Herencias millonarias en busca de herederos

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cómo reclamar una herencia

Año tras año en nuestro país, son muchos millones de euros provenientes de una herencia que acaban por no adjudicarse, ya sea porque no existen herederos legítimos, por ser herencias no reclamadas o por los problemas que puedan surgir de una sucesión sin testamento. Algunas, incluso, son herencias famosas y millonarias pero para las que no existe un heredero legal como tal. ¿Qué pasa con esas herencias? ¿Dónde acaban?

¿A dónde van a parar las herencias no adjudicadas?

A las arcas del Estado, por disposición legal. A pesar de que la propia Ley establece mecanismos oportunos para evitar que una herencia quede sin dueño, hay casos en los que su adjudicación acaba por ser imposible.

Los herederos legales son, por este orden, descendientes (hijos), ascendientes (padres), cónyuge, hermanos y sobrinos (y demás casos colaterales) así hasta llegar al cuarto grado. En el caso de que no haya herederos establecidos por la Ley, los bienes de una herencia pasan a disposición del Estado, de acuerdo al artículo 956 del Código Civil, siendo obligado a destinar dos terceras partes del valor de la herencia a diversos fines de interés social. Y debe estar recogido en los Presupuestos Generales del Estado. Esto puede variar en las Comunidades Autónomas que se rigen por el Derecho Foral, como el caso de Euskadi o Navarra. En ellas, la gestión de este tipo de herencias correrá a cargo de cada Administración territorial.

Por otra parte, resulta interesante saber que si se comunica la existencia de un patrimonio sin herederos al Estado, a través de una denuncia previa, el informador tiene el derecho de recibir el 10 % de la cuota que obtenga el Estado.

¿Cómo reclamar una herencia?

Cuando una persona piensa que puede tener derecho a una herencia que no ha sido adjudicada, ¿cómo reclamar esa herencia? Para ello hay que obtener los documentos que se necesitan para solicitar un legado. Son el certificado de defunción de la persona fallecida y el Registro de Actos de Última Voluntad. También el certificado del registro de un seguro de decesos, si lo tuviese.

A veces pensamos que siempre es demasiado pronto para hacer un testamento. Incluso llegamos a pensar que un testamento es sinónimo de mal augurio. Es interesante también contar con un seguro de decesos, para dejar todo bien atado si no queremos complicarle la vida a nuestros seres queridos.

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