¿Alguna vez has intentado calcular tu huella ecológica? ¿Estás realmente seguro de que todos esos hábitos que pones en práctica en tu día a día son realmente ecológicos? En este post intentaremos sacarte de dudas.
Qué es la huella ecológica y cómo reducirla
Para empezar, hay que tener claro qué es la huella ecológica, que es una forma de medir el impacto que el ser humano tiene sobre el planeta. Recibe el nombre de huella ecológica porque es la superficie necesaria para producir los recursos consumidos por un individuo.
Algunos tips para reducir tu huella ecológica
Algunas acciones ecológicas para cuidar el medio ambiente son las siguientes:
- Comer menos carne o eliminar su consumo por completo.
- Darle una segunda vida a los materiales, como restaurar muebles.
- Optimizar el consumo de energía mediante el uso de bombillas LED y los electrodomésticos de alta eficiencia.
- Contratar compañías de energía verde.
- Instalar placas solares en tu vivienda.
- Evitar el coche y dar prioridad al transporte público.
En cambio, hay otras muchas cosas que se suelen entender como ecológicas que en realidad no lo son y es importante que lo sepas:
- Reciclar algo por si acaso: en el caso de que no sepas en qué contenedor debes desechar algo, es mejor que no te arriesgues. De lo contrario, si te equivocas, supondrá un trabajo extra y acabará en un vertedero. Lo ideal es que estés totalmente informado sobre qué se puede reciclar en cada contenedor. Por ejemplo, un error muy común es tirar los tetrabriks al contenedor azul en lugar de al amarillo.
- Comprar ropa de algodón orgánico: este tipo de prendas pueden parecer más sostenibles porque su vida útil es más duradera. Sin embargo, es un tipo de cultivo muy insostenible debido a que consume una gran cantidad de agua. Además, se suele modificar genéticamente, lo que impide el uso de pesticidas, provocando que una gran parte de la cosecha se pierda por plagas. Para evitar este hecho, una alternativa óptima es darle una segunda vida a este tipo de ropa.
- Cambiar de coche por uno más eficiente: la intención de usar un coche más ecológico es buena, pero los recursos que se han consumido para fabricar ese nuevo coche no serán compensados por el ahorro en el gasto energético. Por tanto, es mejor esperar a que acabe la vida útil de tu coche actual y después comprar uno ecológico.
- Comprar alimentos y productos locales: esto no tiene por qué ser una acción ecológica necesariamente, pues su producción puede haber sido ecológica, pero al venir de la otra punta del mundo produce una gran huella ecológica por su transporte.
Cómo calcular la huella ecológica
Ahora sí, una vez has entendido el concepto, vamos a ver cómo calcular tu huella ecológica. Para realizarlo hay que restar los recursos consumidos por cada individuo a los recursos generados por el planeta a lo largo de un año. Además, este resultado se expresa en hectáreas.
Para que te hagas una idea, un europeo necesita de media 4,5 hectáreas, un norteamericano 6,6 y un africano 2,7. A través del cálculo que ofrecen algunas herramientas puedes descubrir cuántos planetas necesitaríamos si todo el mundo viviera como tú. De hecho, hacerlo es una magnífica manera de adquirir conciencia ecológica.
Nuestra huella ecológica es mucho más grande de lo que creemos
En conclusión, después de calcular tu huella ecológica seguro que te has dado cuenta de que es mucho más grande de lo que creías. Gran parte de las acciones ecológicas que se pueden llevar a cabo son dentro de casa, así que lo ideal es contar con un seguro de hogar que te garantice que todo funciona lo más eficientemente posible, o bien que aporte su granito de arena ayudandote a reparar electrodomésticos, o darles una segunda vida a cualquier dispositivo tecnológico con sus servicios.