¡SOS! Se acerca la época de resfriados
La llegada del otoño también implica la llegada de los resfriados a nuestras vidas. La verdad es que nunca podemos estar a salvo de este virus que se contagia directamente, y no tiene causas concretas por mucho que digan los mitos populares. Eso sí, podemos aplicar unos cuantos consejos prácticos que nos ayudarán a mantener los constipados a raya.
¿Qué podemos hacer para prevenir un constipado?
Ni evitar el frío ni tomar vitamina C nos ayudará a alejar los constipados de nuestra vida. Pero sí que podemos hacer algunas cosas muy sencillas que nos ayudarán a ganar la batalla al virus.
Empecemos por abrigarnos los pies. Sí, nuestras abuelas ya nos decían que nos pusiéramos calcetines, y la verdad es que tenían razón. Diversos estudios científicos han probado que un exceso de frío en la zona duplica las posibilidades de que tengamos un resfriado.
También tenemos que lavarnos las manos a conciencia regularmente. ¿Por qué? A parte de las obvias razones de higiene, la verdad es que los virus se contagian por contacto directo. Por lo tanto, lavarnos bien las manos con jabón durante al menos 20 segundos nos evitará posibilidades de contagio.
Tocarnos los ojos, la nariz y la boca ayuda a que entren los virus en el cuerpo, así que… ¡las manos, fuera de la cara!
Tampoco es un buen momento para beber y fumar. Tanto el alcohol como el tabaco hacen que nuestro cuerpo esté más sensible a las infecciones, y que nuestro sistema inmunológico no reaccione adecuadamente. Es decir, si queremos luchar contra el dolor de garganta, es mejor que seamos buenos chicos y nos pasemos al agua y a los caramelos de menta.
¿Más consejos para evitar los resfriados? Evitar todo lo posible los espacios cerrados reducirá nuestro riesgo de contagio. No es fácil de cumplir, desde luego, pero si pensamos en las consecuencias del resfriado seguramente nos animaremos a pasear en lugar de coger un autobús.
Y para acabar… es fundamental que nos olvidemos del estrés para luchar contra los resfriados con éxito. Cuando estamos demasiado nerviosos, el sistema inmunológico se debilita y esto hace que nos cueste responder con éxito a la enfermedad. ¿La mejor solución? Descansar lo suficiente, mantener la mente relajada y cuidar al máximo nuestra salud mental y emocional. ¡Todo un reto para la mayoría de nosotros!
