Durante el parto, pueden ocurrir varias situaciones que requieran intervención, algunas más profundas que otras. Una de ellas se ha practicado de forma habitual durante muchos años, y a día de hoy se sigue practicando pese a que las autoridades sanitarias indican que solo debería hacerse en casos muy concretos.
Nos referimos a la episiotomía, que antes se consideraba una ayuda para prevenir desgarros durante un parto vaginal, pero que hoy suscita muchas dudas.
En este artículo responderemos a tres cuestiones: episiotomía, qué es, por qué hoy la OMS la desaconseja en casi todos los partos y lo importante que es contar con una buena asistencia sanitaria.
¿Qué es la episiotomía en el parto?, ¿cuáles son los tipos?
La episiotomía es una incisión que se practica durante un parto vaginal en el tejido que hay entre la vagina y el ano. Durante mucho tiempo se consideró necesaria porque se creía que era una manera de evitar el desgarro que se produce al dar a luz, y que la incisión permitía acelerar la recuperación.
Existes dos tipos de episiotomía:
- Episiotomía con incisión vertical, también conocida como incisión media, que se hace en línea recta desde la vagina hasta el ano. Esta tiene una mejor reparación, pero el riesgo de esta episiotomía y desgarro anal es muy alto.
- Episiotomía de incisión mediolateral, que consiste en realizar un corte en ángulo de 45 grados, para evitar llegar a la zona anal, pero que produce más dolor y tiene una reparación más complicada.
Episiotomía real: ¿es siempre necesaria?
Las últimas investigaciones advierten de las consecuencias de la episiotomía, ya que no parece que tenga efectos reales en la recuperación tras el parto, sino todo lo contrario.
De hecho, tras esta intervención se pueden sufrir varias secuelas físicas, por no hablar de las consecuencias emocionales que tiene cuando una madre no quiere que se la practiquen. Algunas consecuencias de la episiotomía son:
- Dolores crónicos que pueden aumentar durante las relaciones sexuales o al realizar algún esfuerzo.
- Reducción de la eficacia muscular debido a una mala praxis en la episiotomía, que al cortar causa daños en los músculos del periné.
- Incontinencia urinaria o fecal, causadas por debilidad en el esfínter.
- Aparición de adherencias en el útero.
- Retracción de tejidos.
- Fístulas.
- Dolores lumbares.
- Desgarro vaginal profundo, mayor que en el parto sin episiotomía.
- Infección.
Algunos de los síntomas pueden convertirse en permanentes, por lo que cada vez más especialistas recomiendan evitar la episiotomía y prepararse para el parto con ejercicios específicos y masajes perineales en el embarazo. Incluso se alerta de casos de mala praxis en episiotomía en general, hasta el punto de recomendar una reducción de estas intervenciones.
Según un estudio reciente, en España más del 66% de las mujeres que han dado a luz han sido sometidas a algún tipo de violencia obstétrica durante el parto. Uno de estos tipos de violencia obstétrica son las intervenciones practicadas sin consentimiento, como las episiotomías realizadas sin informar a la mujer que está dando a luz. Incluso uno de los cambios en la Ley del Aborto que se están estudiando en la actualidad incluyen este tipo de acciones como casos de violencia contra la mujer.
Teniendo en cuenta esto, además de que tras una episiotomía la recuperación puede superar los meses de baja maternal en algunos casos, surge la pregunta de ¿cuándo sería necesaria esta intervención? Lo mejor es consultar con el especialista, que puede recomendarla en caso de que el bebé necesite salir deprisa por alguna de estas situaciones:
- La frecuencia cardíaca del bebé es anormal en el momento del parto.
- Para dar a luz se necesita utilizar algún tipo de instrumental, como ventosas o fórceps.
- El bebé tiene un hombro atascado en el hueso pélvico y necesita salir al exterior de forma inminente a riesgo de sufrimiento fetal.
En muchos casos, los propios profesionales reconocen que a menudo se realizan las episiotomías sin que haya una necesidad, por lo que en la actualidad cada vez se cuestiona más esta práctica que comenzó a usarse en el siglo XVIII.
En todo caso, es necesario contar con el consentimiento de la mujer que va a dar a luz, que debe ser informada tanto de las opciones como de los riesgos que tiene una episiotomía real.
La comunicación con tu médico, siempre fundamental
Si estás embarazada o te lo estás planteando, es muy importante ponerte en manos de especialistas para asegurarte de que todo se desarrolla de la manera adecuada.
Afortunadamente, los casos de mala praxis por episiotomías innecesarias se van reduciendo, pero siempre es fundamental disponer de toda la información en cualquier momento. Por ello, una comunicación abierta con quienes se encargarán del parto es muy necesaria.
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