La planificación fiscal internacional y sus principales obstáculos en Europa

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La planificación fiscal internacional elimina trabas en las actividades transfronterizas

 

La planificación fiscal internacional es la disciplina académica que permite maximizar beneficios por medio de la elección de lugares y circunstancias con menor carga tributaria a cotizar dentro de la legalidad. Para conseguir esto, se combinan una amplia variedad de conocimientos, que incluyen derecho tributario, banca internacional y asesoría de empresas.

Las estrategias de la planificación fiscal internacional

El objetivo general de este tipo de estrategias es conseguir desarrollar una política de negocios que combine máximos rendimientos con el mínimo pago de tributos, siempre dentro de la legalidad. La clave para lograrlo reside en aprovechar todas las posibilidades que pueden proporcionar las leyes tributarias de diferentes países.

De todos modos, los impuestos no son el único objetivo de una planificación fiscal internacional, ya que esta estrategia también debe ayudar a optimizar las inversiones y beneficios conseguidos.

Principales obstáculos de las actividades transfronterizas

La fiscalidad internacional es un tema que, además de requerir una buena formación, cambia de manera constante. Por lo tanto, quienes se dedican a esta actividad deben hacer frente a varios obstáculos. No podemos olvidar que el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento.

Uno de los principales retos de la fiscalidad internacional es dar salida a una empresa al mercado exterior y evitar  problemas de doble tributación por medio de convenios. Merece la pena recordar en este punto de que no se trata de fraude, elusión o evasión de impuestos, sino de encontrar la fórmula más idónea de reducir la carga fiscal para sacar el máximo partido tanto a las inversiones realizadas como a sus beneficios.

Un estudio de la Comisión Europea sobre este tema pone de relieve las principales dificultades de la planificación fiscal internacional, e insiste en la necesidad de solucionarlas desde el país de origen. Todas ellas pueden resumirse en un único concepto: la falta de información adecuada, pero podemos señalar una lista de las más importantes:

-Falta de claridad en procedimientos y procesos

-Diferentes requisitos de presentación de impuestos en los países de la Unión Europea

-Falta de oficinas fiscales especializadas para extranjeros y no residentes contribuyentes y de adecuación a Internet de muchos procedimientos

-Dificultades para obtener exenciones de la doble imposición, sobre todo cuando el otro Estado miembro no emite evaluaciones fiscales

-Falta de acuerdos fiscales, bilaterales y multilaterales en algunas materias entre Estados.

A todos estos problemas hay que sumarles la dificultad general que representa muchas veces el desconocimiento del idioma del país con el que se trabaja.

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