En el mundo analógico, nuestra identidad se establece a partir de una serie de rasgos concretos (nombre, apellidos, dirección postal…) que, en el caso de una persona, se materializan y se plasman en el DNI. Y, para una empresa, en su CIF, así como en el resto de datos de su registro como sociedad. Pero nuestra identidad digital o identidad 2.0 incluye, además de esos mismos datos, todas las acciones que realizamos a través de la red como empresa: las compras que nuestra compañía realice por Internet o las operaciones y transferencias bancarias que se hagan, por ejemplo. Entremos ahora en detalle.
¿Es segura la identidad digital de una empresa?
La identidad digital abarca el conjunto de información y datos que una empresa tiene a lo largo y ancho de la red: comentarios de cualquier tipo, datos de la misma, noticias, imágenes… Cualquier acción que se realice en el mundo digital, ayuda a conformar esta identidad.
En Internet nos identificamos con nombres, usuarios o e-mails y nos autenticamos con claves y contraseñas. Estos sistemas de identificación y autenticación son de fácil sustracción , si no tomamos las precauciones necesarias. Tanto es así que podemos llegar a sufrir el robo de nuestra identidad digital, hecho que nos puede afectar tanto a nivel personal como a nivel de empresa. Los primeros datos (nombre, usuarios, etc.) se pueden conseguir fácilmente. Algo más difícil es obtener contraseñas ajenas, pero para una persona con conocimientos específicos en el tema, como los hackers o crackers, puede ser relativamente sencillo acceder a ellas. Esto explica el incremento de delitos relacionados con el ámbito digital en los últimos años.
El problema es que estos sistemas de identificación y autenticación aún no son cien por cien seguros. Aunque se ha avanzado mucho en materia de seguridad digital, podemos correr riesgos relacionados con la suplantación, robo de datos e incluso de identidad.
Consejos para preservar la identidad digital
Evitar páginas web desprotegidas
El protocolo `https´ implica (o debería implicar) que la información de el sitio web concreto está encriptada, así pues la conexión será segura ya que evitará que se puedan interceptar datos. Por lo tanto es conveniente evitar introducir los datos de nuestras empresa en páginas que no sigan ese protocolo.
Evitar cualquier red wi-fi desprotegida
Para una conexión segura, es obligado el cifrado WPA, WEP y muchas de las redes públicas, gratuitas y abiertas no lo tienen. Si lo tienen, no hay ningún problema pero, ante la duda, es recomendable evitarlas. Si los empleados de una compañía cuentan con teléfono móvil de empresa, este es un punto al que prestar especial atención.
Repasar términos y condiciones
Es vital tanto en redes sociales, como en los distintos sitios web y, sobre todo, en las operaciones bancarias que realice nuestra empresa. Repasa detenidamente términos y condiciones, política de privacidad y, también, los permisos de publicación en perfiles sociales.
Cambiar las contraseñas
Debemos cambiar regularmente las contraseñas de nuestros distintos perfiles y cuentas de empresa utilizando siempre aquellas lo más seguras posibles (largas, con mayúsculas y minúsculas, con números y signos). Tampoco debemos demorarnos en actualizar el software de ordenadores, tablets y teléfonos ya que cada versión actualizada será siempre más segura.
Por último, es recomendable contar con un seguro. Las nuevas tecnologías han sido, sin lugar a dudas un gran avance, pero también incluyen nuevos riesgos. Preservar la privacidad e identidad digital de nuestra empresa puede resultar complicado, pero resultará más sencillo si contamos con un seguro de ciberriesgos que incluya la cobertura de extorsión cibernética.