El pH es uno de los índices más importantes que reflejan si nuestro organismo está enfermo, o si algo no funciona correctamente, pero… ¿Sabes qué es el ph y cómo se mide realmente?, ¿cómo se comporta nuestro organismo según los valores que muestra este índice?
Gracias a los estudios del químico Soren Soresen sabemos sobre este coeficiente, entendiéndolo y sabiendo cómo funciona, pero, sobre todo, la posibilidad de poder calibrarlo, ha tenido repercusiones muy favorables para la comunidad científica y, más concretamente, para la medicina.
Soren Sorensen y los orígenes de la medición del ph
El laboratorio Carlsberg de Copenhague fue la cuna de la escala de pH, pues es allí donde Soren Sorensen realizó sus trabajos de investigación. Tras estudiar el efecto que tenían los iones concentrados sobre las proteínas y descubrir lo importante que era el ion H+, en 1909 al fin creó la famosa escala de pH, y con ella dos métodos para determinar el grado de acidez. Hoy en día, son utilizados por laboratorios de todo el mundo.
Pero ¿cómo medir el pH? Aunque existen varios métodos, hay uno en particular que es muy sencillo. De acuerdo con la metodología, primero hay que introducir la muestra en una sustancia que cambia de color según el grado de acidez. El resultado puede dar lugar a 14 tonalidades distintas; en esta escala, el 0 corresponde a un rojo intenso, que determina el nivel de acidez más elevado, degradando hasta el azul oscuro, el cual indica el punto de pH más básico o alcalino. En el centro, y en amarillo, se encuentra el número 7, que hace referencia al pH neutro.
La importancia del pH en el cuerpo humano
Para empezar, es importante recalcar que el pH natural de la mayor parte de los tejidos corporales es de 5’5, lo cual resulta levemente ácido. Así, cuando se afirma que un gel es “neutro”, debes saber que, en la mayoría de los casos, simplemente se trata de un reclamo publicitario para reflejar que ese producto es idóneo para la piel. Y, no porque sea mejor, sino porque la idea de “neutro” suele tener connotaciones más saludables. Sin embargo, de acuerdo con lo expuesto, lo que es realmente favorable para nuestro organismo es aquello “ligeramente ácido”.
Debido a la mayor importancia que poco a poco vamos dando a una vida saludable, cada vez van habiendo mejores opciones en el mercado, geles con pH menos agresivos o con componentes más naturales y saludables.
Ahora que ya sabes un poco más sobre esta sustancia, cabe destacar la gran importancia del pH y el nivel adecuado en el cuerpo humano. Para empezar, una de sus principales características es que permite mantener con vida las bacterias que actúan en pro del buen funcionamiento de los intestinos. La flora intestinal hace que el aparato digestivo realice sus funciones, sin embargo, cuando se altera, pueden aparecer problemas como diarrea o una mala absorción de los nutrientes.
Las bacterias que habitan en las mucosas son especialmente sensibles a las variaciones del pH. Por ejemplo, cuando los fluidos vaginales adquieren un grado de alcalinidad superior al habitual, pueden proliferar microorganismos perjudiciales para la salud como las cándidas. Aunque se trata de un hongo que vive de manera natural en la piel, si se reproduce en exceso puede provocar candidiasis.
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