5 averías relacionadas con la presión de la caldera

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La caldera es una herramienta imprescindible en tu hogar, pero hay que saber manejarla correctamente para evitar problemas de toda clase. La presión es una de las claves del uso y mantenimiento de la caldera, por lo que es preciso conocer cómo funciona y cuál es la más adecuada.

Si tu caldera no funciona, es posible que la avería se deba a un problema con la presión. En este post te explicamos a qué presión debe estar la caldera, cuáles son las averías más comunes, y las formas más fáciles de solucionarlas.

¿Por qué pierde presión la caldera?

El funcionamiento de la presión de la caldera es muy sencillo: cuando se enciende la calefacción, la presión aumenta y se calientan las tuberías y los radiadores. Cuando la caldera está apagada, se enfría y desciende otra vez.

La razón más común por un fallo de presión en la caldera es la existencia de fugas, que hacen que el manómetro descienda y la caldera se bloquee por seguridad. Es necesario localizar y reparar la fuga cuanto antes; por suerte, la mayoría pueden detectarse con facilidad buscando un charco de agua bajo la caldera o un radiador que gotea.

A qué presión debe estar la caldera

Por supuesto, para saber cómo proceder ante un problema en la caldera, primero debemos saber a cuantos bares tiene que estar la caldera. Normalmente, la caldera tiene que estar a unos 1,5 bares de presión.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que muchos fabricantes incluyen una magnitud concreta según el tipo de caldera. Es obligatorio comprobarlo y seguir las instrucciones para obtener la presión ideal. De lo contrario, utilizar la medida normal de presión en una caldera que no esté preparada puede llevarnos a mayores problemas.

¿Subir o bajar presión de la caldera?

Las calderas incorporan un sistema de seguridad que te permite regular la presión. Saber usarlo es especialmente importante porque deberás subir o bajar la presión en función de la reacción de la caldera:

  • Presión demasiado baja: Si la caldera ha quedado inactiva, se debe a que el manómetro de presión ha bajado a menos de 0.5 bares. Deberás subir la presión abriendo la llave, y volviéndola a cerrar cuando la caldera indique la presión correcta. Si el problema persiste, es muy probable que se trate de una fuga.
  • Presión demasiado alta: Es conveniente quitar la presión de la caldera cuando supera el límite estándar de 1,5 bares. Si el sistema detecta una presión de 3 bares, se abrirá la válvula de seguridad para evitar accidentes y será necesario reactivarla de nuevo. La solución más común es hacer un purgado de agua abriendo la llave lateral de los radiadores. Si el problema persiste, es posible que las llaves de carga estén mal cerradas o haya algún problema con el sistema, por lo que es recomendable contactar con un técnico.

La caldera pierde presión y no hay fugas

La situación se vuelve algo más complicada si la presión está bajando, pero no vemos signos de fuga. En ese caso, el problema puede deberse a un escape en uno de los siguientes lugares:

    • Llave de vaciado: Esta llave controla la estanqueidad del circuito de calefacción, pero si se deteriora puede provocar bajadas de presión. En muchos casos bastará con renovar la goma de la llave. Si el problema persiste, será necesario picar el suelo y sustituir la llave concreta, asegurándonos de que no hay fugas en otra parte de la casa.
    • Circuito de calefacción empotrado: Es posible que haya una fuga en el circuito pero todavía no lo hayas detectado. La única manera de averiguar el origen del problema es buscar manchas o humedades en la pared, que te indicarán dónde se ha producido la fuga.

Servicio de reparación de calderas de tu seguro de hogar

Regular la presión manualmente puede solucionar muchos problemas leves, pero no te aconsejamos que repares averías más complicadas por tu cuenta. Si te enfrentas a una fuga importante o a un problema de desgaste de la caldera, es mucho más recomendable que contactes con un técnico para evitar accidentes.

Por suerte, la póliza de tu seguro puede ayudarte a gestionar las averías más habituales. El seguro de vivienda habitual de Occident cubre las averías provocadas por daños eléctricos en tu hogar. También ofrece coberturas adicionales para el desplazamiento de un técnico especializado, que averiguará el problema concreto por el que falla la presión de tu caldera.

Confía en un técnico para proteger tu hogar

Algunos de los problemas de presión en la caldera se deben al deterioro de algún componente o a fugas que podemos reparar nosotros mismos. Por suerte, un mantenimiento adecuado y la regulación manual de la caldera suelen ser suficientes para solucionar la mayoría de problemas.

Sin embargo, no todas las reparaciones son tan sencillas. Si no sabes por qué pierde presión la caldera o has descubierto una fuga importante en el circuito, siempre es mejor que dejes la reparación en manos de un técnico especializado. Con su asesoramiento y la ayuda de tu seguro de hogar, podrás alargar la vida útil de tu caldera y proteger tu vivienda de averías más graves.

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