Alimentos saludables y no saludables para niños: ¿cuáles son los que deberían evitar?

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Comida saludable para niños y alimentos que evitar

Llevar una dieta saludable es esencial a cualquier edad, pero es incluso más importante durante la infancia. La nutrición es quizá el factor principal a la hora de conseguir que nuestros hijos crezcan fuertes y sanos, por lo que es importante tener claras ciertas pautas de alimentación para niños.

Aunque la dieta más adecuada para un niño depende de factores como la alergia a ciertos alimentos y las necesidades nutricionales individuales, lo cierto es que diseñar un menú infantil saludable y equilibrado es sencillo: basta con limitar el consumo de ciertos alimentos. A continuación repasamos los alimentos saludables y no saludables para niños, que te ayudarán a conseguir que tus hijos tengan una alimentación completa y equilibrada.

¿Cuál es la comida saludable para niños?

Muchos padres se preguntan si sus hijos pueden comer de todo. En términos generales, la respuesta es sí, aunque la clave está en que consuman ciertos alimentos con mayor frecuencia que otros. Para ello, es útil tener en mente la pirámide de alimentos para niños, según la cual podemos diseñar una dieta que incluya todos los grupos alimenticios en distintas proporciones.

En un menú ideal para niños, todos los platos deberían contener un 50% de frutas y verduras, que también tendrían que ser los tentempiés principales para el niño durante la merienda y el almuerzo. El 50% restante lo deberían formar fuentes saludables de hidratos de carbono como los granos integrales (arroz, quinoa o trigo), y proteínas como las legumbres, el pescado, la carne blanca o el huevo.

Aunque a menudo la grasa se considera perjudicial, es un componente importante de la comida saludable para niños. No todos los alimentos con grasa son malos para la alimentación: lo importante es que la grasa no sea saturada y provenga de una fuente sana, como el aceite vegetal, el salmón o el aguacate.

¿Qué alimentos no deben comer los niños (o al menos evitarlo)?

Del mismo modo que los alimentos anteriores son muy recomendables para la alimentación infantil en distintas proporciones, hay otros alimentos cuyo consumo debe ser muy limitado o casi nulo. Por ejemplo, es fundamental evitar la carne roja y las carnes procesadas, puesto que ambas aumentan el colesterol malo y las probabilidades de desarrollar algún tipo de cáncer.

Como habíamos mencionado en el apartado anterior, no todos los alimentos con grasa son iguales, y eso significa que es importante limitar las grasas saturadas a un consumo ocasional. En particular, y aunque nuestros hijos no sufran intolerancia alimentaria, los lácteos como la leche, el yogur natural y el queso no deberían superar una ración moderada al día. Lo mismo se aplica a la mantequilla: su consumo se asocia al aumento del colesterol malo, por lo que conviene que los niños la consuman con muy poca frecuencia.

Aunque debe reducirse el consumo de los anteriores alimentos con grasa, no son los más perjudiciales para los niños. Es incluso más importante limitar mucho o incluso eliminar por completo los fritos, en particular las patatas fritas. Aunque la mayoría de niños disfrutan mucho comiéndolas, su combinación de sal, grasas saturadas y gran contenido calórico las convierten en un factor de riesgo en el desarrollo de hipertensión, obesidad y problemas de riñón.

De forma similar, aunque por razones distintas, el consumo de bollería industrial y bebidas con azúcar es muy poco beneficioso para los niños. Aunque muchas veces contienen muchas calorías, tienen un valor nutricional prácticamente nulo. De hecho, su consumo frecuente se asocia a problemas como la diabetes, las enfermedades respiratorias, la obesidad y la hipertensión. Por ese motivo, es imprescindible sustituir la bollería por snacks saludables como la fruta o la verdura, y reemplazar los refrescos azucarados con agua como bebida habitual.

Ejercicio frecuente y asesoramiento nutricional, dos aliados imprescindibles

Sin duda, asegurarnos de hacer comida saludable para los niños es un componente clave de su salud y su bienestar. Aunque a veces puede ser difícil conseguir que desarrollen buenos hábitos alimentarios, no es imposible: lo más importante para lograrlo es tener paciencia y educarles en la alimentación sana desde una edad temprana.

Sin embargo, la comida no es el único factor que debemos tener en cuenta: también es importante que realicen actividad física con frecuencia para mantenerse en buena forma y aprovechar la energía que les aporta su alimentación. Para ello, es vital servir de ejemplo, y hacerles ver que el ejercicio es una parte importante de su crecimiento.

Eso sí, siempre hay que tener en cuenta sus necesidades particulares, y para ello es muy recomendable contar con asesoramiento nutricional: recuerda que seguro de salud de Occident pone a tu disposición a expertos en nutrición que te ayudarán a diseñar una dieta saludable que tenga en cuenta las necesidades de los más pequeños de la casa.

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