Es evidente que una dieta saludable y una rutina de ejercicio son elementos imprescindibles para perder peso de manera efectiva. Sin embargo, no son los únicos factores que debemos tener en cuenta a la hora de calcular el gasto calórico. El NEAT es otro aspecto importante para el cálculo de consumo de calorías.
Quizás no sabes exactamente qué es el NEAT o es la primera vez que oyes hablar de él. Sí es así, no te preocupes: en este post aclaramos todas tus dudas y te explicamos cómo calcular tu gasto energético para que puedas diseñar una rutina que se adapte a tus necesidades alimenticias y médicas.
¿Qué es el NEAT?
Como seguramente sabes, la clave para la pérdida de peso es el déficit calórico, es decir, quemar más calorías de las que consumimos a diario. Podemos lograrlo de tres maneras diferentes: reduciendo nuestro consumo de calorías, realizando una actividad deportiva o ejercicio físico o, por último, aumentando el gasto energético por actividad física diaria sin necesidad de hacer ejercicio.
Las primeras dos maneras de generar déficit calórico suelen obligarnos a cambiar radicalmente nuestra rutina o a echar mano de la fuerza de voluntad. Ahí es donde entra en juego la tercera, conocida como NEAT. Las siglas provienen del inglés y equivalen a non-exercise activity thermogenesis, o “termogénesis derivada de actividad distinta al ejercicio”.
El NEAT incluye toda la actividad física que llevamos a cabo en nuestra vida diaria, fuera del gimnasio o de nuestro deporte favorito. Aunque a menudo infravaloramos el gasto calórico que supone este elemento, modificar ligeramente nuestros hábitos puede generar cambios considerables en nuestro gasto energético por actividad física no deportiva.
La gran ventaja de prestar atención al NEAT es que podemos mejorarlo con medidas mucho menos drásticas que el ejercicio físico: basta con utilizar las escaleras más a menudo, recorrer distancias cortas a pie en lugar del transporte público o incluso hacer la compra en el supermercado en lugar de encargarla. A la larga, estas pequeñas decisiones pueden contribuir a mejorar nuestro déficit energético y ayudarnos a perder peso más rápidamente.
¿Cómo calcular el gasto calórico?
Ahora que ya sabes lo que es el NEAT, comprenderás que el gasto calórico que implica afecta al cálculo de consumo de calorías. Para averiguar el valor estimado de nuestra fórmula de gasto calórico, debemos partir del gasto energético basal. Este concepto equivale a la energía mínima que necesita nuestro cuerpo para realizar sus funciones, es decir, cuántas calorías quema una persona al día sin hacer ejercicio.
La mejor forma de calcular el NEAT y el metabolismo basal es usar una pulsera de actividad. Este aparato calcula el gasto calórico que realizamos y nos permite compararlo con la evolución de nuestro peso. A partir de esa estimación, podemos calcular las calorías que necesitamos ingerir para cubrir el gasto energético diario: si somos sedentarios, podemos aumentar el número de calorías un 15 o 20%, o más en el caso de realizar ejercicio a diario. Cuanta más energía gastamos, más necesitaremos.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el gasto energético basal depende de factores como la genética, el sexo o el peso. Por eso, lo mejor es hacer una estimación de las calorías que necesitamos para cubrir nuestra actividad a lo largo de una semana, y después reducirla ligeramente para entrar en déficit calórico. Eso sí, hay que recordar incluir el NEAT, o corremos el riesgo de llevar una dieta poco nutritiva, que no cubrirá nuestras necesidades básicas.
Una dieta saludable, la mejor herramienta
Aunque es importante tener en cuenta el NEAT para calcular el gasto energético que necesitamos, no es recomendable confiar sólo en él. El ejercicio tiene muchísimas ventajas al margen de contribuir a la pérdida de peso, por lo que es recomendable realizar entre 150 y 300 minutos de actividad aeróbica a la semana.
Si tu agenda no te lo permite, sin duda la mejor alternativa es adquirir nuevos hábitos más saludables que aumenten tu déficit energético por NEAT y, sobre todo, cambiar tus hábitos alimentarios. Una dieta saludable sin alimentos procesados o un régimen basado en la dieta cetogénica pueden convertirse en la mejor herramienta para conseguir tus objetivos.
Recuerda que es recomendable siempre consultar con un especialista antes de adquirir nuevos hábitos de ejercicio y alimentación, si buscas generar un cambio y lograr objetivos. Si cuentas con un seguro de asistencia sanitaria como el de Occident, o Cosalud Bienestar, puedes acceder a un amplio abanico de especialistas que te pueden asesorar y ayudar con un plan específico para ti.