¿Qué es la leishmaniasis en perros?

¿Te ha gustado este artículo?
Puntuación: 0 basado en 0 valoraciones

Leishmaniosis canina

La leishmaniasis, también conocida como leishmaniosis, es una enfermedad parasitaria grave que puede hacer sufrir mucho a tu perro, incluso acarrear la aparición de insuficiencias que podrían provocarle la muerte. No tienes que vivir con temor a la infección si sigues una pauta adecuada de cuidados, empezando por las visitas regulares al veterinario. Te servirán para prevenir la enfermedad, gracias a la vacuna; y para seguir un tratamiento eficaz que alargará su esperanza de vida en caso de contagio. No olvides que su cuidado es responsabilidad tuya Para que estés informado te damos todas las claves sobre la leishmaniasis.

¿Cómo contraen los perros la leishmaniasis?

Los perros contraen leishmaniasis a través de la picadura de un insecto, el flebotomo, que porta el protozoo Leishmania infantum. Es el que transmite la leishmaniasis, una enfermedad parasitaria.

Se le denomina “la enfermedad del mosquito”, aunque lo que pica son flebótomos. 

Hay diferencias entre ambos insectos, por ejemplo, en la picadura: la del mosquito no se siente al momento porque usa una trompa larga y fina, pero el flebotomo realiza un microcorte en la piel que puede doler.

Los flebotomos habitan en zonas húmedas, oscuras y en las que hay materia orgánica en descomposición. Su distribución geográfica abarca prácticamente toda España y, además de leishmaniasis, pueden transmitir otras enfermedades como la bartonelosis o infecciones como el arbovirus.

Síntomas: ¿cómo detectar a tiempo la enfermedad del mosquito?

Conocer y observar el comportamiento de tu perro, te ayudará a detectar si ha contraído leishmaniasis u otras enfermedades. No obstante no es suficiente con advertir los síntomas, hay que actuar a tiempo. Si observas algo de lo que citamos a continuación, ¡no lo dejes pasar y acude a tu veterinario de confianza!

Alteraciones hepáticas y renales

La leishmaniasis puede generar glomerulonefritis, una afección que causa inflamación en los tejidos del riñón y merma su capacidad de filtrar desechos de la sangre. Con frecuencia, es la causa última de muerte en perros que han contraído la enfermedad. Las alteraciones en la sangre, por otra parte, suelen generar vómitos y adelgazamiento.

Alteraciones digestivas

Dentro de este apartado, un síntoma habitual son las diarreas. A veces, las heces salen con sangre o son negras (melena). También pueden aparecer hemorragias nasales.

Alteraciones oculares

Es habitual que tu perro, en caso de contraer leishmaniasis, desarrolle inflamaciones en diferentes partes del ojo, como la membrana entre el párpado y el globo ocular: conjuntivitis, queratitis o uveítis Sus síntomas pueden ir de lo más leve a lo más grave: de visión borrosa y sensibilidad a la luz a la ceguera irreversible.

Además de estas enfermedades tu perro podría desarrollar también blefaritis, una afección ocular común que es más visible, ya que provoca el enrojecimiento e inflamación de los párpados, irritación y aparición de pequeñas costras parecidas a la caspa.

Afecciones en la piel

Con frecuencia, las afecciones en la piel están entre los primeros síntomas de leishmania en perros que podemos advertir:

  • Úlceras por toda la piel o en zonas localizadas.
  • Heridas que no cicatrizan en zonas delicadas, como los bordes de las orejas o los espacios entre dedos.
  • Hiperqueratosis en la trufa (parte negra y húmeda del hocico del perro), los puntos de apoyo o las almohadillas (las plantas), es decir, un engrosamiento y endurecimiento de la piel.
  • Bultos en zonas sin pelo.
  • Heridas en labios y genitales.

Afecciones en el pelo y uñas

La leishmaniasis puede causar onicogrifosis, que es un aumento anormal del grosor y longitud de las uñas que hace que se curven y enrosquen.

En cuanto al pelo, la pérdida por zonas es uno de los primeros síntomas de alarma. Suelen aparecer calvas o descamaciones con caspa que, habitualmente, no causan picor.

Otros síntomas comunes

Hay otros síntomas específicos que ayudan a detectar la leishmaniasis en perros, como las cojeras sin que haya lesión previa. Algunos, aunque también se pueden observar fácilmente, pueden confundir por ser atribuibles también a otras enfermedades, como la falta de apetito, el debilitamiento, la pérdida de músculo o la fiebre que aparece y desaparece por ciclos.

¿Puede mi perro contagiar la leishmaniasis a humanos u otros animales?

Para que una persona u otro animal se contagie de leishmaniasis, tiene que sufrir la picadura de un flebótomo portador del parásito que provoca la enfermedad.

No se transmite a través de fluidos. Es decir, si tu perro tiene leishmaniasis, puede convivir contigo, con tu familia o con otros animales que tengáis en casa sin riesgo de contagio. 

¿Cuál es el tratamiento para esta enfermedad?

Lamentablemente, la cura de la leishmaniasis canina no existe. Sí se puede seguir un tratamiento más o menos eficaz, pero para asegurar un mínimo de bienestar vital a tu perro debes actuar lo antes posible.

Lleva a revisión regular al animal, según lo que aconseje el veterinario. Y, en caso de ver señales que te alarmen, como alguno de los síntomas descritos, acude a urgencias veterinarias.

El veterinario realizará una punción en la médula ósea o aspiración de ganglio, así como otras pruebas complementarias que se sumarán a la observación de los síntomas que muestre el perro. Así podrá observar directamente la presencia del parásito o, al menos, indicios de que se encuentra en el organismo de tu mascota.

El tratamiento es un capítulo complejo porque, al no existir cura, solo se pueden prescribir medicamentos que proporcionen cierta calidad de vida. Generalmente, se opta por el antimoniato de meglumina o la miltefosina.

En cuanto al coste del tratamiento de la leishmaniasis canina, según la clínica Veterizonia, en Valencia, suele ser elevado. Su coste puede oscilar entre los 250 y los 300 euros para un perro de 20 kilos, aproximadamente, si queremos proporcionar una atención adecuada.

Consejos para cuidar a un perro con leishmaniasis

Aunque no existe cura para su enfermedad, la buena noticia es que proporcionar cuidados adecuados a un perro con leishmania puede alargar su esperanza de vida tanto como la de un animal sano. ¡Toma nota!

  • Sigue el tratamiento de forma exhaustiva. Dispensa los fármacos tal y como está prescrito, con las dosis y durante el tiempo necesario. Hazlo incluso si observas mejoría, pues, de lo contrario, el parásito podría desarrollar resistencia al medicamento y se incrementa el riesgo de recaída.
  • Dale alimentos específicos. Es recomendable que lleve una dieta rica en antioxidantes y ácidos grasos omega 3 y omega 6. Hay piensos especiales por los que puedes consultar a tu veterinario.
  • Vigila su hidratación. Que su cuenco esté siempre lleno de agua fresca y, si salís de casa, ofrécele cada 45 minutos.
  • Actividad, pero sin estrés. El ejercicio le ayudará a tonificar músculos, fortalecer huesos y mejorar su ritmo cardíaco, pero establece una rutina fija que no altere mucho a tu mascota. Si se cansa, no insistas. Necesita llevar una vida tranquila.
  • Abrígalo si es necesario. El frío aumenta el riesgo de aparición de enfermedades comunes, como el resfriado, que pueden complicar el estado del animal.
  • Usa collares repelentes de buena calidad, sobre todo si el perro ha dado resultados positivos en leishmania en las pruebas de sangre. En este caso, la vacuna está contraindicada.
  • Utiliza productos especialmente indicados, como un champú específico. La piel del perro con leishmaniasis sufre, por lo que demanda cuidados diferentes al de un perro sano.
  • Agenda visitas periódicas al veterinario. El tratamiento de la leishmaniasis debe ser constante para procurar a tu perro una buena calidad de vida. Además, si aparece alguna patología asociada, hay que tratarla a tiempo.

¡No te descuides! Sigue los consejos de tu veterinario al pie de la letra para evitar recaídas, ya que el parásito no quedará eliminado por completo de su organismo.

Protege a tu mascota ante cualquier problema de salud

Al ampliar la familia con un perrito, se deben considerar obligatorias las visitas regulares al veterinario. Es responsabilidad afectiva y social, ya que proporcionan cuidados a tu mascota y evitarás que se convierta en fuente de enfermedad.

Solo en una clínica autorizada se le podrá proporcionar la vacuna, que preparará su sistema inmune ante una posible picadura de flebótomo portador. Hay que actuar a tiempo, porque, de haber contagio , ya no se podrá administrar. En ese caso, también será la clínica la que disponga los tratamientos y cuidados a seguir.

Las visitas gratuitas ilimitadas al veterinario, en las que recibir asesoramiento, es una de las grandes ventajas de un seguro de mascotas. En Occident te reembolsaremos los gastos de asistencia en caso de tener que acudir de urgencia al veterinario. ¡Pide más información en tu oficina más cercana!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

16 − siete =