Cuando alguien se plantea vender su vivienda, lo normal es hacerse una pregunta: “¿Cuánto vale mi casa?”. Y es normal, porque la venta de un inmueble es siempre un paso importante, al igual que lo es para quien decide comprar la propiedad.
El mercado inmobiliario está en cambio constante, y por eso saber el valor de tasación de una vivienda es fundamental. Por una parte, para que la persona que quiere comprar sepa si el banco le puede conceder la hipoteca, incluso qué tipo de seguro de hogar elegir. Por otra, para conocer el precio de mercado en este momento y decidir si es oportuno o no poner la casa a la venta.
En este artículo vamos a abordar dos cuestiones que parecen iguales, pero no lo son: la tasación y la valoración de una propiedad. Por que no es lo mismo saber cuánto vale mi casa que conocer la tasación.
¿Qué es una tasación?
La tasación de una vivienda es un requisito necesario a la hora de solicitar una hipoteca.
Una tasación inmobiliaria tiene carácter legal, y la entidad de crédito la utiliza para determinar la cuantía de una hipoteca, así como si es suficiente con la casa o si se necesita algún tipo de aval para cubrir el total del préstamo que solicita el comprador.
Al tratarse de un documento legal, la tasación debe hacerla un técnico cualificado y homologado. Además, se debe basar en un baremo concreto, recogido en el BOE dentro de la orden ECO/805/2003 sobre normas de valoración de bienes inmuebles.
La valoración de una vivienda es diferente, primero porque en este caso es el vendedor el que la solicita. Cuando quiero vender mi casa, pero no sé cuánto puedo pedir por ella, lo normal es consultar a una inmobiliaria cómo está el mercado por la zona, y que indique un precio conforme a la situación, dimensiones de la vivienda y otros factores.
Esta valoración ni siquiera requiere que alguien se acerque a la casa para valorarla, sino que se hace un análisis de los precios que han alcanzado viviendas similares de la zona y se calcula cuánto puedes pedir. La tasación no se puede hacer de este modo, y es imprescindible que se haga una visita en persona antes de indicar el valor de tasación.
Es decir, que una valoración es cómo saber cuánto vale mi casa para poner un precio de venta si tengo dudas al respecto, y es algo voluntario. Mientras que la tasación es obligatoria porque sin ella el banco no va a gestionar tu crédito, y el valor que se indica tiene reconocimiento legal. De la misma forma, ambos valores no tienen por qué coincidir.
¿Cómo saber el valor de tasación de una vivienda?
Si te preguntas “¿cuánto vale mi vivienda?”, puedes acudir a una agencia inmobiliaria o incluso a tu banco para que te digan el precio que se mueve por tu zona en el mercado de segunda mano. Pero si lo que quieres es tasarla, solo lo puedes hacer contratando a un tasador homologado que se acerque y haga un estudio detallado de la propiedad, incluyendo elementos como:
- Superficie útil y distribución de la casa.
- Ubicación (si hay servicios cerca, como colegios, paradas de autobús, parques, etc.).
- Antigüedad de la casa y estado general, tanto de esta como del edificio en el que se encuentra.
- Altura y si hay o no ascensor.
- Otros aspectos como la orientación, eficiencia energética, etc.
Todo esto se recoge y, conforme al baremo que hemos mencionado, se presenta la tasación certificada que valora la vivienda más allá de cómo está el mercado.
La eterna diferencia entre valor y precio
Si te preguntas “¿cuánto cuesta mi casa?”, bien porque la quieras vender o por saber si te interesa hacerlo en algún momento, es fundamental que sepas diferenciar entre el valor y el precio de la vivienda. Puede que te sorprendas al ver en cuánto tasan tu casa, tanto por exceso como por defecto.
Sea como sea, lo mejor es dejarlo todo en manos de profesionales.
