Después de todo el invierno tapados, con el calor, ¡tus pies salen al sol! Verano es igual a: playa, sandalias, baños en la piscina… es el momento de que tus pies reivindiquen su “dosis de protagonismo anual”. Te explicamos cómo conseguir unos pies sanos y bonitos, que sean la envidia de todos este verano.
Pies sanos, la prioridad
Cuando te cambias el estilo de calzado al veraniego, a menudo surgen molestias que durante el invierno no habías experimentado. Por lo común, dejas de llevar calcetines y las suelas son más finas, por lo que tus plantas se resienten, los talones se resquebrajan y tus carcaños terminan llenos de tiritas.
La solución pasa por hidratar tanto tus pies como tus zapatos. Si vas a usar sandalias, no te fíes de que el año anterior no te hicieran daño. Tras pasar guardadas todo el invierno, la piel tiende a resecarse y los zapatos que el año pasado te iban como un guante, este año te pueden provocar molestias.
Usa leche hidratante o cremas con aloe vera para hidratar talones, dedos y planta de pies. La ventaja de usar aloe vera es que se absorbe con facilidad y se aplica rápidamente. Para tus zapatos reserva una crema hidratante universal y espárcela por los sitios donde te han producido rozaduras.
Pies bonitos, un placer
Una vez sanos, ahora pondremos los pies bonitos. Para ello, necesitarás una lima para las uñas y una piedra pómez o similar para los talones y la planta.
El mejor momento para cortar o limar las uñas es cuando están blandas, puedes aprovechar para hacerte la pedicura cuando salgas de la ducha. Para empezar hidrátate los pies y lima las uñas, recuerda que para evitar que se te claven es necesario que las cortes rectas, nunca las dejes con forma redondeada.
Posteriormente, puedes pasar la piedra pómez (un poco húmeda) por la planta y el talón, así que quedarán los pies finos y sin durezas. Para terminar, aplícales un alegre color estival que seguro harán que ¡luzcan aún más tus sanda