Testamento cerrado: definición y ejemplos

¿Te ha gustado este artículo?
Puntuación: 0 basado en 0 valoraciones

testamento cerrado: definición y ejemplos

Un testamento cerrado es un tipo de testamento con unas características especiales. La realización de un testamento es uno de los actos más íntimos de nuestra vida y en este post vamos a analizar en detalle los requisitos y pasar a seguir para realizar un testamento cerrado y en qué se diferencia respecto al testamento abierto.

Recuerda que gracias a la cobertura de tu póliza de decesos puedes disfrutar de un asesoramiento jurídico que resolverá las dudas que puedan surgir respecto a tu testamento.

¿Qué es el testamento cerrado?

El testamento cerrado es un documento en el que dejamos plasmada nuestra última voluntad por escrito, según está regulado en el artículo 706 y siguientes del Código Civil. Si queremos entender bien lo que es el testamento cerrado, es útil fijarnos en su opuesto, el abierto. La diferencia fundamental entre el testamento abierto y el cerrado es que en el abierto se expresan las disposiciones testamentarias en voz alta delante del notario y de los testigos. En cambio, en el testamento cerrado, estas se mantienen en secreto hasta la apertura del documento tras el fallecimiento del testador. Por otra parte, el cerrado destaca por una serie de características:

  • La conservación del testamento cerrado puede realizarse mediante tres formas diferentes:
    • El mismo testador lo guarda en el lugar que prefiera.
    • El testador se lo entrega a una persona de su confianza para que lo guarde.
    • El testador lo deposita ante notario y queda archivado.
  • Cuando el testamento cerrado es depositado ante notario, los herederos pueden localizarlo en el Registro de Últimas Voluntades, tras el fallecimiento.
  • Está prohibido que las personas invidentes usen este tipo de testamento, ya que en este caso el testador no tiene ninguna forma de comprobar que el contenido del documento incluye exactamente sus deseos.

Testamento cerrado. El ejemplo más representativo

El testamento ológrafo es uno de los ejemplos más claros que podemos usar como testamento cerrado. Este tipo de testamento también puede ser abierto, pero sus características hacen que lo podamos elegir fácilmente a la hora de redactar un testamento cerrado.

Lo más destacable del testamento ológrafo es que debe estar escrito a puño y letra por parte del testador. Además, debe cumplir con más requisitos para tenerse en cuenta como tal:

Es imprescindible que en el documento aparezca la firma del testador.
El día, el mes y el año en el que se otorga son datos obligatorios.
Solo los mayores de edad pueden otorgarlo.
Si aparecen tachaduras o correcciones, deben ir firmadas por el testador.
En caso de que el testador sea extranjero, podrá redactarlo en su idioma natal.

¿Cómo hacer un testamento cerrado?

Estas son las pautas fundamentales sobre cómo hacer un testamento cerrado de la manera correcta:

  • El documento debe estar escrito, bien sea mecanografiado o autografiado, como en el caso del testamento olográfico.
  • En cualquier testamento cerrado siempre debe aparecer la firma del testador.
  • Al igual que ocurre con el testamento olográfico, en el testamento cerrado, todas las enmiendas deben estar respaldadas por la firma del testador.
  • Este testamento siempre debe entregarse en una cubierta cerrada y sellada.
  • Si lo deseas, puedes llevar el documento abierto al notario y sellarlo allí.

Cómo hacer un testamento cerrado ante notario

A la hora de guardar un testamento cerrado, lo más aconsejable es depositar el documento ante notario. Así evitarás que se pierda o que alguien pueda realizar cambios sin tu consentimiento. Estos son los puntos más importantes que debes tener en cuenta si vas a depositar un testamento cerrado ante notario:

  • El testador debe manifestar que dentro del pliego que se entrega al notario está su testamento.
  • El notario levanta el acta de otorgamiento en la cubierta del documento. En este texto el profesional da fe de la identidad del testador, así como de su capacidad legal para testar.
  • En el mismo acto se lee el acta y se firma.
  • El notario puede requerir la presencia de dos testigos, que podrán firmar en el lugar del testador cuando no sepa o no pueda hacerlo.
  • En el acta debe figurar el lugar y la fecha exacta del otorgamiento.

El testamento cerrado, el más secreto

El testamento cerrado es uno de los menos utilizados, ya que es preferible que un profesional revise nuestra redacción para asegurarnos la validez del documento. Sin embargo, puede haber motivos personales que nos lleven a querer hacer un testamento lo más secreto posible. En este caso, es importante que nos aseguremos de la metodología correcta para evitar que sea declarado nulo en su apertura, una garantía que podemos obtener a través del servicio de asesoramiento de nuestro seguro de decesos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

cuatro × tres =