La seguridad al volante es de vital importancia, por lo que debes ser consciente de todos los elementos con los que contamos en lo que a seguridad activa y pasiva se refiere, pues cuando nos subimos a un coche, tenemos mucho en juego…
Las cifras y los datos oficiales muestran que en 2021 se produjeron 921 accidentes, en los cuales más de mil personas fallecieron y otras más de 3.700 resultaron gravemente heridas. ¿Qué es lo que no estamos haciendo bien?
En este artículo vamos a hablar de las diferencias entre seguridad activa y pasiva, así como ejemplos de cada uno de los sistemas para identificarlos mejor. Si estás pensando en comprar un coche, sea nuevo o de segunda mano, seguro que esto te interesa conocer estos elementos de seguridad, y estar protegido ante cualquier tipo de incidente de este calibre.
Qué diferencia hay entre seguridad activa y pasiva
Las palabras activa y pasiva pueden ayudar a hacernos una idea de en qué consiste cada sistema de seguridad, y cómo se aplica en caso de accidente.
La principal diferencia entre los sistemas de seguridad activa y pasiva nace en el propósito que tiene cada uno. Los primeros entran en juego en el momento de la conducción, buscando prevenir un siniestro. Mientras que, los sistemas de seguridad pasiva funcionan una vez ya ha ocurrido un accidente, y tienen como objetivo reducir al máximo los daños que se produzcan, incluso evitarlos en la medida de lo posible.
Por tanto, podemos decir que se trata de sistemas complementarios, que al trabajar de forma conjunta ayudan a evitar los daños causados por un accidente, y en caso de que sucedan, sean lo menos graves posible, sobre todo en cuanto a los causados a las personas.
Seguridad activa: ejemplos
Como hemos dicho, los elementos de seguridad activa funcionan para evitar accidentes. La tecnología ha avanzado mucho en los últimos años, y algunos elementos se pueden encontrar en todos los coches actuales, como los siguientes:
- Frenos ABS, un sistema de seguridad que evita que los frenos se bloqueen cuando se pisa el pedal con mucha fuerza.
- Control de tracción, que reduce la pérdida de adherencia de los neumáticos y evita que patinen.
- ESP, sistema de control de estabilidad que ayuda a mantener la trayectoria cuando hay peligro de derrapar.
- Sistemas de asistencia a la conducción (ADAS), que son un conjunto de elementos que ayudan a que el conductor reciba avisos y se reduzca el peligro de sufrir un accidente, como cámaras, detectores láser y sensores que detectan que hay objetos, animales o personas demasiado cerca del coche.
Existen más elementos de seguridad activa, dependiendo del modelo de coche y los avances que se puedan ver en el futuro.
Sistemas de seguridad pasiva: ejemplos
La seguridad pasiva pretende que, en caso de accidente, los daños sean lo más leves posible (o incluso evitarlos en la medida de lo posible). En este apartado vemos elementos como estos:
- Cinturones de seguridad, que son sin duda los más conocidos cuando se trata de salvar vidas frente a un impacto. Eso sí, es fundamental llevarlo bien abrochado para evitar cosas como el efecto submarino.
- El Airbag absorbe buena parte de un impacto y reduce las lesiones que se pueden producir.
- Los reposacabezas también son elementos de seguridad pasiva, y junto a los airbags ayudan a cuidar sobre todo el cuello en caso de accidente. Para ello deben estar colocados de forma adecuada.
- Otros sistemas son la estructura de la carrocería, el chasis deformable o eCall, sistema de llamada de emergencia.
Por la seguridad al volante
Estos y otros sistemas de seguridad activa y pasiva han logrado reducir de forma significativa el daño que puede causar un golpe dentro de un coche. Lo más importante es ajustarlas del modo adecuado para que todo funcione de la manera correcta.
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