A medida que pasan los años, resulta, cada vez más imprescindible dormir cómodamente. Más allá de dormir las 8 horas que marcan los cánones, debes hacerlo en una cama adecuada a tus necesidades y en una posición correcta. Es el momento de comprar una cama articulada eléctrica.
¿Cómo elegir el modelo de cama articulada?
Para empezar debes elegir entre una cama articulada de matrimonio o single. Incluso si te decantas por la opción de matrimonio te recomendamos que la montes en base a dos somieres independientes. De esta manera cada cuál puede dormir en la posición que más le convenga sin molestar al otro.
Después deberás elegir el modo de articulación que más te conviene: eléctrico o manual. Actualmente, la mayoría de camas articuladas ya son eléctricas y sin duda, es un acierto elegirla así ya que mover continuamente una cama manual acaba con tu propia espalda o la de la persona que cuida de ti.
Posteriormente la elección estará en los puntos de articulación de la cama: las hay de 2, 3, 4 o incluso 5 planos de articulación. La más frecuente es la de tres planos, que permite mover: cabecero, zona central (equivalente a tronco) y los pies.
La elección del colchón
Elegir el colchón de tu cama es de las cosas más personales que existe, junto al tipo de almohada.
Hay personas acostumbradas a dormir sobre una tabla de madera y las hay que si no se sienten mullidos en el colchón no duermen cómodamente.
Sin entrar en la densidad que debe tener tu colchón (que te aconsejamos comentes con tu médico), debes conocer que hay 2 tipos de colchones que se pueden adaptar a camas articuladas:
- Cochones de látex: el látex es el material más flexible que existe por lo que resulta idóneo para este tipo de camas articuladas. Te recomendamos que te decantes por uno completamente desenfundable por razones higiénicas.
- Colchones perfilados: más económicos que los de látex, presentan la ventaja de no retener la humedad. Si realmente buscas comodidad vigila que tengan una capa importante de viscoelástica.
Sea cuál sea tu preferencia, lo más importante es que mires por tu descanso, por tu espalda y por tu comodidad. Dormir es una fuente de salud en la que debes invertir porque… ¡dormir cómodo es vivir mejor!