  • Fase preclínica: Antes de comenzar los ensayos clínicos en humanos, se evalúa la seguridad de la vacuna a través de cultivos de células y pruebas en animales. Estos estudios preclínicos también permiten comprobar la capacidad de la vacuna para provocar una respuesta del sistema inmunológico.
  • Fase I: Una vez realizados los ensayos experimentales, se estudia la efectividad y la seguridad de la vacuna en un grupo pequeño de entre 10 y 50 personas sanas.
  • Fase II: Si la vacuna se considera segura, se administra a un grupo más grande, de entre 100 y 300 personas. En esta fase se estudian los efectos secundarios más habituales, la dosis adecuada y la forma de administrar la vacuna.
  • Fase III: Es la fase previa a la aprobación de la vacuna, que se administra a miles de personas para comprobar su efectividad. Los efectos de la vacuna se comparan con un grupo de control, al que se le ha administrado un placebo. También se sigue de cerca cualquier síntoma o efecto secundario desarrollado por las personas vacunadas.
  • Fase IV: Esta última fase tiene lugar después de la aprobación de la vacuna. Tiene como objetivo comprobar la efectividad global de la vacuna. También se siguen estudiando sus efectos sobre la población para detectar efectos secundarios menos frecuentes.

Las vacunas, una forma más de prevención

Desde que Edward Jenner desarrolló la primera vacuna contra la viruela, la vacunación se ha convertido en el método más importante de prevención de enfermedades. La historia de las vacunas es una muestra asombrosa de los avances científicos y médicos realizados a lo largo de los últimos 200 años. Sin embargo, no debemos olvidar que el desarrollo de vacunas es un proceso largo y costoso. Por eso, debemos tomar todas las precauciones posibles para proteger la vida de nuestros seres queridos. Para evitar el contagio, el mejor aliado de las vacunas es el uso de buenas medidas de prevención.

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