Antes de llevar a cabo una inversión de cualquier índole es fundamental dedicar un tiempo a la reflexión y a la comparación del abanico de posibilidades que brinda el sector financiero y al análisis exhaustivo sobre la necesidad que cubre tal inversión.
A veces nos encontramos con oportunidades que realmente parece que no podemos dejar pasar, pero invertir de forma impulsiva puede acarrear más pérdidas que ganancias. A continuación, te proponemos seis consejos para aprender a cómo hacer una buena inversión:
1.Conoce de antemano el objetivo financiero
Entender desde el principio qué objetivo se desea alcanzar con la inversión que se está a punto de realizar y el nivel del riesgo asociado con ese propósito es fundamental. De no ser así, puedes equivocarte a la hora de tomar posición y no quedar satisfecho con la rentabilidad, el plazo o el umbral de riesgo de dicha inversión. Por lo tanto, es primordial establecer cuál es la meta a la que quieres aspirar con ese valor y decidir cada cuando debes renovar la inversión según la cifra establecida que se desea alcanzar.
2.Invierte en algo que entiendas
Acudir a un asesoramiento de expertos que expliquen con detalle la acción que se desea realizar es muy recomendable. Como inversor debes entender el funcionamiento de dicha inversión y ser consciente de que la decisión final es tuya, y por extensión, sus beneficios o pérdidas.
Muchos se preguntan dónde invertir, y la clave está en hacerlo en aquellos sectores que conozcas, ya que cada negocio tiene su marco legal y funcionamiento específico, por lo que no tener experiencia previa puede suponer cierto riesgo.
3.Elimina tus deudas y busca productos adecuados que se adapten a ti
Lo primero que tienes que hacer es eliminar las deudas que tengas pendientes y sanear tu situación financiera actual, especialmente antes de embarcarte en una inversión de riesgo o en la que destines una suma importante que podrías necesitar más adelante. Existen fondos de inversión que ofrecen liquidez total y disponibilidad en cualquier momento del total o parte de su dinero.
Una vez tu situación financiera sea óptima, invierte lo que no necesites, no lo que tengas. Tus necesidades básicas son lo primero y tu familia también lo es. Esto incluye el no endeudarse para invertir, situación en la que suelen acabar muchos inversores principiantes.
4.Diversifica e invierte a largo plazo
Poseer una canasta de inversiones distribuidas equitativamente en diferentes acciones es una decisión segura: si se quiebra, la pérdida no será total. Si además se realizan a distintos plazos, resulta más factible enfrentarse a las diferentes necesidades de liquidez que pueden aparecer.
Cuanto antes empieces a invertir, antes entrarán en juego los factores de acumulación de capital por inversión, como son la cantidad inicial invertida, las aportaciones, la rentabilidad…
5.Infórmate sobre las comisiones y gastos asociados
Compara, analiza y sopesa qué puede ofrecerte cada producto de inversión en conjunción con todos los factores asociados, como son comisiones y gastos asociados. Esto puede aumentar o disminuir la rentabilidad final de tu inversión, por lo que es muy importante determinar las condiciones antes de aceptar.
6.Benefíciate de un seguro de ahorro creciente
Si sigues con la idea de hacer crecer tu dinero, pero no te gusta el riesgo, puedes contratar un seguro de ahorro creciente con el que irás generando un capital de ahorro para financiar todos tus proyectos a medio y largo plazo. De este modo podrás seguir disponiendo de un capital para afrontar circunstancias imprevistas y mantener el mismo nivel de vida.
Como ves hay diversos aspectos a tener en cuenta a la hora de invertir. Deberás valorar aquello que te convenga más y decidir según tus objetivos financieros. Para ello te será útil informarte lo máximo posible y dejarte asesorar por profesionales del sector.