Quemaduras de sol: un problema mucho más grave de lo que piensas

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quemaduras de sol

Todos esperamos la llegada del verano para disfrutar de las vacaciones y ponernos morenos, pero hay que recordar lo importante que es tomar precauciones a la hora de tomar el sol. El uso de protector solar es imprescindible para evitar las quemaduras de sol, el envejecimiento prematuro de nuestra piel o ,incluso, males mayores como el melanoma.

Las quemaduras solares son, sin duda, el problema más recurrente en verano. Es imprescindible informarse para estar prevenido y tratarlas cuando las sufrimos. En este post te hablamos de las consecuencias de las quemaduras solares y los mejores métodos para aliviarlas.

Quemaduras de sol: grados que existen

Técnicamente, las quemaduras solares son una reacción de la piel ante un exceso de exposición a los rayos UVB. Se producen cuando la melanina, el pigmento que protege nuestra piel de la luz solar, ya no tiene efecto ante ellos. Eso puede suceder tanto si no nos hemos aplicado crema solar como si lo hemos hecho mal, pero en cualquier caso indica que hemos pasado más tiempo al sol del que debíamos.

Lo que acostumbramos a llamar quemaduras son en realidad su versión más leve: la rojez después de tomar el sol se conoce como eritema solar, y se clasifica como una quemadura de primer grado. Eso no significa que sean el único tipo de quemadura posible: si nos quedamos expuestos al sol durante mucho tiempo, o sus rayos son muy intensos, el sol puede llegar a provocarnos quemaduras de segundo grado y ampollas.

Consecuencias de las quemaduras de sol

Las quemaduras de sol tienen como primera consecuencia visible el enrojecimiento que ya hemos mencionado, pero no es la única. El eritema suele ir acompañado de una hinchazón y una sensación de calor en la piel. En las quemaduras más graves, la rojez de la piel va seguida de ampollas y vesículas.

Tanto en quemaduras de primero como de segundo grado, esas primeras consecuencias derivan en una descamación y pigmentación de la piel. Eso sí, la exposición a un calor intenso causado por el sol, también puede tener como efecto una sensación de malestar general, fiebre, vómito, náuseas, dolor de cabeza y, en el peor de los casos, shock circulatorio.

Lo más importante a tener en cuenta ante las quemaduras es que el daño en la piel persiste después de que se hayan curado. Si dañamos repetidamente las células de la piel, éstas pueden perder su capacidad de reparación y desarrollar incluso un cáncer de piel.

Cómo tratar y aliviar las quemaduras de sol

Teniendo en cuenta lo anterior, el primer paso para tratar las quemaduras del sol es prevenirlas antes de que sucedan. Si ya es demasiado tarde, normalmente los síntomas tardarán varios días en desaparecer. Son inevitables, pero sí que hay formas de tratamiento de las quemaduras solares que pueden ayudarnos a sentir menos dolor y malestar.

Si no sabes cómo tratar las quemaduras de sol debes acudir a un médico especialista. Sin embargo estos son algunos remedios más habituales:

  • Medicamentos (siempre prescritos por un médico): Analgésicos como el ibuprofeno pueden ayudar con el dolor si los tomas justo después de haber estado expuesto al sol, mientras que antihistamínicos pueden reducir la sensación de picor cuando la piel se descama.
  • Refresca e hidrata la piel: Tomar un baño de agua fría y utilizar crema hidratante o loción son remedios con un efecto calmante para la piel. Si las quemaduras son algo más graves puedes aplicarte una crema con corticosteroides. Recuerda que este último tipo de tratamientos debe estar sujeto a prescripción médica, ya que podría tener efectos adversos en tu piel si la aplicas sin que te haya sido recomendada específicamente por un especialista médico.
  • Hidratación interior y protección: Beber agua también te ayudará a mantenerte hidratado mientras te curas. Además, no olvides proteger tu piel del sol mientras se están curando tus quemaduras o el problema se agravará.
  • Trata la quemadura con cuidado: Si tu piel empieza a descamarse para deshacerse de la capa dañada, sigue hidratándola con suavidad mediante alguna crema o loción. En el caso de que tengas una quemadura más grave y se rompa una ampolla, límpiala con cuidado, aplícate antibiótico (bajo prescripción médica) y utiliza una venda para protegerla.

El cuidado de tu piel en manos de profesionales

Si sigues las indicaciones básicas, no te será difícil tomar el sol sin sufrir quemaduras. Lo principal es exponerse a la luz solar un tiempo razonable y utilizar un protector adecuado para tu tipo de piel. Eso sí, es imprescindible que extremes las precauciones si tienes la piel muy sensible o padeces algún problema dermatológico. Además, ten presente evitar la exposición a la luz solar en las horas del mediodía, momento en el que la radiación ultravioleta es más agresiva y dañina para tu piel.

Recuerda, además, que siempre puedes consultar nuestra guía sobre cómo elegir el mejor protector solar para tu piel.

En cualquier caso, lo mejor que puedes hacer es ponerte al cuidado de profesionales de la dermatología. Recuerda que con el servicio Bienestar y Salud de Occident incluye atención médica por parte de especialistas en dermatología, que tratarán cualquier problema de tu piel y te asesorarán para cuidarla mientras disfrutas del verano.

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