Los cambios de ciclo, como es la llegada del fin de año, muy a menudo está cargado de emoción y, en ocasiones, puede repercutir en tu salud. Además, el balance del último año no siempre es positivo y el deseo de alcanzar lo que quieres de manera inmediata puede provocarte frustración.
En estas fechas es importante que estés atento a los sentimientos para evitar posibles complicaciones de salud, especialmente con respecto a la ansiedad. Si eres una persona que actualmente está bajo tratamiento psicológico, serás más vulnerable en las etapas transitorias, más concretamente con la llegada del frío y las pocas horas de luz. De hecho, en algunas personas, el cambio de estación y épocas más depresivas, van de la mano.
Conforme va finalizando el año, se acentúa el deseo de olvidar ciertos recuerdos, superar algunos problemas y dejar de pensar en las carencias o en aquello que no se ha cumplido o alcanzado… Todo ello puede representar una carga importante de reproches para uno mismo que, a veces, puede conducir a celebrar fin de año abusando de ciertos alimentos y bebidas. En definitiva, todo exceso acaba perjudicando la salud, especialmente si se abusa del alcohol o de comidas abundantes y poco sanas. Por ello, en este post te ayudamos a soltar lastre y plantearte los propósitos de año nuevo con salud, aumentando así las posibilidades de éxito.
Cómo hacer realidad los deseos de año nuevo
¡Alcanzar tus sueños es posible! Tan solo debes entender que, si cambias el concepto “deseo” por “objetivo”, aquello que persigues será tangible. Para encarar correctamente tus propósitos debes seguir lo que, a primera vista, parece una paradoja: fíjate en aquellos que son reales para poder descartar los imposibles. Una vez disciernas entre ellos, pregúntate cuáles son los que de verdad quieres conseguir y pon en práctica las acciones necesarias por duras que sean. Pasito a pasito, puedes llegar donde quieras, por lejano o intangible que parezca.
Identificación de objetivos con posibilidad de alcance
Tal como expresa un famoso proverbio oriental: “Si tiene solución, ¿para qué te preocupas? Y si no la tiene, ¿para qué preocuparse?”. Efectivamente, si hay algo que puedes hacer para alcanzar tus objetivos, solo debes ponerlo en práctica para que los deseos de año nuevo se hagan realidad. Lo que no se pueda modificar, es mejor dejarlo ir.
Paciencia y perseverancia
Plantearte objetivos alcanzables no significa que tengas que conformarte con aquello que es fácil de conseguir. El secreto está en ser paciente y constante; sin embargo, también debes recordar que toda gran aspiración o sueño requiere esfuerzos y tiempo extra. Por ejemplo, aprender un idioma, sacarse un título, ponerse en forma o perder peso no son metas fáciles de alcanzar, pues no es algo que suceda de la noche a la mañana. El camino puede ser largo y duro, por lo que se requiere una gran fuerza de voluntad.
Año nuevo, vida nueva
Es muy importante que sepas identificar las principales carencias de tu vida, así como aquellas que no puedes obtener. Quizás existen situaciones que querrías olvidar, sin embargo, la respuesta no está en el olvido sino en la superación. En otras palabras, nos referimos a aquello que no está en tu mano, que en mayor medida no depende de uno mismo; por ejemplo, quedarse sin empleo por circunstancias irremediables, una ruptura amorosa o la pérdida de un ser querido.
Una vez más, es importante recordar el famoso refrán: “año nuevo, vida nueva”. Se puede pasar página y ser feliz. Solo es cuestión de centrarse en actividades que representen cambios con respecto a situaciones anteriores: ampliar conocimientos de tu sector, conocer gente nueva, iniciar ese curso que siempre habías querido hacer, realizar clases de cocina, de pintura o de música, y así un largo etcétera. De esta forma, no hay duda de que se abrirán nuevas puertas y senderos en tu camino.
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