Qué es la costra láctea del bebé y cómo se quita

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costra láctea

Muchos bebés presentan una descamación en la parte superior de la cabeza pasadas unas semanas tras su nacimiento. Esta afección es conocida como costra láctea del bebé, y aunque lo normal es que desaparezca sola, es importante saber sus causas, así como si hay tratamiento para acelerar su desaparición.

¿Afecta a todos los bebés por igual? ¿En qué zonas del cuerpo se puede encontrar la costra láctea? ¿Afecta a su salud? ¿Cómo saber que no es otra cosa? Veamos las respuestas y otros detalles sobre la costra del lactante.

La costra láctea: ¿qué aspecto tiene?

La costra láctea, también conocida como dermatitis seborreica del lactante, se presenta como un enrojecimiento de la piel del cuero cabelludo del bebé, acompañado de grandes descamaciones en tonos blanquecinos o amarillentos. De hecho, el nombre por el que se conoce se debe a que tiene una apariencia de leche seca, como cuando se ha puesto a hervir en un cazo y se ha salido debido al calor, formando una capa.

A qué bebés afecta

La costra del lactante puede afectar a cualquier bebé, e incluso puede aparecer en niños con varios meses de vida. En realidad, no hay un grupo concreto de niños o condiciones que aumenten las posibilidades de que surja, como tampoco tiene relación con ningún tipo de enfermedad ni con la falta de higiene adecuada. Aunque es muy importante que cuides este aspecto para cuidar de su salud en otros sentidos.

¿En qué lugares puede afectar la costra láctea?

La costra láctea no aparece solo en la parte superior de la cabeza, sino que también puede aparecer en otras áreas como la parte trasera del cuello, la nariz, las orejas, pestañas, cejas e incluso en la zona del pañal. Aunque estos casos suelen ser menos frecuentes, y lo normal es que se forme la costra láctea en el cuero cabelludo.

Síntomas de la costra láctea

Si un bebé se ve afectado por la costra láctea, mostrará una serie de manchas rojizas o amarillentas en la zona, parecidas a costras.
Otro síntoma de la costra láctea del bebé son escamas grasas de color blanco o amarillo. Estas escamas se unen entre sí formando una costra que puede llegar a adherirse a la piel de la cabeza.

En algunos casos, la piel del bebé puede tener grietas y supurar con un líquido de tono transparente o amarillento. Si es así, es importante tener más cuidado porque de no tratarlo de manera adecuada podrían aparecer algunas infecciones.

Costra láctea: tratamiento

Aunque la costra láctea no es una enfermedad y lo normal es que desaparezca pasadas unas semanas o algunos meses, es probable que quieras acelerar el proceso o incluso evitar que aparezca en determinadas ocasiones.

El tratamiento para la costra láctea del bebé consiste en algunas pautas bastante sencillas:

  • Lava la cabeza de tu bebé todos los días con un champú suave. Uno especial para bebés que no irrite sus ojos.
  • Aplica un poco de aceite de oliva sobre las placas y masajea con suavidad.
  • Con ayuda de un cepillo para el pelo o uno de dientes con cerdas blandas, retira con cuidado las placas, siempre que se desprendan con facilidad y sin tirones.

En caso de que la costra láctea no se ablande o aumente debido al uso del champú, consulta con tu pediatra para que te recomiende algún tratamiento, como crema con esteroides o champú contra los hongos.

Si la costra láctea aparece en las áreas del pañal, es posible que se infecte, En tal caso, pregunta al médico para que le ponga remedio.

También es muy importante que cuides muy bien la higiene tanto del cuero cabelludo como de las manos de tu bebé, y si se toca mucho la cabeza, ponle unos guantes de algodón para evitar al máximo la irritación debido a la suciedad. La higiene no solo es eficaz contra la costra láctea, sino también para prevenir otro tipo de infecciones como la bronquitis.

Con qué otras afecciones no confundir

La costra láctea algunas veces se podría confundir con otros problemas de salud que sí requieren un tratamiento y que no son “benignas”. Las más destacadas son:

  • Tiña en el cuero cabelludo, que afecta de forma general a niños, se trata de una infección fúngica que produce manchas rojizas y pican bastante, lo que provoca un gran malestar en el bebé.
  • Psoriasis capilar, cuyos síntomas son manchas escamosas de color rojo, similares a la costra láctea, pero que duelen.
  • Infección bacteriana. En algunas ocasiones, la costra láctea del bebé se puede complicar con una infección bacteriana. En ese caso, algunas zonas supuran un líquido amarillento, y será necesario acudir a un pediatra.

El contacto con tu pediatra es clave

Como en cualquier otro caso, si tienes alguna duda respecto a la salud de tu bebé, lo mejor que puedes hacer es prestar atención a los consejos de tu especialista en salud infantil. Como experto, podrá indicarte las pautas adecuadas para atender cualquier afección que surja, así como seguir el desarrollo natural de tu pequeño.

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