Que el ejercicio es vital para cuidar nuestra salud es un hecho que todo el mundo conoce. Lo que no todo el mundo sabe es que los efectos que tiene en nuestro cuerpo la cantidad de horas que nos pasamos sentados en la oficina no se compensan con ejercicio moderado 3 días a la semana.
En Occident ya hemos hablado de los peligros de llevar una vida sedentaria y ahora te vamos a explicar cómo incorporar la actividad física a tu día a día para compensar todas esas horas que nos pasamos sentados trabajando.
¿Cuánto ejercicio hay que hacer para compensar 8 horas sentados?
Un metanálisis publicado en la revista British Journal of Sports Medicine ha revelado qué diferencia hay entre una persona que hace ejercicio y una sedentaria. El principal es que el riesgo de mortalidad aumenta cuanto más sedentarios somos.
El estudio también ha determinado cuánto ejercicio hay que hacer al día: es necesario realizar entre 30 y 40 minutos de ejercicio al día por cada 10 horas que estamos sentados en casa o en el trabajo. Esta cifra significa que deberíamos hacer alrededor de 6 horas de ejercicio todas las semanas.
El análisis coincide con las últimas directrices de la Organización Mundial de la Salud. Para adultos entre 18 y 64 años, la OMS recomienda entre 150 y 300 minutos de ejercicio moderado a la semana. Por supuesto, cuanto más intensa sea la actividad física, menos tiempo tendremos que invertir. Si tenemos una rutina de ejercicio muy rigurosa, bastará con que le dediquemos de 75 a 150 minutos.
Consejos para incorporar el deporte a tu rutina
Ahora que sabes cuánto ejercicio hacer al día, es posible que pienses que no contarás con tiempo suficiente. Si es así, no te preocupes: cualquier forma de ejercicio cuenta. No es necesario que vayas al gimnasio cada día para mantenerte activo, y cualquier actividad que implique movimiento puede ayudarte a contrarrestar el tiempo que pasas en la oficina.
Muchos ejercicios para personas sedentarias no requieren acudir a un gimnasio. Algunas de las mejores formas de incorporar la actividad física a tu vida diaria son:
- Dedicarte a tus aficiones: Recupera alguno de tus hobbies favoritos que implique movimiento. Bailar, ir en bicicleta o incluso jugar con tu perro son formas de ejercicio que pueden ayudarte a llevar una vida más saludable.
- Hacer cambios en tu rutina: Si pensamos en el ejercicio como un compromiso, es fácil perder la motivación. Lo más fácil es hacer ligeras modificaciones en nuestro día a día, como utilizar las escaleras en lugar del ascensor o andar 40 minutos al día para ir y volver del trabajo.
- HIIT o high-intensity interval training: El entrenamiento en intervalos de alta intensidad es la mejor opción para los que no disponemos de tiempo. En lugar de pasar una hora en el gimnasio, podemos hacer 15 minutos de ejercicio intenso sin pausas, incorporando sentadillas, flexiones y abdominales.
- Pausas en el trabajo: Cuanto menos sedentaria sea nuestra actividad laboral, menos tendremos que contrarrestarla mediante el ejercicio. Si trabajas desde casa o tu trabajo te lo permite, puedes combatir el sedentarismo en la oficina haciendo pausas para moverte cada 1 o 2 horas.
La actividad física, un pilar fundamental para la salud
Mantener un estilo de vida activo es esencial para conservar la salud y el bienestar. Todos tenemos ritmos de vida distintos, por lo que es importante buscar un deporte que se adapte a nuestra condición física y nuestras circunstancias. No hay un tipo de actividad física mejor que otro: la clave está en encontrar una forma de hacer ejercicio que nos guste. De esa manera, el tiempo que invertimos en ella se nos pasará volando, y no pensaremos en el ejercicio como una obligación.
Incluso si no padeces ninguna dolencia particular, siempre es recomendable contar con el asesoramiento de un experto en la materia. Para ello, recuerda que el seguro de decesos familiar pone a tu disposición un equipo de médicos que te orientarán de forma telefónica para ayudarte a incorporar el ejercicio en tu vida diaria y lograr tus objetivos de salud.
