Doomscrolling: ¿cómo sobrellevar la adicción a las malas noticias?

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Doomscrolling

El Doomscrolling es un hábito que muchos de nosotros hemos adquirido en los últimos años. El constante acceso a la información que nos brinda nuestros dispositivos móviles es en gran parte culpable de que nos hayamos convertido en adictos a las malas noticias. Con la pandemia del Covid-19 esta necesidad de consumir malas noticias o preocupantes se ha acrecentado.

A nadie le gustan las malas noticias con lo que puede resultar extraño que los expertos estén hablando de este tipo de adicción. En realidad la explicación del fenómeno es más sencilla. Cuando una noticia nos preocupa nos genera un interés que hace que busquemos más información sobre el tema en cuestión. Esa búsqueda hará que se nos genere una necesidad de obtener todos los datos que podamos sobre esa temática.

Piensa un momento en qué ocurre cuando ojeas la portada de un periódico. ¿Cuál es la noticia que más te llama la atención? Efectivamente, la más grave.

En este artículo te explicamos en detalle en qué consiste el doomscrolling y cómo puedes romper ese hábito. ya que, como habrás podido adivinar, un flujo constante de malas noticias no beneficia a nuestro estado de ánimo.

Si piensas que necesitas ayuda para romper con este u otro hábito, recuerda que con tu seguro de decesos puedes disfrutar de dos consultas psicológicas anuales reembolsables al 100%.

¿Qué es el Doomscrolling?

El término Doomscrolling no ha surgido a partir de la pandemia de covid-19 que ha azotado al mundo pero sí que se ha hecho más conocido. Hace referencia a la práctica de leer noticias negativas con una alta frecuencia. Doomscrolling viene del inglés y podría traducirse como la práctica de navegar a través de contenidos negativos para estar informado. A continuación, destacamos algunos puntos relevantes que mucho tienen que ver con su significado y sus orígenes:

  • Cuando practicamos el Doomscrolling, nos focalizamos en las malas noticias y, lamentablemente, este año 2020 han abundado por doquier: la pandemia de covid-19, los funerales, el colapso sanitario, crisis económica, enfrentamientos políticos, etc. Luego, hemos tenido el caldo de cultivo perfecto para que surja esta adicción tan peculiar.
  • En nuestros días, las redes sociales nos permiten estar a la última siempre y en todo lugar a través de nuestros dispositivos móviles. En consecuencia, es muy fácil caer en el Doomscrolling: solo tenemos que hacer “scroll” en la sección de noticias de Facebook o Twitter para leer una actualización tras otra.
  • Las redes sociales retroalimentan nuestra preferencia por las malas noticias, ya que funcionan mediante algoritmos que nos muestran contenidos similares a aquellos por los que hemos puesto interés previamente.
  • El uso compulsivo de las redes sociales puede desencadenar trastornos de ansiedad y depresión. Y este uso desenfrenado destaca en el Doomscrolling, por lo que podría afectar a nuestra salud mental.

Cómo terminar con el Doomscrolling

La adicción a las malas noticias está ligada a nuestro instinto de supervivencia, ya que el cerebro es especialista en procesar las emociones negativas como el miedo, para así responder de manera más eficaz ante las amenazas, bien luchando o huyendo.

Sin embargo, este instinto nos puede jugar malas pasadas, ya que podemos caer en la dinámica de almacenar en nuestra memora un exceso de malas noticias que lejos de aportarnos alguna utilidad, nos pueden afectar a nivel emocional. Por ello, lo mejor es acabar con el Doomscrolling. Estas son las medidas que puedes aplicar para ponerle freno:

  • Dosifica las noticias: la información es útil siempre que sea en su justa medida. Si quieres eliminar la obsesión que tienes con las malas noticias, puedes empezar por limitar la lectura de tus redes sociales y la prensa a determinados momentos del día. Por ejemplo, puedes usar apps como Freedom o Applock con las que puedes consultar tus perfiles durante un tiempo limitado y mantenerlos bloqueados el resto del día.
  • Practica la meditación: cuando meditamos, ayudamos a bajar el estrés que nos puede producir la necesidad de consultar las noticias. Puedes meditar centrándote en tu respiración durante unos minutos, visualizando cómo tus pensamientos negativos se esfuman tal como vinieron.
  • Habla más en persona: tener contacto personal con familiares, amigos y conocidos nos ayuda a eliminar pensamientos catastrofistas. Las relaciones cara a cara nos posibilitan tener una conversación dejando a un lado el teléfono móvil.

Actualizados y felices

La información es primordial para saber cómo actuar ante una situación como la que atravesamos desde que llegó la pandemia de covid-19. Además, mantenernos al día nos puede ayudar a cuidar nuestra salud y a tomar decisiones acordes a nuestros propios intereses y de una manera más libre.

Sin embargo, debemos recordar que los medios de comunicación suelen poner el acento en las malas noticias, aprovechando nuestra preferencia por los datos alarmantes, atendiendo a nuestro instinto de supervivencia. Si tenemos este punto en cuenta, aprendemos a dosificar las noticias, nos paramos para respirar y pasamos más tiempo con los nuestros, podemos mantenernos actualizados de una manera más sana sin que afecte a nuestra salud mental.

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