La salud de las articulaciones es clave para disfrutar de una buena calidad de vida. Sin embargo, a ciertas edades es más probable que surjan problemas en los huesos, como el desgaste de rodilla o la artrosis.
En los casos más graves, es necesario colocar una prótesis para sustituir la articulación dañada. En Occident, nuestros seguros de asistencia sanitaria cubren estas piezas, aunque lo ideal es no llegar a este extremo. Veamos qué es la artrosis en la rodilla, cuáles son sus síntomas y cómo se puede tratar para frenar su avance.
¿Qué es la artrosis en la rodilla
La artrosis de rodilla es un desgaste del cartílago encargado de realizar el movimiento de la articulación, que sirve para evitar el roce del hueso con otro hueso. Esto hace que a medida que pasa el tiempo disminuya la movilidad hasta el punto de incapacitarnos para mantenernos de pie o caminar con normalidad.
La artrosis de rodilla es la enfermedad ósea más habitual que existe, y la segunda afección crónica a nivel mundial. Solo la superan los problemas cardiovasculares, y de hecho se sabe que llegados a los 50, todos tenemos algún grado de artrosis en nuestras rodillas, aunque no todo el mundo tiene los síntomas.
¿Qué dolores genera?
Debido a la degeneración de los tejidos blandos, los huesos de la rodilla rozan entre sí, lo que hace que aparezca el dolor en la zona de la rodilla. No obstante, a medida que la enfermedad avanza las molestias se pueden intensificar, extendiéndose a otros huesos y tejidos adyacentes.
Los dolores se hacen más fuertes cuando se realizan determinadas actividades como caminar por terrenos irregulares, bajar y subir las escaleras o levantarse por la mañana. Según va avanzando la artrosis el dolor se incrementa hasta el grado de ser continuo e incapacitante.
Síntomas de la artrosis en la rodilla
Sin duda, el síntoma más característico en la artrosis de rodilla es el dolor, aunque no es el único. Existen otros indicios de que puedes tener este problema de salud:
- Rigidez en la rodilla. Tras pasar un rato en la misma postura, por ejemplo tras una noche en la cama o sentarte en una silla, da la sensación de que las rodillas están agarrotadas y hay que esforzarse por moverlas. Tras caminar un poco la sensación desaparece, pero después puede sentirse un dolor que va disminuyendo cuando te paras.
- Inflamación y sensación de ardor. Aunque no es frecuente, la rodilla puede hincharse y estar caliente, como con el síndrome del túnel carpiano del que hablamos en un post anterior. Esto se debe a que se acumula líquido en la articulación, y con el tiempo puede llevar a que la rodilla se deforme.
- Sensación de crujido. Debido a la deformación, puedes notar que la rodilla “cruje” y hace ruidos al moverla.
- Debilidad en los músculos. Este síntoma denota que la artrosis de rodilla está muy avanzada. La articulación se ha atrofiado y el simple hecho de tocarla causa un dolor intenso.
Ejercicios para la artrosis en la rodilla
El tratamiento de artrosis de rodilla se apoya sobre todo en el ejercicio. Aunque no se puede evitar que la enfermedad avance, sí que se pueden reducir sus síntomas y hacer que se desarrolle mucho más despacio.
El ejercicio específico para la artrosis de rodilla busca fortalecer los músculos y mejorar la movilidad para aliviar el dolor.
Lo ideal es consultar al médico para que te recomiende los ejercicios para la artrosis de rodilla que mejor se adapten a tu situación. Algunos movimientos sencillos son:
- Tumbado en el suelo, doblar la rodilla apoyando el pie por completo y estirar la otra pierna, tratando de mantenerla en el aire unos segundos.
- Ponerse de pie y flexionar la pierna evitando que la rodilla supere el nivel del pie. Estirar hacia atrás la otra pierna manteniendo el talón apoyado. Mantener la posición entre 15 segundos y medio minuto. Puedes usar una silla para mantener el equilibrio.
- Sentado en una silla con la espalda pegada al respaldo, levanta la punta de un pie mientras mantienes la rodilla doblada. Eleva un poco la rodilla y mantenla en el aire 5 segundos. Baja despacio hasta el suelo.
Conclusiones
Según los especialistas, todos tendremos algún tipo de artrosis de rodilla según vayamos haciéndonos mayores. Lo importante es tratar de aliviar los síntomas y hacer que la enfermedad se presente lo más tarde posible. Practicar algunos ejercicios puede ayudarnos a ello.