Un trayecto cotidiano puede convertirse en toda una prueba de atención y concentración cuando hay niebla. Mantén la calma, ve con mucho cuidado y evita errores como poner las luces largas. Aunque creas que te harán ver mejor, lo cierto es que limitarán la visibilidad.
El camino podría ser desafiante por la baja visibilidad, por lo que te facilitamos algunos consejos para poner en práctica.
Los 7 elementos más importantes a tener en cuenta
Un dato importante: el tiempo de reacción está entre 0,5 y 1 segundos cuando conduces. Este tiempo se reducirá en condiciones de baja visibilidad, como niebla, oscuridad o lluvia intensa. Para evitar contratiempos mayores, la Dirección General de Tráfico recuerda siete consejos para conducir con niebla. Los repasamos a continuación.
1. Luces: evita las luces largas
Muchos conductores encienden las luces largas para intentar ganar visibilidad, pero esta opción no funciona. Al contrario. Estos focos tan potentes se reflejan en la propia niebla y dificultan aún más la visión.
Las luces más recomendables en esta situación son las de cruce, también llamadas de corto alcance. Y, en caso de que la niebla sea intensa, las luces de antiniebla.
Todos los vehículos tienen luz antiniebla trasera de serie, esencial para ayudar a otros conductores a ver mejor los coches para evitar un choque accidental. La mayoría de modelos, además, tienen luz antiniebla delantera.
Las luces antiniebla delantera y trasera se pueden activar por separado, y te recomendamos que aprendas a hacerlo cuando comiences a usar el vehículo, al ser luces especiales que no se usan a diario.
Ten en cuenta que cada modelo de vehículo tiene un diseño diferente del cuadro de mandos. En unos tienes que girar el interruptor del intermitente hacia el lado en el que está el icono de luz antiniebla. En otros debes tirar de un botón del salpicadero que queda a tu izquierda cuando vas conduciendo.
2. Modera la velocidad
A mayor velocidad, menor tiempo de reacción. En caso de niebla, la visibilidad será más baja y el asfalto estará húmedo, así que el tiempo de reacción será todavía menor. Por eso, el primer paso es reducir la velocidad.
No existe un límite de velocidad concreto para circular con niebla. La recomendación de la DGT es reducirla hasta el punto de sentirte seguro al volante y de tener bastante tiempo de reacción.
3. Distancia de seguridad y precauciones en el frenado
La distancia de seguridad habitual dependerá del tipo de vehículo y vía por la que conduzcas. Sirve para asegurar al menos dos segundos de tiempo de reacción y evitar una colisión. Sin embargo, en caso de condiciones de baja visibilidad, los dos segundos pueden no ser suficientes. Por eso conviene que amplíes la distancia.
Los frenazos imprevistos e innecesarios son la causa de muchos accidentes de tráfico cuando hay niebla. Es mejor evitarlos para no ponerte en peligro, ni a otros usuarios. Será suficiente con reducir la velocidad y guardar bien las distancias.
Ten en cuenta que el asfalto estará húmedo, por lo que el tiempo de frenada será mayor y el coche no responderá igual en las curvas.
4. Sigue las marcas viales
En caso de niebla intensa, será más difícil identificar elementos de la vía que te permitan calcular mejor tu posición y el recorrido a seguir. Sin embargo, las marcas blancas longitudinales a lo largo del trazado marcan bien el camino y son fáciles de visualizar. Conduce cerca de ellas, con el coche bien centrado y por el carril derecho.
5. Evita el vaho en los cristales
La diferencia de temperatura entre el frío del exterior y el calor dentro del coche provoca condensación y vaho, algo que puede reducir aún más la visibilidad. Para evitarlo, mantén activada la función antivaho.
Es buen momento para recordarte la importancia de llevar las escobillas de los limpiabrisas en perfecto estado y su depósito de agua lleno. Por las condiciones de humedad, es habitual tener que usarlos en días de niebla.
6. Prioriza el carril derecho
El carril izquierdo insta a incrementar la velocidad para completar la maniobra de adelantamiento, por lo que es mejor evitarlo. Es conveniente que no te muevas por la vía más de lo estrictamente necesario, solo hacia delante. Si lo haces, ayudarás a otros usuarios a controlar tu posición y evitarás colisiones.
7. Evita el arcén, detente de forma segura
Las paradas irregulares en el arcén también son un motivo frecuente de accidentes de tráfico cuando hay niebla.
El arcén no es un lugar habilitado de parada, menos aún si no usas señalización, por lo que otros usuarios no esperarán tu coche detenido en la calzada. Y, como las condiciones de visibilidad son malas y el asfalto está húmedo, tendrán menos tiempo para frenar.
La DGT es clara al respecto: incluso si tu coche sufre un pinchazo en días de niebla cerrada, deberías seguir rodando. Hazlo despacio y toma la primera salida que encuentres. Si no tienes más remedio que parar porque el coche está averiado y no puede continuar, sal del coche junto a tus acompañantes, colócate al otro lado del guardarraíl y señaliza la detención.
¿Qué hacer si la niebla es demasiado espesa?
Si la niebla es demasiado espesa, conduce muy despacio, sigue las marcas longitudinales del asfalto y sal de la vía en la primera salida o área de servicio, en caso de que te sientas muy inseguro. Es mejor que no te detengas ni realices frenadas bruscas.
Si sueles conducir por lugares propensos a que aparezcan nieblas, piensa en equipar mejor tu vehículo. Los neumáticos Run Flat, por ejemplo, permiten circular bastantes kilómetros hasta el taller más cercano en caso de pinchazo, lo que evitará que tengas que salir a cambiar la rueda en un día de niebla.
Otro ejemplo es el de los faros de última generación que se pueden instalar en vehículos de gama media. Cuentan con una iluminación LED adaptativa que se adapta rápidamente a cada situación.
En cuanto a otros accesorios, hay gafas para conducir con niebla y otras condiciones de baja visibilidad que te pueden ayudar. Mejoran la visión nocturna, reducen deslumbramientos y disminuyen la fatiga visual.
En carretera, siempre protegido
La niebla solo es un ejemplo más de los imprevistos que pueden surgir en carretera. Por ello, es mejor que te anticipes. Como sabes, ponerte al volante implica responsabilidad para protegerte a ti mismo y a otros usuarios de la vía.
Un seguro de coche te blinda ante posibles contratiempos, ya que incluye asistencia en viajes, atención personalizada en caso de sufrir alguna incidencia y reparaciones de posibles daños. Además, ten en cuenta que es obligatorio tenerlo: cualquier vehículo autorizado para circular por vías públicas y privadas debe contar con uno que tenga, al menos, cobertura de responsabilidad civil.
Los seguros pueden tener muchas configuraciones según las coberturas que incluyan. Para contratar el mejor, ¡solicita información a través de la web! Un agente estudiará tu caso y te ofrecerá aquello que mejor se adapte a tus circunstancias y a tu presupuesto. Te lo ponemos fácil para viajar seguro.