Purificar el aire de casa supone algo más que abrir las ventanas para ventilar o colocar plantas. De hecho, la calidad del aire que respiramos, ya sea en el interior de nuestros hogares o en la calle, influye en nuestra salud y bienestar por lo que deberíamos prestar especial atención.
En este artículo hablaremos sobre la calidad del aire en interiores, y veremos cómo purificar el aire en casa para disfrutar de un ambiente lo más saludable posible para ti y tu familia.
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¿Contaminación del aire en interiores?, ¿renovación del aire?
Cuando hablamos de contaminación del aire, lo normal es pensar en espacios exteriores llenos de polución, humo y un aire que se respira con dificultad. Sin embargo, también podemos encontrar contaminación del aire interior en forma de polvo o una acumulación de determinados gases como el monóxido de carbono, que se generan por determinadas condiciones.
Superar los valores límite en calidad del aire interior puede afectar de forma importante a la salud. Por ello, es fundamental una renovación de aire adecuada, y esto implica bastante más que ventilar la casa.
Cómo purificar el aire de tu hogar
Además de abrir las ventanas al menos unos minutos al día (incluso en invierno), hay otras formas de mejorar la calidad del aire en interiores que debes aplicar. Estas son algunas de las más eficaces:
- Combatir el moho reduciendo la humedad que hay en el interior. Para ello, además de ventilar hay que limpiar las áreas en las que pueda aparecer, como en el cuarto de baño o bajo las ventanas. También es importante que la casa esté bien aislada para que en el interior no se forme condensación o humedad.
- Colocar plantas, en especial determinadas especies como la lengua de tigre, el poto o el ficus, que se ha comprobado que son perfectas para purificar el aire de casa y contribuyen a neutralizar agentes contaminantes. Además, son decorativas y fáciles de cuidar, con lo que conseguirás alegrar cualquier rincón casi sin esfuerzo.
- Abrir las ventanas a una hora en la que haya menos contaminación exterior, sobre todo si vives en alguna zona con mucho tráfico o en épocas en las que hay polen. Y asegúrate de que las abres todas a la vez.
- Cuidado con las mascotas. Si en casa hay perros o gatos, es probable que al salir a la calle vuelvan con algún elemento no deseado, que contamine el aire del interior de la vivienda. Cepillarlos bien y darles un baño a menudo ayudará a reducir las posibilidades.
- Limpieza profunda. Además de eliminar el polvo de las superficies, puede que en otras zonas haya polvo y ácaros que afecten a la calidad del aire. Aspirar de vez en cuando muebles como el sofá y prestar atención a los rincones reducirá la contaminación del aire interior.
- Apuesta por los ambientadores naturales en lugar de los aparatos eléctricos o los sprays. Unas bolsas de lavanda o escamas de jabón en los armarios no expulsan sustancias químicas al aire y producen un olor muy agradable.
- Nada de fumar en casa, que además de ser muy perjudicial para la salud, contamina el aire. El humo también impregna paredes y tejidos, generando mal olor y haciendo que todo tenga un aspecto sucio.
El bienestar empieza por un aire limpio
Purificar el aire interior de una vivienda es fundamental para disfrutar del mejor ambiente. Abrir las ventanas para ventilar es importante, pero no suficiente. También hay que prestar atención a elementos contaminantes, reducirlos y eliminarlos de forma eficaz. Los trucos que te hemos comentado aquí arriba no son los únicos, pero sí los más prácticos para conseguirlo.