Las amortizaciones nos ayudan a ahorrar en nuestra vida diaria
Las amortizaciones se definen como la división del valor de un activo, pero esta definición puede no ser fácil de entender sin conocimientos del mundo de las finanzas. Merece la pena entender su funcionamiento real, ya que pueden convertirse en una herramienta que nos permita ahorrar y con una clara aplicación en la vida cotidiana.
Las amortizaciones son el resultado de dividir el valor que hemos pagado por un bien por los años en que vamos a usarlo. De esta manera, nos sale la cifra que, en teoría, pagaríamos cada año o cada uso que hagamos de ese objeto. Tener esto claro nos puede ayudar en nuestra economía.
Los conceptos de amortización
La amortización lineal se calcula en base a que el dinero tendrá el mismo valor dentro de unos años. Para evitar que esto pueda restarnos poder adquisitivo en su momento, debemos calcular que el bien en el futuro costará un 10% más que lo que ha costado en el presente, y el impacto del gasto será menor. De esta manera, la denominada amortización contable nos permite saber el dinero que necesitaremos tener para poder reponer el bien sin problemas.
La amortización de la inversión hace referencia al momento en que un bien deja de costarnos dinero para empezar a generar beneficio. Es decir, consideramos que una inversión está amortizada cuando la acabamos de pagar con los beneficios que nos aporta.
La amortización de una deuda o, en otras palabras, la liquidación de los pagos pendientes que tenemos con una persona o entidad a la que debemos dinero.
Todos estos conceptos parten de la idea de dividir un valor de un bien en un tiempo determinado, pero todos ellos nos ayudan a mejorar nuestras finanzas de manera diferente.
La amortización como ayuda para sustituir un bien
Si cuando compramos un objeto calculamos su amortización contable, podemos tener la previsión de ingresar la amortización anual resultante en nuestra cuenta bancaria. De esta manera, podremos reponerlo en cuanto se estropee porque tendremos el dinero equivalente a su coste. Es una manera muy práctica y clara de saber cuánto debemos ahorrar.