Las campanas extractoras son elementos habituales en las cocinas de cualquier hogar. Nos ayudan a mantener este espacio libre de humo y grasa, eliminando, mediante la succión, olores y partículas que puedan quedar suspendidas en el aire mientras cocinamos, o después de hacerlo. Puedes encontrarlas de diversos tipos: extraíbles, decorativas, de isla o telescópicas.
En ocasiones, nos olvidamos de la importancia de limpiar el extractor de la cocina, ya que su uso prolongado hace que todas estas partículas que comentábamos, se vayan adhiriendo a los filtros, generando así una membrana de grasa que, además de ser poco estética, resta eficiencia a nuestra campana. Se recomienda limpiar los filtros al menos una vez al mes. Si dispones de alguno de acero o de aluminio, estás de suerte, ya que tienen la ventaja de poder meterlos en el lavavajillas.
Hasta aquí la limpieza de los filtros es sencilla, pero ¿qué sucede con el interior de la campana? A continuación te damos una serie de indicaciones para facilitarte el trabajo.
¿Cómo limpiar el interior de la campana extractora?
Lo primero que hay que hacer es rociar el interior con un quita-grasas. Este primer paso está bien, aunque con ello únicamente conseguimos extraer la grasa superficial. Para eliminar la que queda en el interior de la campana sin tener que desmontarla, existe un truco muy práctico, sencillo y eficaz.
Coge una o dos cazuelas grandes y llenalas de agua mezclada con aproximadamente un 10% de vinagre. Ponlas a hervir lo más pegadas posible a la pared anti salpicaduras para que la campana absorba el máximo vapor posible. Para ello, la potencia de succión deberá estar al máximo.
Este proceso debe durar una hora aproximadamente. Si es necesario, puedes añadir más agua y vinagre para evitar que las cazuelas se vacíen y puedan llegar a quemarse. Durante la limpieza verás que el vapor condensado caerá de forma sucia, esa es la grasa que se ha ido adhiriendo a tu campana a lo largo del tiempo. Si aprecias que no se genera demasiada condensación, opta por bajar la potencia de succión a la mitad.
Con un papel o un trapo, puedes ir retirando la suciedad a medida que se vaya generando hasta obtener una condensación limpia. Si crees que tu campana extractora está demasiado sucia, puedes repetir el proceso cada 15 días y seguir, más adelante, con un mantenimiento mensual.
Limpiar el extractor respetando el medio ambiente
La solución que ofrecemos en este artículo, además de ser extremadamente eficaz, es muy respetuosa con el medio ambiente. Existen muchos productos y técnicas caseras que pueden ayudarte a resolver ciertos problemas cotidianos sin la necesidad de acudir a productos químicos.
Limpiar la campana extractora mensualmente puede evitarte problemas a largo plazo. La solución es bien sencilla y puedes transmitirla a los más pequeños del hogar para fomentar el respeto por el planeta, además de enseñarles trucos caseros alternativos que les ayudará a incrementar su imaginación.